Una investigación dirigida por Joaquim Garrabou, del Instituto de Ciencias del Mar (ICM) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), revela que el Mediterráneo, antes de que la pesca se intensificara, acogía poblaciones de coral rojo con densidades relativamente elevadas de colonias de gran tamaño, probablemente centenarias, incluso a poca profundidad.

En el trabajo, que acaba de publicarse en la revista Scientific Reports, han participado también la Universidad de Barcelona, el Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB) del CSIC y la Universidad de Girona, el Instituto Mediterráneo de Oceanología, el Parque Regional de Córcega (Francia) y la National Geographic Society (Estados Unidos), así como la Universidad de Oporto (Portugal), la Universidad de Zagreb (Croacia) y la Estación Zoológica Anton Dohrn (Italia).

El estudio ha sido posible gracias al descubrimiento, en 2010, de una población virgen de coral rojo en Córcega, dentro de la Reserva Natural de Scandola, en una cueva submarina. Esta población presenta un estado de conservación que nunca se había visto hasta ahora a profundidades someras y constituye una auténtica ventana al pasado.

Los investigadores han analizado el estado, la biomasa y la densidad de población de esta población y las han comparado con las de otras poblaciones, algunas de las cuales han estado protegidas durante las últimas décadas. Los datos resultantes son abrumadores. La biomasa de coral de la población descubierta en Córcega es 100 veces superior a las de las otras poblaciones que se conocen en el Mediterráneo, incluyendo las de zonas protegidas desde hace más de 40 años. Esto implica que "este estudio hará replantearse cuál es el estado de referencia de las poblaciones de coral rojo, así como la sostenibilidad de la pesca del coral", dice Joaquim Garrabou.

En opinión de Cristina Linares, coautora del estudio e investigadora de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona, "esta población de coral rojo presenta un estado de conservación tan excepcional debido a su ubicación dentro de la zona integral de la Reserva Marina de Scandola, una de las mejor gestionadas de todo el Mediterráneo gracias al intenso esfuerzo de vigilancia".

Hace más de un millar de años que el coral rojo se utiliza como ornamento y elemento de joyería, pero en el último siglo la creciente presión pesquera ha acelerado el declive de las poblaciones de esta especie y las ha llevado cerca del colapso.
El coral rojo Corallium rubrum es un animal del grupo de los antozoos (animales en forma de planta). Se caracteriza por tener un crecimiento muy lento (alrededor de 1 milímetro por año en altura y 0,25 en diámetro), por lo que sus poblaciones necesitan largos periodos de tiempo, probablemente siglos, para recuperarse.

Ecológicamente, las poblaciones de coral rojo juegan un papel importante en los ecosistemas marinos, dado que con su crecimiento estructuran los hábitats y permiten el desarrollo de otras especies de las ricas comunidades del coralígeno, y son también zonas de refugio para alevines de otros invertebrados y peces.

Precisamente, algunos de los investigadores de este trabajo son también autores de un informe encargado por la Generalitat de Catalunya que muestra la crítica situación del coral rojo en las costas catalanas. A raíz del informe, en el que han participado expertos del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC, de la Universidad de Barcelona, y del ICTA de la Universidad Autónoma de Barcelona, esta semana la Generalitat de Catalunya ha anunciado una moratoria de 10 años durante los cuales estará prohibida la extracción de coral rojo. La moratoria, a partir del 2018, podría ser prorrogable.