La migración hacia el archipiélago canario es un fenómeno complejo que, a menudo, se presenta como un problema, más aún ahora que están trascendiendo reiteradas denuncias por malos tratos a migrantes. El relato dominante en medios y discursos públicos dibuja una situación de saturación y tensión en el sistema de acogida.

La llegada de migrantes ha generado en las instituciones locales la necesidad de una mayor cooperación. Sin embargo, en la práctica, se observa una constante tensión entre diferentes niveles gubernamentales.

 

¿Es España un país acogedor para los inmigrantes?

 

Aunque algunos estudios demuestran que la migración ha contribuido al crecimiento económico, surge la pregunta de si los españoles, al igual que otros pueblos europeos, son acogedores o muestran rechazo hacia la migración.

Nosotros llegamos a una conclusión clara: los ciudadanos de España –y por ende, de Canarias– tienden a mantener una actitud positiva hacia los inmigrantes, independientemente del conjunto de datos o la metodología empleada. Los resultados reflejan de manera constante altos niveles de tolerancia y aceptación.

En nuestra investigación, publicada en la revista Journal of International Migration and Integration, analizamos cómo las actitudes hacia los inmigrantes varían en diferentes países y cómo distintos aspectos de la identidad nacional –como el nacionalismo, el patriotismo político y el patriotismo cultural– influyen, junto con factores socioeconómicos, en estas percepciones.

Los resultados revelan que el patriotismo cultural y el nacionalismo suelen estar ligados a actitudes más negativas hacia las personas inmigrantes. En cambio, el patriotismo político –es decir, el orgullo por los valores democráticos y las instituciones del país, más que por su cultura o tradiciones– se asocia con posturas más abiertas y favorables. También influyen otros factores, como el nivel educativo, las creencias religiosas, la situación económica, el género, el lugar de origen y, nuevamente, la educación.

Así, como en otros casos, se observa que aquellos españoles/as con un nivel educativo más alto tienden a mostrar actitudes más benévolas hacia los inmigrantes. Además, la religión desempeña un papel clave: los ciudadanos/as que no se identifican con ninguna fe o que pertenecen a confesiones minoritarias son más proclives a apoyar la integración, mientras que los católicos muestran niveles más altos de reticencia.

 

El factor medioambiental

 

Más allá de los factores socioeconómicos, otro aspecto crucial es el impacto del cambio climático en los flujos migratorios. La migración climática no está plenamente reconocida en el discurso jurídico y político, aunque la ciencia demuestra su influencia en la movilidad humana.

Por ejemplo, en el estudio que hemos publicado en la revista Challenges se examinan los desplazamientos provocados por catástrofes medioambientales y las posturas respecto al calentamiento global. Los resultados revelan un aumento de los desplazamientos debido a las consecuencias del cambio climático, como las inundaciones y las tormentas.

Estos hallazgos se pueden trasladar también al caso de las islas Canarias, donde los desastres climáticos pueden provocar un aumento de la inmigración, al igual que ocurre en Italia. Esto puede estar relacionado con la reciente llegada de inmigrantes no solo procedentes de África, sino también de otros continentes como Asia, donde los desastres medioambientales están aumentando exponencialmente.

 

Lecciones aprendidas

 

Un importante proyecto en este campo es la Acción COST (Connecting Theory and Practical Issues of Migration and Religious Diversity). Junto con investigadores de toda Europa, hemos organizado tres talleres en puntos estratégicos de la inmigración hacia Europa: Sciacca (Italia), Las Palmas de Gran Canaria y Esmirna (Turquía). Estos eventos han reunido académicos, responsables políticos, representantes de la sociedad civil y otros actores clave para debatir y analizar, desde diferentes perspectivas, los desafíos que plantea la migración en cada contexto específico.

Los países que logren integrar a los inmigrantes contarán con ventajas sustanciales en el futuro próximo, especialmente en un continente que afronta un marcado envejecimiento demográfico.

El aprendizaje más significativo de estos encuentros es claro: los países que logren integrar a los inmigrantes contarán con ventajas sustanciales en el futuro próximo, especialmente en un continente que afronta un marcado envejecimiento demográfico.

Así que, de acuerdo con estudios anteriores, la migración bien gestionada no solo ayuda a paliar la disminución de la población activa, sino que también enriquece la diversidad cultural y económica de las sociedades receptoras.The Conversation