Ecologistas han alertado de que las 42.100 hectáreas arrasadas por los incendios en Galicia durante los últimos meses arrastrarán a los ríos y rías 1,3 millones de toneladas de tierra y cenizas, lo que califican de "pérdida inconcebible".

 

Capa hidrofóbica

 

La asociación Arco Iris ha explicado en un comunicado que los fuegos que arrasan Galicia han provocado una capa hidrofóbica (repelente del agua), conocida como chapapote forestal, que impide la normal filtración del agua respecto a las zonas no quemadas. Esta disminución en la tasa de infiltración (TI), testada por diferentes científicos que recoge la asociación, podría rondar el 38%.

Ese rechazo a la absorción de agua sería volcada en la Tasa de escorrentía, lo que aumentaría la erosión en términos porcentuales. Es decir, el abastecimiento de las aguas superficiales sería una relación directa con la detracción a las subterráneas. Como resultado, el suelo perdería ese 38% de humedad.

Apuntan que se han obtenido tasas de escorrentía hasta 8 veces superiores en zonas de alta intensidad de fuego y tasas de erosión 30 veces superiores en episodios concretos de precipitación tormentosa.

 

Bancos marisqueros

 

Ante esta situación, la asociación insta a las administraciones a instaurar "con urgencia" programas de estudio de todos los factores modificadores de las áreas quemadas y a adoptar "de inmediato" mecanismos para amortiguar los impactos de los incendios, "algunos ya irreversibles".

"Es de esperar que las Rías reciban en un plazo de dos o tres meses alrededor de un 38% más de escorrentía de agua con cenizas, de gran poder sedimentario y que podría afectar seriamente a los bancos marisqueros. Además, el carácter dulce de esos afluentes hídricos anormales puede traducirse en una mortandad añadida de los bancos, lo que produciría en ciertas zonas, como Barbanza, un verdadero cataclismo en la extracción de marisco y la riqueza biológica de la costa afectada", detallan.

Por último, insisten en señalar que los cauces fluviales recibirán una cantidad ingente de depósitos sedimentarios, que causarán un muy severo impacto en especies piscícolas y colmatarán los embalses. "Esos arrastres de cenizas se están produciendo ya en zonas como Pobra do Caramiñal", advierten.