Las erupciones volcánicas simuladas pueden estar echando por tierra la capacidad para predecir el clima a corto plazo, según un nuevo estudio publicado en la revista Science Advances (1).

La investigación, dirigida por el Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR) de Estados Unidos, concluye que la forma en que las erupciones volcánicas se representan en los modelos climáticos puede estar enmascarando la capacidad de los modelos para predecir con precisión las variaciones en las temperaturas de la superficie del mar en el Pacífico tropical que se desarrollan durante varios años a una década.

Impacto volcánico en la habilidad de predicción de temperaturas superficiales de varios años a décadas sin tendencia cuadrática / Imagen: Science Advances Impacto volcánico en la habilidad de predicción de temperaturas superficiales de varios años a décadas sin tendencia cuadrática / Imagen: Science Advances

Estas variaciones decenales de la temperatura de la superficie del mar en el Pacífico tropical están relacionadas con efectos climáticos en todo el planeta, como las variaciones de las precipitaciones y los fenómenos meteorológicos graves.

Por lo tanto, unas predicciones precisas podrían proporcionar a los dirigentes de las comunidades, los agricultores, los gestores del agua y otras personas información climática fundamental que les permitiera planificar con años de antelación.

 

Predicción climática a corto plazo

 

"La predicción climática a corto plazo en escalas de tiempo anuales a decenales es un campo importante y de rápido crecimiento en la comunidad climática, ya que salva la distancia entre las predicciones estacionales existentes y las proyecciones climáticas centenarias", afirmó Xian Wu, que dirigió el estudio como investigador postdoctoral en el NCAR.

"Cuando nos basamos en modelos para hacer estas predicciones, es importante considerar cuidadosamente la fidelidad del modelo --prosigue--. En este caso, descubrimos que los errores del modelo en la simulación de la respuesta a las erupciones volcánicas degradaban nuestra capacidad de predicción".

Para el estudio, Wu y sus colegas se basaron en dos colecciones paralelas de simulaciones climáticas del Decadal Prediction Large Ensemble, un conjunto de datos elaborado a partir del Community Earth System Model del NCAR. Estas simulaciones se ejecutaron como hindcasts y abarcan los años 1954-2015, lo que permite a los científicos comparar las simulaciones con lo que realmente ocurrió y evaluar su capacidad para predecir el futuro.

Una colección de simulaciones incluía las tres principales erupciones volcánicas ocurridas durante el periodo estudiado: Agung (1963), El Chichón (1982) y Pinatubo (1991). La otra colección no.

Dado que está demostrado que las grandes erupciones volcánicas pueden tener importantes efectos de enfriamiento a largo plazo sobre el clima, Wu y sus colegas esperaban que la colección de simulaciones que incluía las erupciones volcánicas produjera predicciones climáticas multianuales y decenales más precisas.

 

Degrada la capacidad de predicción del modelo

 

En cambio, descubrieron que la inclusión de las erupciones degradaba la capacidad de predicción del modelo, al menos en el Pacífico tropical, una zona especialmente importante por las conexiones entre las temperaturas de la superficie del mar y los fenómenos climáticos a corto plazo.

Por ejemplo, las simulaciones que incluían los volcanes predecían un enfriamiento posterior de las temperaturas de la superficie del mar en el Pacífico tropical tras las erupciones. En realidad, esa región del océano se calentó, un cambio que fue bien predicho por las simulaciones que no incluyeron las erupciones volcánicas.

Estos resultados ponen de relieve la dificultad de representar con precisión en un modelo los complejos efectos climáticos que siguen a una erupción volcánica, una tarea que se complica aún más porque los investigadores sólo disponen de unos pocos ejemplos reales en el registro de observaciones.

 

Aerosoles que reflejan la luz solar

 

Los científicos saben que los volcanes pueden lanzar gases de azufre a la estratosfera, donde se transforman en aerosoles que reflejan la luz solar. Pero no se sabe muy bien cómo afecta el enfriamiento resultante a todo el sistema terrestre, incluidas las temperaturas de la superficie del mar.

"No disponemos de suficientes observaciones --reconoce Wu--. Y nuestros métodos para observar lo que ocurre en la estratosfera sólo están disponibles desde la era de los satélites, lo que significa que sólo tenemos Chichón y Pinatubo".

Aún así, Wu confía en que las representaciones de las erupciones volcánicas y sus impactos en los modelos puedan mejorarse con el tiempo y que, en última instancia, este trabajo mejore nuestra capacidad para predecir acontecimientos climáticos importantes con años de antelación.

"La variabilidad decenal en el Pacífico tropical es una importante fuente de previsibilidad en todo el mundo --indica--. Afecta al clima de los continentes circundantes y a los ecosistemas marinos. La mejora de las predicciones proporcionará información importante a las partes interesadas".

Referencias