El intercultivo, es decir, cultivar de 2 a 3 especies a la vez en un mismo campo agrícola, está empezando a usarse cada vez más, ya que se han observado beneficios frente a los monocultivos. Esta técnica presenta mejoras en el control de plagas, optimización en la utilización de los recursos del suelo y aumentos en la producción agrícola. Pero aún hay muchos puntos que se desconocen para poder optimizarlo.

El intercultivo se basa en principios ecológicos descritos para ecosistemas naturales que son fácilmente explicables teóricamente, pero en algunos casos difíciles de demostrar. Una reciente investigación publicada en la revista Nature Communications y liderada por Oscar Godoy, investigador de la Universidad de Cádiz, aporta datos de cómo maximizar la producción de múltiples especies al mismo tiempo.

“La idea de combinar varias especies con características diferentes para aumentar la producción de biomasa se había supuesto en los estudios científicos desde hace 50 años, pero hasta ahora no había dado evidencias experimentales de cómo esto se puede conseguir”, dice Godoy.

En el estudio se han combinado diferentes especies y se ha descubierto que en las parcelas de experimentación con más especies se produce más cantidad de biomasa vegetal. Además, se descompone mejor la materia orgánica del suelo, comparado con las parcelas donde solo hay una o pocas especies. 

Además, con avanzadas técnicas estadísticas, se ha descrito que factores hacen que una combinación de especies aumente más la producción de biomasa vegetal. Son las especies más diferentes, en cuanto a necesidades de recursos y que poseen similares capacidades competitivas, las que mejor se complementan.

Como comenta el propio investigador, “más que un avance científico, se proponen herramientas y enfoques estadísticos que permiten encontrar recetas para aplicación a diferentes campos. La agricultura es el más directo, aunque también pueden servir como herramientas de detección temprana de pérdida de biodiversidad en ecosistemas naturales”.

Este primer estudio se ha realizado con vegetación natural, ya que como el propio investigador apunta: “Si utilizas plantas agrícolas hay procesos de evolución y selección de siglos por detrás y los resultados podrían cambiar. Primero, es mejor estudiar los procesos con vegetación natural, para ahora poder llevar estos estudios a variedades cultivables de interés comercial o generar nuevas variedades que pueden optimizar las técnicas de intercultivo”.

Tener en cuenta la crisis climática

 

El estudio además se ha realizado con vistas a futuro, ya que los experimentos se han realizado con las condiciones climáticas actuales y con condiciones de mayores sequías, que es lo que se esperan en muchas zonas del planeta en los próximos años debido al calentamiento global. 

Los resultados en general son similares, aunque para alguna de las funciones del ecosistema, como la descomposición de la materia orgánica, los efectos positivos de la combinación de especies será incluso mayor con menos agua que en las condiciones climáticas actuales.

“Como cualquier nueva técnica agrícola hace falta mucha experimentación. Los ecólogos podemos poner nuestro conocimiento para que la agricultura sea la vez más productiva, menos impactante con el medio y más respetuosa con la biodiversidad. Este trabajo pone algunas bases para mejoras en las técnicas del intercultivo”, concluye Godoy.