Cada vez son más las voces que lo proclaman: la agroindustria no es la solución. Las plantaciones ecológicas locales de pequeño tamaño, que pueden proporcionar productos variados, frescos, de proximidad, libres de contaminantes y asequibles son la mejor manera de alimentar al mundo y sin comprometer el futuro del planeta. Esta fue la inequívoca conclusión del informe Trade and Environment Review 2013: Wake Up Before it is Too Late (Comercio y medio ambiente 2013: Despertar antes de que sea demasiado tarde), el último de su género publicado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).

Un modelo de este tipo contribuiría a combatir la pobreza rural, el hambre en el mundo, el crecimiento demográfico y el deterioro del medio ambiente, señala el estudio, firmado por 60 expertos internacionales, quienes coinciden en que “la agricultura de monocultivo industrial ha fracasado en proporcionar alimentos suficientes y asequibles allí donde se necesitan” y, además, ha provocado un impacto “insostenible” en el planeta. “El sistema alimentario es el mayor causante del cambio climático”, argumenta el holandés Henk Hobbelink, uno de los mayores especialistas mundiales en agricultura sostenible. 

Los expertos constatan que "el modelo de monocultivo industrial ha fracasado"

Incluso podría contribuir a mantener la paz en el mundo, tan vinculada a la existencia o falta de recursos en determinadas zonas del planeta. Fenómenos como el acaparamiento de tierras adquiridas por capitales extranjeros están dejando a cientos de miles de campesinos sin tierras que cultivar en Asia, África o América del Sur. Los autores del trabajo vinculan la seguridad internacional y la escalada de los conflictos con la urgente necesidad de transformar la agricultura hacia lo que denominan "la intensificación ecológica". El Día Internacional de la Lucha Campesina que se celebra hoy es un buen momento para recordarlo.

Según los autores del documento, la transformación de la agricultura debería seguir una serie de ejes: aumentar el contenido de carbono en el suelo con una mejor integración entre la producción agrícola y ganadera, y una mayor presencia de la agroforestería y la vegetación salvaje; la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de la producción ganadera y a través de las turberas, los bosques y la gestión de pastizales sostenibles; la optimización del uso de fertilizantes orgánicos e inorgánicos, que incorpore ciclos cerrados de nutrientes; la reducción de residuos en las distintas fases de la cadena de alimentación; un cambio de los hábitos alimentarios que promueva el consumo de alimentos inocuos con el clima y la reforma del actual sistema de comercio internacional para la alimentación y la agricultura.

Mosaicos sustentables y regenerables

Además de no ofrecer una respuesta a los problemas del hambre y el medio ambiente, el modelo actual empobrece económicamente aún más a los países pobres: "La agricultura altamente especializada no crea suficientes empleos en las zonas rurales donde viven la mayoría de los pobres". Y aunque sí “crea algunos altamente cualificados y especializados, la mayoría son de baja cualificación, un empleo temporal y precario”, denuncia Nikolai Fuchs, presidente de la Fundación Nexus y uno de los colaboradores del informe.

Los subsidios agrícolas de los estados son uno de los grandes impedimentos para la implementación de un modelo más racional y sostenible, que debería basarse en “mosaicos de sistemas de producción sustentables y regenerables que mejoren considerablemente la productividad de los pequeños agricultores”, asegura el informe.

Hoy se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Lucha Campesina

Según el estudio, los gobiernos deberían recompensar a los agricultores por su tarea de preservación de las fuentes de agua, el suelo, los paisajes y la biodiversidad, y dejar de alentar las grandes producciones de monocultivo destinadas a la exportación (especialmente de los países pobres hacia los países ricos) y dependientes de suministros externos (maquinaria, fertilizantes, pesticidas) para volcarse en la demanda interna y el comercio de ámbito regional. Es a los gobernantes a los que principalmente llama el título del estudio a Despertar antes de que sea demasiado tarde.

Los autores no dudan en considerar un peligro acuerdos internacionales de libre comercio en negociación como Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP, en sus siglas en inglés) y el Tratado Transatlántico de Libre Comercio e Inversiones (TTIP), que consolidan un modelo injusto, insolidario e ineficiente de comercio mundial a erradicar. 

Ya en el año 2007, otro informe de un organismo internacional, en ese caso el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), titulado Evaluación Internacional del Conocimiento, la Ciencia y la Tecnología Agrícolas para el Desarrollo (IAASTD, en sus siglas en inglés) y presentado tras tres años de trabajos por expertos de más de 100 países, había llegado a conclusiones muy similares: "Los negocios como los conocemos ya no son una opción" y “el cambio hacia enfoques agroecológicos es urgente y necesario para la seguridad alimentaria”, decía. No han cambiado mucho las cosas desde entonces, y no a mejor.