Uno de los bosques más antiguos y mejor conservados de Europa está en peligro. La vasta extensión forestal de Białowieza, en la frontera entre Polonia y Bielorrusia, se ha mantenido incólume durante miles de años, pero ahora el ultraconservador Gobierno polaco del partido Ley y Justicia (PiS) ha decidido cambiar la historia y amenaza a un ecosistema único en el continente.

El bosque de Białowieza se extiende por más de 1.600 kilómetros cuadrados y alberga más de 5.500 especies de plantas y 11.500 de animales. Hay lobos, alces y linces boreales, pero destaca por encima del resto de la fauna la presencia de la manada de unos 800 bisontes europeos en libertad, el mayor mamífero europeo y emblema de la región. El bisonte europeo fue reintroducido con éxito en la zona dos años más tarde de la muerte del último individuo en libertad en 1919, después de la sangría de la Primera Guerra Mundial. Dos de las tres subespecies descritas por la ciencia se extinguieron entre 1790 y 1930.

El parque natural es el hogar de la última manada de bisontes del continente 

El ejecutivo de Varsovia planea talar el equivalente a 188.000 metros cúbicos de madera anuales hasta 2021, más del triple de lo que se permitía hasta ahora. Las motosierras ya han empezado a trabajar. Éstas no entrarán por ahora en el Parque Nacional de Bialowieza ─que ocupa el 16% del bosque─, pero sí en el resto, que forma parte de la red europea Natura 2000 y está catalogado como Reserva de la Biosfera y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

La tala masiva sirve, según el gobierno, para frenar una plaga de escarabajo de la corteza que ataca a las píceas y evitar que los árboles enfermos dañen a algún visitante al caer. Sin embargo, la comunidad científica, grupos ecologistas y la población local consideran que esta medida no solucionará el problema, más bien lo agravará, porque destruirá la capacidad del bosque para recuperarse del ataque del insecto.

El 18 de noviembre de 2015, el Consejo Estatal para la Protección de la Naturaleza de Polonia aprobó una declaración oficial contra el aumento previsto de la actividad maderera. Se sumaron a su llamamiento el Comité para la Protección de la Naturaleza de la Academia de Ciencias de Polonia, el Consejo Científico del Parque Nacional de Białowieza y los departamentos de Biología y Ciencias Naturales de las Universidades de Varsovia, Cracovia, Breslavia y Katowice.

Motivación económica

Tal y como afirman los científicos, los brotes de esta plaga son comunes y las piceas se recuperan rápidamente porque la naturaleza tiene su propia respuesta: otros insectos acaban con los escarabajos de la corteza y retirar los troncos muertos en realidad dificulta su propagación. Además, los árboles enfermos y los troncos en descomposición sirven de cobijo y alimento para otros animales, como los pájaros carpinteros, y devuelven sus nutrientes al suelo para que crezca la siguiente generación de árboles ─los expertos estiman que alrededor del 50% de la biodiversidad del bosque de Białowieza depende de la madera muerta─.

La comunidad científica polaca calcula que para detener el ataque del insecto con la estrategia gubernamental haría falta eliminar al menos el 80% de los árboles, una cifra imposible de lograr puesto que Bialowieza se divide en varias zonas interconectadas, incluidas las grandes reservas y áreas del parque que no pueden tocarse por ley. Otro argumento crucial contra la intervención humana, dicen los científicos, es que el brote actual no es el más intenso observado, y seguramente desaparecerá en uno o dos años de forma natural y hasta el 90% de los abetos sobrevivirán.

La UE ha abierto un procedimiento de infracción contra el ejecutivo de Varsovia

Así, las razones esgrimidas por el gobierno polaco no han convencido ni a la comunidad científica, ni a las ONG ni a otras entidades internacionales como la Unesco o la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Todas ellas consideran que la motivación que se esconde detrás del plan es la económica: el Gobierno polaco espera recaudar unos 700 millones de zlotys (159 millones de euros) con la tala masiva en Bialowieza.

Ante tal escenario, los defensores de no interferir en los procesos naturales del famoso bosque polaco remitieron a la Comisión Europea una carta para que tomara medidas ante la vulneración de la Directiva Hábitats. El pasado 16 de junio, el organismo comunitario anunciaba el inicio de una investigación y abría un plazo de 30 días para que las autoridades polacas envíen nueva información sobre el caso.

Una vez realizado el trámite, la Comisión decidirá si sigue adelante con el procedimiento de infracción y establece sanciones o exige la paralización de la tala iniciada a finales de mayo. La lenta burocracia europea tiene en sus manos el futuro de Białowieza, un espacio mágico que nos recuerda la inmensa selva virgen que una vez cubrió gran parte de la llanura de Europa. El tiempo apremia.