Más de la mitad de las cuencas fluviales de agua dulce del planeta se han visto fuertemente afectadas por las actividades humanas, según un novedoso enfoque multifacético publicado en Science.

Aunque los ríos y los lagos cubren menos del 1% de la superficie del planeta, contienen un componente sustancial de la biodiversidad del planeta, incluida una cuarta parte de los vertebrados de la Tierra. Además, los sistemas de agua dulce sustentan el funcionamiento y la estabilidad de diversos ecosistemas, incluidos los que contribuyen al bienestar humano.

Han alterado la diversidad local de especies

 

Siglos de actividad humana -la sobrepesca, la introducción de especies no autóctonas, el desarrollo fluvial, la contaminación del agua y el cambio climático- han tenido un impacto directo en la biodiversidad de agua dulce; todos ellos amenazan los sistemas fluviales y, en muchos de ellos, han alterado la diversidad local de especies.

Aunque es evidente, se sabe poco sobre la escala y la magnitud global de los impactos humanos en las aguas dulces. Para abordar esta cuestión, Guohuan Su, del Laboratoire Evolution et Diversité Biologique (EDB), en Toulouse, junto a investigadores de distintos centros investigadores del país y de China evaluaron la medida en que la biodiversidad de agua dulce ha cambiado debido a la actividad humana en los últimos 200 años en un conjunto de 2.456 cuencas fluviales de todo el mundo.

Para comparar cada región, desarrollaron lo que denominan cambio acumulativo en las facetas de la biodiversidad (CCBF, por sus siglas en inglés), un índice que mide el cambio en un área específica basándose en seis indicadores clave de biodiversidad, proporcionando una puntuación que va de 0 a 12.

Las puntuaciones más altas indican un mayor impacto en una gama más amplia de facetas. Una puntuación de 6 o más indica un cambio sustancial en la biodiversidad. Los resultados muestran que el 53% de las cuencas fluviales del mundo, que cubren el 40% de la superficie del planeta, han sufrido marcados cambios en la biodiversidad, especialmente en las regiones templadas.

Las cuencas fluviales menos afectadas eran en su mayoría de pequeño tamaño, ocupando sólo el 13,4% de la superficie de las cuencas fluviales del mundo y albergando 3.876 especies, es decir, sólo el 21,7% de la fauna piscícola mundial. Estos ríos menos impactados estaban sobrerrepresentados en las regiones afrotropicales y australianas, dicen los autores.

Señalan que la conservación de la diversidad de peces de agua dulce sólo en los ríos menos impactados quedará por debajo del objetivo de proteger al menos el 30% de la superficie de la Tierra para 2030, como propone una amplia coalición de organizaciones medioambientales.

La protección debe centrarse también en las zonas donde la biodiversidad ya ha sido erosionada por la actividad humana, afirman los y las investigadoras. Según apuntan, el marco del CCBF proporciona un método para cuantificar los impactos del ser humano en la biodiversidad mundial para otros taxones y ecosistemas.