La Guardia Civil ha investigado a un total de 22 empresas situadas en las provincias de Alicante, Valencia, Murcia, Almería, Málaga, Albacete, Ciudad Real, Mallorca, Menorca e Ibiza como presuntas responsables de un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente, por actos continuados de contaminación por tratamiento y comercialización incorrecta de residuos peligrosos procedentes de aparatos eléctricos o electrónicos.

Las distintas compañías habrían contaminado la atmósfera con más de 35.000 toneladas de CO2 debido a que gestionaban residuos procedentes de aparatos eléctricos y electrónicos de forma irregular, lo que provocaba la emisión de gases de efectos nocivos.

En el marco de la operación Redivivu a nivel nacional e internacional, llevada a cabo durante más de un año por el Seprona, los agentes han examinado documentación que indica que casi 600.000 kilos de compresores han sido enviados a Pakistán sin que se pueda acreditar una correcta descontaminación.

 

Tratamiento de descontaminación totalmente incorrecto

 

La investigación comenzó el febrero del pasado año 2020 durante la inspección a una empresa gestora de residuos, cuando los agentes descubrieron que el tratamiento y comercialización que daban a los componentes procedentes del tratamiento para la descontaminación de aparatos eléctricos o electrónicos era totalmente incorrecta, según ha informado el Instituto Armado en un comunicado.

Los agentes sospechaban que podría haber más empresas implicadas, por lo que se decidió investigar los lugares de origen y tránsito de estos y otros residuos, así como el destino final de los mismos. En total, se inspeccionaron 43 empresas en las provincias de Alicante, Valencia, Murcia, Almería, Málaga, Albacete, Ciudad Real y las islas de Mallorca, Menorca e Ibiza.

 

El método más habitual fue el de la canibalización

 

En muchas de ellas se localizaron compresores sin descontaminar y que no contaban con las autorizaciones preceptivas para el tratamiento de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEEs). Sin embargo, el método más habitual fue el de la canibalización, que consiste en desmontar los aparatos rompiéndolos de forma abrupta o cortando directamente los tubos de los frigoríficos para conseguir sacar el cobre u otras piezas de valor del interior.

Del estudio de la documentación, los agentes comprobaron que el destino de los compresores era Pakistán, donde finalmente se les valoraría en una planta de desmantelamiento para su posterior fundición.

 

Escape de gases contaminantes y vertidos al suelo y subsuelo  

 

La Guardia Civil ha explicado que la rotura de los compresores de aparatos eléctricos o de otros componentes sin las herramientas adecuadas provoca el escape de gases contaminantes a la atmósfera y el vertido al suelo y subsuelo de aceites peligrosos, con el peligro que ello conlleva. Además, provoca que su reutilización sea "prácticamente inviable".

A modo de ejemplo, añade, un frigorífico consta de un circuito cerrado para su funcionamiento, y siempre que se libera dicho circuito extrayendo el compresor, se emite a la atmósfera aproximadamente un 30% de los gases del aparato. Para la extracción de los compresores de los aparatos de aire acondicionado, si se realiza conforme a la ley, no emite gases a la atmósfera, ya que poseen una bomba de vacío y válvula para extracción. En concreto, una máquina de aire acondicionado posee aproximadamente 700 gramos de gases.

Las actuaciones se han realizado en coordinación con el Fiscal Delegado de Medio Ambiente y Urbanismo en Alicante. El estudio de los traslados transfronterizos de residuos se encuentra dentro del marco del protocolo para el procedimiento operativo de colaboración entre la Dirección General de la Guardia Civil y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.