Red Parental Europa y RedUNE (Red de Prevención del Sectarismo y del Abuso de Debilidad) han solicitado a la Comisión Europea que reconozca el sectarismo coercitivo como una forma específica de extremismo violento y lo incluya como prioridad en la nueva agenda de la UE contra el terrorismo.
Las organizaciones, centradas en la protección de la infancia y los derechos fundamentales, advierten de que más de un millón de menores en Europa podrían estar bajo la influencia de grupos destructivos.
Proposal for action to the @ec.europa.eu Parental net 🇪🇺 Psicólogists without borders PSF and @redune.bsky.social request that EU agenda: Recognise coercive #Sectarianism as a specific form of violent extremism, with harmonised criminal laws @president.europarl.europa.eu @vonderleyen.ec.europa.eu
— Reseau/Red Parental Network 🇪🇺 (@europarental.bsky.social) 2025-08-13T18:33:05.146Z
Un fenómeno más amplio que las sectas religiosas
El concepto de sectarismo coercitivo que plantean no se limita a sectas religiosas marginales. Según las organizaciones, abarca desde sectas satánicas o luciferinas implicadas en rituales violentos hasta radicales cristianos y supremacistas ortodoxos activos en Europa del Este, movimientos evangélicos extremos en Francia, grupos que justifican la violencia en nombre del judaísmo o el islam, y sectas pseudo-hindúes con historial terrorista en India.
En numerosos países, los tribunales han constatado que estas estructuras pueden estar directamente vinculadas al terrorismo, sobre todo cuando su ideología interna legitima el uso de la violencia.
Radicalización en la era digital
La década de 2010 ya evidenció el poder de internet para captar jóvenes en pocas horas, como hizo el yihadismo de ISIS. Durante la pandemia de COVID-19, surgieron redes sectarias y conspiracionistas que atacaron infraestructuras críticas como antenas 5G. Entre ellas, los “ciudadanos soberanos” –considerados terroristas domésticos en Estados Unidos— han empezado a replicar comportamientos violentos en territorio europeo.
Siete medidas concretas
Red Parental Europa y RedUNE alertan de que estos grupos utilizan entornos cerrados, adoctrinamiento digital y actividades pseudoculturales o pseudorreligiosas para captar a menores. Temen que, sin medidas preventivas coordinadas, se consolide una generación de jóvenes radicalizados con potencial violento.
Las entidades han remitido a Bruselas un paquete de propuestas:
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Tipificar penalmente el sectarismo coercitivo de forma armonizada en la UE.
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Incluirlo en las listas de amenazas que vigilan Europol, Eurojust y los servicios de inteligencia.
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Reforzar la cooperación judicial y policial en el seguimiento de líderes y redes transnacionales.
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Establecer protocolos de protección de menores y asistencia psicológica a las víctimas.
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Desarrollar estrategias para contrarrestar la propaganda sectaria en internet.
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Lanzar campañas de sensibilización y educación comunitaria.
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Fomentar la investigación académica sobre los vínculos entre sectas y extremismo violento.
Un marco legal pendiente
Pese a que varios Estados miembros han aprobado leyes contra las sectas coercitivas y destructivas, no existe un marco común europeo. Esta ausencia deja a los sistemas judiciales y policiales con definiciones distintas y procedimientos incompatibles.
En España, RedUNE entregó casi 300.000 firmas en el Congreso para que se incluyera la persuasión coercitiva en el Código Penal, una propuesta elaborada por el abogado y doctor en Derecho Penal y experto en sectarismo criminal Carlos Bardavío.
Casos que evidencian la amenaza
La preocupación no es teórica. A principios de julio, se conoció el caso del número dos del Opus Dei, Mariano Fazio, imputado en Argentina por presunta trata de mujeres y reducción a la servidumbre. Según la investigación judicial, 43 mujeres, captadas en su mayoría siendo menores, habrían sido sometidas a aislamiento, trabajos no remunerados y control absoluto de sus vidas durante décadas.
Este caso, aunque en el marco de una organización religiosa internacional reconocida, comparte dinámicas de control y coerción que las ONG quieren que la UE considere parte de la lucha contra el extremismo.
Lo que ya ha documentado EcoAvant.com
EcoAvant.com ha investigado en profundidad las consecuencias del control coercitivo. En el reportaje Origen de Biocultura y la Asociación Vida Sana: el Esterismo se analiza cómo un proyecto inicialmente ligado a la una supuesta ecología ocultaba prácticas sectarias y jerarquías rígidas, de abuso y explotación que controlada por los dirigentes de la actual Asociación Vidad Sana y BioCultura.
En Nacer y vivir en la “secta Vida Sana: un infierno de abusos y trabajos forzados”, antiguos miembros de la comunidad “Vida Sana” relatan abusos, explotación y pérdida de autonomía desde la infancia. Sus testimonios muestran cómo los menores pueden quedar atrapados en sistemas de control sin escapatoria.
Educación como herramienta preventiva
La UNESCO ha insistido en que la educación es fundamental para prevenir el extremismo violento. Formar a la ciudadanía en valores democráticos, pensamiento crítico y tolerancia es, según el organismo, tan crucial como las medidas policiales o judiciales.
Parental Europa y RedUNE coinciden en que la prevención debe ser integral: un trabajo conjunto entre gobiernos, comunidades educativas, medios y organizaciones sociales.
Un desafío de seguridad y derechos humanos
Desde la perspectiva de derechos humanos, el sectarismo coercitivo no solo amenaza la seguridad pública, sino que erosiona la cohesión social y los valores democráticos. Su abordaje debería integrarse en las estrategias de lucha contra el terrorismo igual que otras formas de violencia organizada.
Una llamada a la acción
Las organizaciones instan a la Comisión Europea y al Consejo de Ministros de la UE a incorporar explícitamente el sectarismo coercitivo en la estrategia antiterrorista europea. Sostienen que su naturaleza híbrida –que combina manipulación psicológica, radicalización ideológica y potencial violento– exige una respuesta inmediata y coordinada.
“Es una amenaza silenciosa que no distingue entre ideologías ni religiones y que, de no actuar ahora, dejará una huella profunda en la infancia europea”, concluyen.
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