No existen cifras de cuántos padres y madres habrán cedido estas Navidades a la insistencia de sus pequeños y habrán acabado regalándoles un cachorro envuelto en celofán. Sí las hay, en cambio, del número de perros y gatos que son abandonados cada año en nuestros pueblos y ciudades: al menos, unos 400 cada día. Muchos de ellos también llegaron a los hogares como el obsequio más deseado por algún niño.

Los españoles son los ciudadanos europeos que más se deshacen de los llamados animales de compañía. Según el Estudio sobre Abandono y Adopción 2014 de la Fundación Affinity, vinculada a la marca de alimentos para animales Affinity Petcare, en 2013 fueron abandonadas por lo menos 141.000 mascotas en nuestro país: 108.303 perros y 33.303 gatos (la cifra real nadie la sabrá jamás). El 39% de los canes llegó a los hogares familiares en forma de regalo, y así ocurrió también con el 31% de los felinos que, antes o después, acabaría en la calle.

Las entidades animalistas instan a no convertir a otros seres vivos en una mercancía

Regalar un animal es compararlo con un juguete, un peluche, un objeto”. Isabel Buil, directora de la fundación, repite este mensaje una y otra vez en cuantos foros y medios de comunicación tiene la oportunidad de intervenir, especialmente durante la campaña de Navidad y Reyes. “Desaconsejamos totalmente regalar animales. Es una opción que entraña muchos riesgos, ya que la decisión no la toma la persona que deberá responsabilizarse del perro o el gato, y esto puede derivar en una situación de problemas tanto para la familia como para el animal", explica la responsable de esta organización.

La Fundación Affinity, además de luchar contra el abandono de los animales domésticos, realiza investigaciones para analizar los vínculos que surgen entre los seres humanos y los otros animales, así como para divulgar los beneficios que conllevan las terapias frente a algunas enfermedades o la educación asistida en las que se emplean animales como estímulo para el paciente. 

Su propuesta para cuando un niño o niña manifiesta el deseo de poseer un perro o un gato es regalarle la foto de su posible futura mascota. A partir de ese momento, aseguran, es conveniente iniciar un proceso de reflexión en el que participen todos los miembros de la familia y cuyo objetivo es tomar plena conciencia de la responsabilidad que supone traer a un ser vivo al hogar.

“Es una decisión que no se puede improvisar”, sostiene Maribel Vila, técnica de esta entidad. “Se trata de un compromiso a largo plazo, ya que un perro puede vivir entre 12 y 14 años, y un gato más aún. Hay que tener en cuenta el estilo de vida familiar, la disponibilidad de tiempo libre, el compromiso económico que implica y si es el mejor momento para todos los implicados”.

Cifras estables

A pesar de las campañas de concienciación y las acciones de las asociaciones protectoras de animales y centros de acogida –más de 500 en todo el país– las elevadas cifras del abandono se mantienen bastante estables año tras año. Apenas se detecta una ligera tendencia a la baja desde 2008, año del inicio de la crisis económica, cuando se registró el mayor número de abandono de animales en España de los últimos 16 años, con un total de 156.858.

A los refugios llegan, en todas las épocas del año, perros y gatos de cualquier edad y raza. Más de la mitad están en la edad adulta, pero casi una tercera parte son cachorros. Los principales motivos del abandono son las camadas indeseadas, el factor económico, el fin de la temporada de caza, la pérdida de interés por el animal o su comportamiento.

El 44% de estos perros y gatos tendrá la suerte de ser adoptado y un 16% regresará con sus propietarios, pero otro 15% es posible que no vuelva a salir de la protectora y un 20% acabará siendo sacrificado. Muchos otros no llegan a los refugios y mueren atropellados, de hambre o de enfermedades. Y los que sobreviven asilvestrados causan graves perjuicios a la fauna salvaje autóctona. 

En España no existe una ley marco de protección de los animales a nivel estatal. Las competencias están transferidas a las comunidades autónomas y lo que está prohibido en una está permitido en otra. En Cataluña, por ejemplo, abandonar un animal es un delito que puede estar penado con multas de entre 400 y 20.000 euros, dependiendo de si el abandono comporta o no graves riesgos para la integridad del animal.

El 20% de los ejemplares recogidos acaban sacrificados. Un tercio son cachorros

Según denuncia el Partido Animalista contra el Maltrato Animal (PACMA) en su informe sobre la violencia y el abandono de animales en España en 2014, “a día de hoy nadie ha entrado en prisión por maltratar a un animal, y las multas, que rondan los 300 euros, son ridículas comparadas con el daño causado” a esos seres vivos. En 2013 se abrieron 515 procedimientos judiciales por delitos de malos tratos a animales domésticos, según la Memoria de la Fiscalía, y se dictaron 60 sentencias condenatorias.

Como ejemplo del “sistemático maltrato" que sufren los animales no humanos en España, el PACMA cita la muerte del burro exhibido en el belén navideño de Lucena (Córdoba), el caso de Inocente, el perrito quemado vivo en Badajoz, o la muerte de Santa, la podenca que llegó al albergue comarcal de Valle Colino, en Tenerife, en un terrible estado de desnutrición y enfermedad.

Desde esta formación política se lamenta que 2014 se haya cerrado sin la nueva ley de tenencia y comercio de animales, anunciada a bombo y platillo por el Partido Popular. La norma incluía medidas como prohibir la exhibición y venta de perros y gatos en tiendas y pretendía regular un sector con muchas lagunas legales.

“Es el momento de impulsar medidas valientes en defensa de los animales, de poner en marcha iniciativas de control de la cría y comercialización, además de una decidida apuesta por campañas de concienciación sobre el bienestar animal en el currículum escolar y adopción y esterilización de animales abandonados, para dibujar a corto plazo un escenario favorable para la implantación del sacrificio cero en España”, proclama el PACMA.

Como contrapartida, otro estudio reciente aporta el inquietante dato de que uno de cada tres españoles dice conceder más importancia a su perro o a su gato que a sus amigos. El II Análisis Científico sobre el Vínculo entre Personas y Animales, publicado por la misma Fundación Affinity, concluía que la española es una sociedad amiga de las mascotas.

De acuerdo con dicha investigación, el 43% de los ciudadanos convive con una mascota, el 76% declara que le gustan los animales de compañía, el 74% afirma que convivir con uno le hace (o le haría) más feliz y el 71% confiesa comunicarse con frecuencia con su mascota y entender lo que ésta le comunica. Es la versión de una de las partes. Faltaría recabar la opinión de los animales: su nivel de felicidad por vivir recluidos en pisos y otros ambientes no naturales, sometidos al capricho de seres de otra especie, y si realmente éstos entienden lo que les comunican.