Cuando se alcanzan los 1.313 días desde la invasión rusa de Ucrania, el conflicto continúa sin una solución a la vista.

Sumario

 

Tras el fracaso de las reuniones para negociar un alto el fuego entre Vladímir Putin y Donald Trump, la guerra podría entrar en un nuevo escenario tras el llamamiento del presidente americano a Ucrania para retomar su territorio; así como el escenario de amenaza rusa tras violar con sus naves el espacio aéreo de varios países de la OTAN, organización que ha deslizado el posible derribo de los aparatos rusos si se repitiera dicha situación.

 

Últimas novedades bélicas: treguas y bombardeos

 

Mapa de la guerra en Ucrania a 29 de septiembre de 2025 / Foto: EA Mapa de la guerra en Ucrania a 29 de septiembre de 2025 / Foto: EA

El esfuerzo bélico por parte de ambos países sigue principalmente centrado en ofensivas aéreas, donde toman una importancia capital los enjambres de drones enviados sobre territorio enemigo. Rusia ha convertido en una trágica rutina el envío de centenares de drones contra territorio ucraniano. Las defensas aéreas de Kiev interceptan buena parte de las naves y proyectiles, pero aquellos que logran golpear sus objetivos causan importantes daños en infraestructuras militares y civiles, como en la lluvia de bombardeos del pasado fin de semana donde resultaron dañadas fábricas, edificios residenciales o clínicas médicas de la capital ucraniana.

Por su parte, Ucrania también apuesta por una estrategia de ataques masivos dirigidos contra infraestructuras militares y refinerías de petróleo rusas. Entre estos golpes ha destacado la ofensiva sobre una refinería en Afipsky, en la región de Krasnodar, próxima al mar Negro. Esta táctica de golpear los suministros podría empezar a tener consecuencias sobre el frente, reflejada en una relativa escasez de combustible y material para las tropas.

 

Los combates en el frente

 

En el lento avance del frente bélico, Rusia ha anunciado la toma de la localidad de Yunakivka, una población fronteriza en la región ucraniana de Sumy, muy próxima al lugar donde hace meses el ejército ucraniano invadió parte del territorio ruso. Ésta sería una de las 200 localidades del este ucraniano que Rusia habría tomado durante este año, afirmación que choca por completo con la versión ucraniana, que niega todo retroceso en el frente. Así, el Kremlin habría ocupado unos 4.700 kilómetros cuadrados de territorio ucraniano en un intento de avanzar el máximo posible sobre el terreno para obligar a una capitulación ucraniana que supondría en la práctica aceptar las condiciones rusas.

Pero los combates no se concentran en un punto concreto de los más de 1.000 kilómetros del frente de guerra. Mientras Ucrania afirma su avance sobre la pequeña incursión rusa en la región de Dnipropetrovsk, el ejército del Kremlin estaría lanzando una nueva ofensiva cerca de Kupiansk, en la región septentrional de Járkov.

Esta tipología de ataques masivos inmersos en una guerra total de desgaste se ha modificado en las últimas semanas. Rusia ha empezado a utilizar una nueva táctica basada en lanzar contra territorio ucraniano a pequeños grupos de asalto especializados para infiltrarse en las filas rivales.

Mientras continúa el conflicto, una misión internacional encargada por la OSCE ha denunciado asesinatos, torturas y maltrato de manera sistemática a prisioneros de guerra ucranianos por parte de Rusia, en una actitud que podría considerarse como crímenes de guerra o contra la humanidad.

 

Las conversaciones para un alto el fuego y política internacional

 

En el ámbito internacional, Donald Trump ha protagonizado un nuevo cambio de rumbo y, tras su relativa cercanía con Vladimir Putin en anteriores reuniones, ahora habría alentado a Kiev a recuperar todo su territorio. Este cambio de postura del presidente norteamericano ha generado una mayor firmeza rusa de continuar el conflicto. Por su parte, integrantes de la Casa Blanca deslizan la posible pérdida de paciencia de Trump ante la falta de colaboración rusa en las negociaciones de paz.

La penetración de aviones rusos en el espacio aéreo de países de la OTAN ha provocado la insinuación del derribo de dichas naves si continuase la violación de espacios aéreos ajenos. Esta postura de la OTAN ha despertado la indignación del Kremlin, que ha catalogado como irresponsabilidad esa decisión y ha vuelto a negar todo tipo de intromisión. Polonia fue la primera en denunciar la intrusión masiva en su espacio, pero también se han detectado posibles violaciones similares en Hungría, Rumanía o los países bálticos.

En el marco de la ayuda europea a Ucrania, los países europeos han barajado el uso de los activos rusos congelados para ayudar al esfuerzo bélico de Ucrania, medida hasta ahora descartada.