La versión oficial de las autoridades murcianas atribuye a la gota fría la enorme mortandad de peces y otros animales acuáticos en el mar Menor murciano. Según el presidente regional, Fernando López Miras, la entrada de 60 hectómetros cúbicos de agua dulce provocada por las fuertes lluvias del mes pasado propició el colapso de la vida en buena parte de este frágil ecosistema sometido desde hace más de medio siglo a una presión humana que ya resulta insoportable.

Según López Miras, la mortandad de peces "no se debe a ningún tipo de vertido", aunque eso "no quiere decir que la situación del mar Menor no fuera crítica y que si durante 60 años no hubiera recibido las presiones que ha recibido, esos 60 hm3 de agua dulce que han entrado no hubieran afectado de esa manera, no hubieran dado lugar al desencadenante que vimos este fin de semana".

“Se trata de una cantidad que nunca antes había entrado a la laguna, lo que ha creado una capa superficial de agua dulce, y que la capa inferior más próxima al lecho marino fuera la capa de agua salada con oxígeno. Los organismos que había en el fondo han consumido ese oxígeno y fruto de la corrientes marinas han empujado a una esquina del Mar Menor, hacia San Pedro del Pinatar, todo ese agua sin oxígeno, sentenciando de muerte a todas las especies que había en esa esquina", explicó el presidente murciano.

La ministra de Teresa Ribera habla de una "emergencia ambiental"

López Miras ha anunciado la redacción de un decreto ley por parte del Gobierno regional para la protección integral del mar Menor que estará aprobado antes del próximo 1 de enero y que es "una ley imprescindible que abarcará todos los sectores que tienen algo que ver" con la laguna. Por su parte, la Junta de Portavoces de la Asamblea Regional convocó para mañana viernes un pleno monográfico sobre la situación del mar Menor, el que intervendrá para dar explicaciones el consejero de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente, Antonio Luengo.

La ministra en funciones de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que ayer visitó la zona, discrepa en gran medida del diagnóstico del ejecutivo murciano sobre un suceso que calificó sin dudarlo de "emergencia ambiental”. Para la ministra, la culpa de lo sucedido en la laguna costera son "prácticas agrarias que tienen poco recorrido" que han llevado al "colapso de un modelo no sostenible", prueba de “lo que ocurre cuando miramos hacia otro lado y no hacemos nada”, declaró en Oviedo antes de viajar a la zona. El presidente murciano replica que "si empezamos a buscar responsables, perdemos tiempo en aplicar las soluciones, dado que si se aplican ya, el mar Menor, según los científicos, es recuperable”.

En realidad, el principal problema de la laguna, cuyo litoral está asediado desde mediados del pasado siglo por una enorme infraestructura turística, son los restos de agroquímicos que llegan masivamente desde los campos que la rodean, donde se practica un modelo de agricultura intensiva donde el consumo de fertilizantes a base de nitrógeno creció un 30% en la última década. Y la superficie cultivada no deja de crecer: si en 2007 había 170.307 hectáreas, en 2018 se había pasado a 190.027, según la Encuesta de superficies y rendimientos de cultivos del Ministerio de Agricultura.

 

Plantas y algas impiden la llegada de luz al fondo

 

Así, mientras la superficie de regadío en la región ha crecido un 10%, el consumo de fertilizantes nitrogenados lo hizo el triple: ha pasado de las 35.400 toneladas en 2008 a las 45.988 toneladas en 2018, según los datos de la patronal de los fertilizantes, Anffe. Arrastrados por la lluvia o filtrados a través del suelo, estos productos llegan sin cesar a la laguna.

Además, también se vierten en ella los desechos de las desalobradoras que sacan la sal del agua de los acuíferos contaminada por la intrusión marina para poder regar con ella, que también portan gran cantidad de nitratos. Y cuanto más se riega y más baja su nivel, más agua salada penetra en los acuíferos. Instalaciones de ganadería porcina intensiva y la enorme presión turística veraniega también aportan grandes cantidades de vertidos a una lámina de agua de muy escasa profundidad y escasa renovación de la misma.

Todo ello provoca el fenómeno llamado por los expertos eutrofización: esta entrada masiva de nutrientes hace proliferar plantas y algas superficiales, que consumen oxígeno e impiden el paso de la luz a más profundidad, lo que dificulta la vida de la pradera marina. Además, al morir los organismos superficiales, eliminan el oxígeno de aguas más profundas. El mar Menor está cada día más muerto.

El uso de abonos creció un 30% cuando el área cultivada solo lo hizo un 10%

El pasado 26 de septiembre, el Gobierno publicó en el BOE una declaración de impacto ambiental para lograr el objetivo de 'vertido cero' en la laguna que plantea detener las descargas de agua desde el acuífero al Mar Menor, reducir la presencia en ese depósito de agua con nitratos procedentes del riego, dosificar a aplicación de fertilizantes y atajar "el exceso de superficies de cultivo reales que están siendo explotadas".

Los agricultores niegan ser los culpables. La organización agraria ASAJA Murcia rechaza las acusaciones contra el sector recordando que la gestión territorial del Mar Menor es "competencia de las Administraciones públicas", y afirma que el modelo de agricultura, "sí es sostenible". En este sentido, la organización recuerda lo que se ha avanzado en prácticas de riego en las útlimas décadas y que el 90 por ciento del regadío del Campo de Cartagena es "por el sistema de riego localizado y eficiente".

El Ministerio para la Transición Ecológica mantiene que la agricultura de la zona "sigue precisando de grandes aportes de agroquímicos proporcionales a su producción vegetal" y recuerda que se consiguen hasta tres cosechas anuales en más de 8.000 hectáreas de cultivos forzados.

La paradoja es que cuantos más nutrientes llegan a este ecosistema, menos vida hay en él, y el mar Menor se muere lentamente. Aún se está a tiempo de salvarlo. Tal vez la masacre de peces, moluscos y crustáceos que se ha producido estos días sacuda conciencias en las administraciones y se tomen las medidas que los grupos ecologistas reclaman desde hace muchos años.

Tres ciudadanos habían recogido hasta hoy más de 328.000 firmas en la plataforma Change.org solicitando al Gobierno de Murcia y al Ministerio de Transición Ecológica que pongan en marcha medidas urgentes para proteger el mar Menor. Por su parte, la Federación de Asociaciones de Vecinos, Consumidores y Usuarios de Cartagena y Comarca "Fernando Garrido", el Pacto por el Mar Menor, ANSE y Ecologistas en Acción han convocado para el próximo 30 de octubre con salida a las 18.00 horas desde la plaza de España de Cartagena una manifestación con el lema 'S.O.S Mar Menor'