Un análisis de dientes fosilizados de escáridos o peces loro y espinas de erizo de mar, realizado por investigadores de la Instituto de Oceanografía de la Universidad de California en San Diego, en Estados unidos, muestra que los arrecifes de coral crecen más rápido cuando hay más peces de este tipo que comen algas.

Los científicos de Scripps, Katie Cramer y Richard Norris, han desarrollado un registro de 3.000 años de la abundancia de peces escáridos y erizos de mar en los arrecifes del lado caribeño de Panamá para ayudar a conocer mejor las causas del alarmante cambio en el coral de los arrecifes del Caribe.

"Nuestra reconstrucción de los arrecifes pasados y presentes de los fósiles demuestra que cuando la sobrepesca elimina el pez loro, la salud de los arrecifes cae", advierte Cramer, investigadora postdoctoral de Scripps y autora principal del estudio.

De la misma manera que otros peces herbívoros, los peces loro desempeñan una función muy importante en los ecosistemas de arrecifes de coral ya que eliminan las algas que compiten con los corales. Según el estudio, la disminución de peces herbívoros, como el loro, durante las últimas décadas –a causa de la pesca– se considera un factor principal en el cambio hacia más arrecifes dominados por algas en el Caribe.

Los investigadores de Scripps examinaron la cantidad y composición de fósiles de peces, corales y erizos de mar en núcleos de sedimentos de entre tres a cinco metros de tres zonas de arrecifes en la costa de Bocas del Toro, en Panamá, para entender el estado natural de éstos antes de que los seres humanos comenzaran la pesca intensiva y el desbroce de tierras, y evaluar la repercusión de estas actividades en los recientes declives de los arrecifes.

El objetivo del análisis ha sido el de determinar si las tasas de crecimiento de los corales se ven afectadas por el cambio en los niveles de población de los peces loro o erizos que comen algas.

 

Muestras prehistóricas

 

Las muestras de núcleo –extraídas por los investigadores–, que han utilizado un sistema de extracción portátil del fondo marino mediante buceo con escafandra, incluían fósiles que van desde los depositados durante los tiempos prehistóricos, ya en el año 997 a.C., a la era postindustrial moderna, hasta la década de 1980. Así, se ha representado la vida en estos arrecifes durante un periodo de rápido aumento del impacto de las actividades humanas en este tipo de ecosistemas marinos.

Cramer y Norris han utilizado el método empírico de modelación dinámica, desarrollado por el ecólogo George Sugihara de Scripps y sus colegas, para evaluar las relaciones de causa y efecto en sistemas ecológicos y por lo que han encontrado que el crecimiento del coral se ve repercutido positivamente por la abundancia de peces loros en los arrecifes. No es el caso por la abundancia de erizos de mar.

"Estos hallazgos revelan que los peces loro realmente tienen un papel positivo y crítico en la salud de los corales, un tema muy debatido en la investigación sobre los arrecifes de coral que no puede ser resuelto con estudios de arrecifes modernos que ya se han visto muy alterados por las actividades humanas, apunta Cramer a lo que añade: “Usando el registro fósil para analizar el estado natural de los arrecifes antes de la perturbación humana, hemos demostrado concluyentemente que si queremos proteger los corales tenemos que proteger a los peces loro de la sobrepesca".

"Estos resultados confirman el papel crítico de los peces loro en el mantenimiento del hábitat de los arrecifes dominados por los corales y la urgente necesidad de restaurar las poblaciones de estos peces para permitir la persistencia de los arrecifes", concluyen los autores.