La erupción del volcán de Grindavík en el suroeste de Islandia muestra signos de estabilización en las últimas horas, con el flujo de lava concentrándose en áreas específicas de la grieta inicial de casi cuatro kilómetros de longitud. Aunque la actividad se mantiene controlada, las autoridades locales no descartan posibles incrementos en el futuro o la apertura de nuevos focos, por lo que se mantienen todas las alertas activadas.

La evacuación de la localidad de Grindavík permanecerá vigente al menos hasta el 28 de diciembre, de acuerdo con las medidas adoptadas el martes. Se anticipan cortes prolongados en toda la zona, que continúa siendo inaccesible. La Policía ha instado a la población a no acercarse a la zona de la erupción, especialmente después de que los servicios de emergencia rescataran a un hombre que desafiaba las barreras de seguridad, poniendo en riesgo su vida, según informes de la cadena RUV.

 

Estado de emergencia en Islandia

 

Las autoridades islandesas anunciaron ayer un estado de emergencia tras la erupción de un volcán en las cercanías de Grindavik, en la península de Reykjanes, en la costa suroeste de la isla. La erupción, que tuvo inicio a las 22.17 hora local, fue precedida por una serie de terremotos en el cráter de Sundhnjúka, lo que llevó a la evacuación inmediata de toda la zona.

La fisura, con una extensión estimada de aproximadamente 3,5 kilómetros, es significativamente más grande que en erupciones anteriores, y la velocidad del flujo de lava oscila entre 100 y 200 metros cúbicos por segundo, marcando un aumento notable en comparación con eventos pasados en la península.

El presidente del país, Gudni Johannesson, declaró que "se ha desencadenado una erupción en las proximidades de la ciudad evacuada de Grindavik. Nuestras prioridades continúan siendo la protección de vidas e infraestructuras. La Defensa Civil ha clausurado la zona afectada como medida de precaución". Las autoridades instan a la población a seguir las indicaciones de seguridad y a mantenerse alejada de la zona de peligro mientras se monitorea de cerca la evolución de la situación.