En el salón de peluquería y maquillaje Mundopeludo, en el corazón del barrio del Carmen de Valencia, hay cuatro cómodas butacas tapizadas con un estampado felino, grandes lámparas de diseño, una impecable silla antigua de barbero restaurada y una estantería tenuemente iluminada en la que se acumulan champús, mascarillas, serums capilares y otros cosméticos. Pero todos esos productos están en tarros de vidrio y recipientes de latón.

Se trata de un Green Chemistry Saloon o, lo que es lo mismo, una peluquería que apuesta por la química verde y los productos naturales. Sólo el olfato confirma lo que los ojos no ven, porque en este vanguardista local no huele a amoníaco, un ingrediente clásico —y muy agresivo— empleado en la coloración del cabello.

Los tintes con amoníaco causan el 10% de los linfomas en las mujeres 

“Hemos decidido decir no, y por voluntad propia, a las sustancias químicas, a los perfumes sintéticos y artificiales, a los principios activos químicos y a todo aquello experimentado en animales”, enumera, a modo de declaración de principios, Toni Quilis, responsable y fundador de Mundopeludo. “Nuestro estilo se inspira en la sencillez, la armonía y el respeto al medio ambiente”, añade.

“Con el paso de los años, y desde mi obsesión por ofrecer a mis clientes el mejor producto, me di cuenta de que las grandes marcas profesionales usaban componentes químicos muy agresivos tanto para los clientes como para nosotros los peluqueros", relata Quilis. Así que “comencé a investigar sobre los daños que causan a nuestro organismo estos productos que olemos y tocamos, y que nuestro pelo y piel absorben”.

La lista de las sustancias químicas empleadas en las peluquerías que Quilis decidió erradicar de su establecimiento es larga y está llena de denominaciones y siglas desconocidas para los no iniciados: SLS o SLES, tensoactivos potencialmente irritantes; las EDTA, utilizadas como conservantes; los polémicos parabenos, con propiedades similares al estrógeno, una de las hormonas involucradas en el desarrollo del cáncer de mama; los colorantes artificiales, los PEG/PPG o BG, que actúan como emulsionantes; los petrolatos, el formaldehído, los sprays con gas, los perfumes de síntesis o los ingredientes genéticamente modificados. Todo eso acaba en nuestra cabeza.

Tres años después de poner en marcha Mundopeludo, Quilis se muestra satisfecho de dirigir la primera peluquería de Valencia —y una de las primeras de España— que apuesta por “un nuevo concepto orgánico y natural”. Ofrece a una clientela cada vez más concienciada un amplio abanico de tratamientos capilares a base de aceites esenciales, hidrolatos y plantas puras micronizadas de agricultura ecológica, una cuidada selección de productos cosméticos con ingredientes naturales certificados y, por supuesto, la coloración permanente sin amoníaco, la estrella de la carta.

Alergias e irritaciones

Cada vez más estudios aseguran que teñirse el pelo conlleva riesgos para la salud y puede provocar alergias y hasta tumores. El Instituto Catalán de Oncología ha detectado un aumento de posibilidades de sufrir linfomas en las mujeres que modifican el color de su cabello. Hasta un 10% de los linfomas que padecen las mujeres podría estar provocado por esta causa. Y el riesgo de contraerlos se eleva al 26% para quienes utilizan el tinte una vez al mes.

El amoníaco está presente en el 80% de las coloraciones del mercado y es el responsable de que el pelo no vaya perdiendo progresivamente el color en cada lavado. Pero, al inhalarlo, o a través de la aplicación directa en la piel, puede llegar a la sangre y dañar los pulmones, el riñón o la vejiga, entre otros órganos.

Otro de los peligros ocultos en los tintes es la Parafenilendiamina o PPD, que provoca reacciones alérgicas de contacto y otras patologías. Es el principal ingrediente de los tintes permanentes y sirve para lograr un tono más oscuro. Para muchos médicos, el PPD representa un riesgo muy grande. Algunas estadísticas señalan que el 80% de las reacciones alérgicas causadas por una coloración se deben al PPD. En 2008, un estudio de la Universidad de Yale (Estados Unidos), concluyó que las mujeres que tiñen su cabello con tonos oscuros más de nueve veces al año tienen el doble de riesgo de desarrollar un linfoma folicular, una forma de leucemia.

Algunos productos capilares incorporan parabenos, petrolatos e incluso transgénicos

“La mayoría de los tintes químicos contienen pigmentos de baja calidad, similares a los que se usan en las pinturas, además de activadores u oxidantes de poca pureza, muy irritantes para el cuero cabelludo”, asegura Quilis. “El que nosotros utilizamos, en cambio, no contiene amoníaco ni derivados, no destruye la fibra capilar, hidrata y controla la oxidación con sales del Mar Muerto. No mancha y no huele”, garantiza.

El peluquero valenciano está convencido de que “la naturaleza nos ofrece todo lo que podemos soñar para lograr el máximo bienestar de la piel y el cabello". “Te dirán que los productos orgánicos no dan los mismos resultados que los tradicionales; que los tintes sin amoníaco no pueden alcanzar el mismo grado de cobertura de las canas. Yo estoy convencido de que la química verde puede conseguir los mismos efectos, y encima protegiendo tu salud y la del planeta”. proclama el peluquero.

Las marcas con las que Mundopeludo trabaja utilizan embalajes reciclados, reciclables o ecocertificados. También apuestan por tejer redes internacionales de comercio justo, que apoyan a comunidades locales en países en desarrollo de donde proceden muchas de las materias primas con las que se elaboran sus productos. Porque cuando se defienden unos valores, hay que obrar con coherencia.