La Fundación Oso Pardo (FOP) ha iniciado acciones legales para pedir el esclarecimiento de la muerte a tiros de dos hembras de oso pardo durante la jornada de ese jueves, ambas en el transcurso de cacerías de jabalís. Una de ellas fue la de la osa Sarousse, reintroducida en los Pirineos franceses en 2006 y establecida en la Ribagorza aragonesa desde 2010 en donde ha muerto a consecuencia de disparos de un cazador que ha alegado defensa propia.

La otra osa ha sido abatida en el Parque Natural de la Montaña Palentina, en Castilla y León, por un cazador que, al parecer, la confundió con un jabalí.

La FOP ha solicitado a las Fiscalías Superiores de Justicia de Aragón y Castilla y León que ordenen el inicio urgente de Diligencias de Investigación para asegurar la obtención de todas las pruebas necesarias. El objetivo es "aclarar lo sucedido y comprobar si hay responsabilidad penal en los actos de caza mencionados, y ello con todas las garantías procesales requeridas".

Penas de dos años o tres años de prisión

 

La Fundación ha precisado que los actos de caza de especies en peligro de extinción pueden conllevar penas de hasta dos años y tres años de privación de libertad, si es un espacio natural protegido, además de graves inhabilitaciones. "Quizás sea el momento de plantearse el agravamiento de las penas de estos delitos, a la vista de la reiteración de estas muertes en circunstancias similares".

FOP ha recordado que en los Pirineos, sólo en este año, se ha conocido la muerte de cuatro osos por causas humanas: el macho Gribouille, abatido por disparos en junio en Ariege (Francia); el macho Cachou muerto por posible envenenamiento en la Val d'Arán, y aún bajo secreto de sumario, la hembra Sarousse y osa abatida en el Parque Natural de la Montaña Palentina. "Resulta inadmisible un balance semejante dentro de una población de osos de tan solo una cincuentena de ejemplares, fruto, además, de un programa europeo de recuperación".