El Día Mundial de la Asistencia Humanitaria se celebra el 19 de agosto de cada año. Esta efeméride, que se celebra desde 2008, tiene como objetivo honrar a quienes arriesgan sus vidas para ofrecer ayuda humanitaria en situaciones de crisis y desastres naturales, así como para generar conciencia sobre la importancia de la asistencia humanitaria en todo el mundo.

Sumario

 

El 19 de agosto de 2003, un atentado con bomba en el Hotel Canal de Bagdad (Irak) acabó con la vida de 22 trabajadores humanitarios, entre los que se encontraba el representante especial del secretario general de la ONU para Irak, Sergio Vieira de Mello. Cinco años después, en 2008 la Asamblea General adoptó la resolución A/RES/63/139 que establecía el 19 de agosto como Día Mundial de la Asistencia Humanitaria (WHD o World Humanitarian Day en inglés).

Cada año, en el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, se elige un tema específico que reúne a colaboradores de todo el ámbito humanitario con el propósito de abogar por la supervivencia, el bienestar y la dignidad de aquellos que se ven afectados por diversas crisis.

Además, se promueve la seguridad de los profesionales que se dedican a brindar ayuda humanitaria. En la edición de este 2023 se pretende resaltar el compromiso de estos trabajadores con las personas a las que asisten, sin importar su origen, ubicación o situación. La campaña utiliza el hashtag #EstamosAquí para enfatizar que todos ellos están unidos por una misión compartida de salvar y proteger vidas.

El Día Mundial de la Asistencia Humanitaria es una iniciativa promovida por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA), que busca generar conciencia y acción en beneficio de quienes enfrentan crisis y necesidades urgentes en todo el mundo.


 

460 ataques, con 203 heridos, 140 muertes y 117 secuestros

 

Según el informe de la base de datos sobre la seguridad de los trabajadores humanitarios, en 2021, 460 trabajadores humanitarios sufrieron ataques: 140 fueron asesinados, 203 heridos y 117 secuestrados. De los trabajadores humanitarios que fallecieron, el 98 % eran personal nacional y el 2 % eran personal internacional (expatriado).

Más de la mitad (53 %) eran empleados de ONGs nacionales. La mayoría fue asesinada con armas pequeñas en incidentes de disparos, y el 21 % de las fatalidades ocurrieron en las oficinas de la organización o en el lugar de proyectos.

La segunda causa de muerte más grande conocida fueron los ataques aéreos y el bombardeo, principalmente impulsados por Siria. Se espera que el balance de víctimas de 2022 (aún sin publicar) sea superior debido a la guerra en Ucrania, donde los ataques con cohetes y el bombardeo amenazan por igual a civiles y trabajadores humanitarios.


 

Sudán del Sur, Afganistán, Siria, Yemen y Ucrania principales focos violentos

 

Los principales focos de violencia se dan en zonas con condiciones de conflicto intenso, donde la gestión de riesgos se ve desafiada por la amenaza de violencia aleatoria y colateral, como ataques aéreos, bombardeos, minas terrestres y municiones no detonadas.

Los principales ataques violentos se dieron en Sudán del Sur, Afganistán y Siria. Existe también un factor de riesgo importante en Yemen que sufre actualmente la crisis humanitaria más grande del mundo. Se estima que en 2021 un total de 20,7 millones de personas (el 67 % de la población del país) precisaban asistencia humanitaria. De estas, más de 12 millones sufrían una necesidad aguda.

Los ataques militares indiscriminados también tienen el potencial de convertirse en un obstáculo cada vez mayor para la respuesta humanitaria en Ucrania, donde las perspectivas de lograr una desescalada exitosa con el ejército de la Federación Rusa parecen sombrías.


 

274 millones de personas en 63 países necesitan ayuda humanitaria

 

Según el informe "Panorama Global Humanitario 2023", emitido por la ONU y sus colaboradores en el ámbito humanitario, la cifra de personas necesitadas en el mundo es de 274 millones, dispersas en 63 países. El informe también pone de manifiesto que la acción humanitaria deberá ajustarse a circunstancias nuevas y complejas.

La pandemia de COVID-19 ha causado estragos en naciones en desarrollo, persistiendo el impacto sobre la población civil y el aumento constante de la pobreza extrema. Los efectos del cambio climático generan estragos y un total de 161 millones de personas se encuentran en situación de inseguridad alimentaria grave.

Por lo tanto, es imperativo centrarse en las personas más desfavorecidas, ofrecer servicios esenciales de respaldo a refugiados, superar la interrupción de los servicios de atención médica y asegurar la ejecución oportuna y eficaz de las operaciones humanitarias.

El derecho a la asistencia humanitaria es un garante del respeto a los derechos fundamentales que corresponden a todas las personas, como el derecho a la vida, a la atención médica, y a la protección contra tratos inhumanos o degradantes. También incluye otros derechos cruciales para su supervivencia, bienestar y resguardo en momentos de emergencia.


 

Principales riesgos de los trabajadores humanitarios

 

Debido a la naturaleza de su trabajo en situaciones de crisis y emergencias, los trabajadores humanitarios se exponen a muchas dificultades:

  • Seguridad personal: En zonas de conflicto o en áreas afectadas por desastres, los trabajadores humanitarios pueden enfrentar amenazas directas a su seguridad debido a la violencia armada, actos de terrorismo, secuestros y otros peligros.

  • Violencia: Los trabajadores humanitarios a menudo operan en entornos donde hay tensiones y conflictos por lo que pueden estar expuestos a actos de violencia física, verbal o psicológica por parte de partes en conflicto o grupos armados.

  • Acceso restringido e infraestructuras dañadas: En algunos casos, pueden enfrentar restricciones de acceso a áreas afectadas. Igualmente, los desastres naturales y conflictos pueden dañar la infraestructura vital de carreteras, puentes y hospitales y presentar desafíos logísticos, como falta de transporte, comunicaciones interrumpidas y dificultades para llegar a áreas remotas, lo que dificulta la prestación de asistencia y servicios.

  • Riesgos de salud: En situaciones de crisis, los trabajadores humanitarios pueden estar expuestos a enfermedades contagiosas y a condiciones de salubridad deficientes, lo que aumenta el riesgo de infecciones y enfermedades.

  • Trauma emocional: El trabajo en entornos de crisis puede exponer a los trabajadores a situaciones traumáticas y angustiantes, lo que puede tener un impacto emocional significativo en su bienestar mental y emocional. El trabajo con comunidades afectadas por desastres y conflictos puede ser emocionalmente agotador, ya que están expuestos a historias de sufrimiento y pérdida.

  • Desplazamiento forzado: En algunos casos, los trabajadores humanitarios pueden ser desplazados forzosamente debido a la inseguridad, lo que afecta su propia seguridad y la capacidad de brindar ayuda.

  • Falta de recursos: En muchas situaciones pueden enfrentar escasez de recursos, incluyendo suministros médicos, alimentos y agua, lo que dificulta su capacidad para brindar asistencia efectiva.