"De animalistas no tienen nada", ya que un animalista "no se lleva la madre y deja a los hijos", afirma Joan Vilaró, el dueño de la granja de conejos de Gurb (junto a Vic, en Barcelona) asaltada el pasado domingo por varias decenas de animalistas, quien tras intentar que las crías fueran 'adoptadas' por otras hembras, ha tenido que sacrificar a unos 90 animales. "Se han llevado 10 o 12 conejas y han dejado todos los pequeños sin madre. Los que quedaron huérfanos, los he puesto con otras madres a ver si los adoptan. Además, se llevaron dos conejas que deben parir esta semana", explica.
Medio centenar de activistas entraron en la instalación y se llevaron por la fuerza a una quincena de animales. Se registraron momentos de tensión al intentar los ganaderos hacerles frente, con algunos empujones, hasta que la fuerza numérica de los intrusos se impuso. Los Mossos d'Esquadra han identificado a una quincena de ellos, que entraron "de forma ilegal" tras saltar una valla y forzar la puerta de entrada, informó la Conselleria de Agricultura de la Generalitat en un comunicado. Varios son menores de edad y tienen diversas nacionalidades.
El departamento que encabeza Teresa Jordà ha anunciado que se personará en el procedimiento judicial derivado de los hechos y también iniciará uno administrativo de carácter sancionador por incumplimientos de la normativa en materia de bienestar y salud animal. Los servicios veterinarios de Agricultura han emitido un informe en el que explican que debido a la entrada en la explotación se sometió a los animales a un importante estrés, que ha afectado a su salud.
No pueden ser liberados
"El conejo es un animal que se estresa con facilidad. Si son una persona o dos no crea estrés. Pero imagínate cuatro o cinco personas en cada nave a escape y haciendo todas las animaladas del mundo. El jueves es día de partos, veremos las consecuencias del estrés en unas tres semanas. Por otra parte, supongo que los animalistas saben que no son animales de bosque, si los sueltan, no sobrevivirán. Forman parte de la cadena alimentaria humana. Además, se les debe dar el pienso adecuado para vivir; si los dan zanahorias y lechuga, en tres días estarán muertos".
Según el granjero, el impacto causado por los casi sesenta activistas es peor que el que habría provocado un depredador que hubiera entrado en una nave, como un zorro. "Podría hacer daño a una nave concreta y lo notaría, pero en toda la granja como hicieron los animalistas, no. Un animal solo no puede ni tiene suficiente tiempo".
Según Agricultura, los activistas "sustrajeron como mínimo 10 hembras, ocho de ellas con cría, dejando crías huérfanas, y también lesionaron de forma permanente a otra". Ante el incremento de este tipo de actuaciones por parte de grupos animalistas, Agricultura puso en marcha un protocolo de coordinación para la gestión de las entradas ilegales de personas a explotaciones ganaderas. El Ayuntamiento de Gurb también ha anunciado que se presentará como acusación particular ante la entrada en esta granja porque "rechaza totalmente estas acciones y defiende a los ganaderos que hacen bien las cosas".
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