La invasión de Rusia a Ucrania constituye una clara violación del derecho internacional. Esta devastadora guerra está provocando miles de víctimas, destrucción de infraestructuras civiles, más de 8 millones de personas refugiadas ucranianas por toda Europa y una crisis ambiental, energética y social con consecuencias planetarias que afecta sobre todo a los países más pobres.

Dentro del amplio centenar de entidades adheridas a Cataluña se encuentran partidos políticos, sindicatos y ONG por la Paz como CC OO de Cataluña, Esquerra Republicana de Cataluña, Open Arms, Barcelona en Comú o Ecologistas en Acción de Cataluña, entre muchas otras.

La guerra en Ucrania se suma a la treintena de guerras y conflictos abiertos que existen actualmente en el mundo. La humanidad y el planeta no pueden aceptar que las disputas se resuelvan mediante el recurso de las armas, las bombas y las matanzas. Es un camino sin retorno que deja a los países peor de cómo los ha encontrado. La guerra es una derrota de la humanidad. ¡Es una vergüenza!

La sociedad civil de Cataluña ha madurado una larga tradición pacifista y en el pasado ha organizado grandes manifestaciones por la paz. Las entidades reunidas en torno a la llamada Cataluña por la Paz queremos hacer oír nuestra voz en solidaridad con el pueblo ucraniano y con las víctimas de todas las guerras y en especial los colectivos más desprotegidos, como las mujeres, los niños o la clase trabajadora en general, a la que se está precarizando aún más en aras de la guerra. Pedimos un alto el fuego y la creación de una mesa de negociación para salvar vidas y para detener la devastación de Ucrania. Asimismo, pedimos la prohibición de todas las armas nucleares.

La guerra en Ucrania debe detenerse de inmediato. ¡Basta sufrimiento, suficientes muertes, suficiente destrucción!


La paz es el futuro

 

Las instituciones de nuestro país, los estados miembros de la Unión Europea conjuntamente con Naciones Unidas deben tener un papel más activo y deben asumir la responsabilidad de impulsar unas negociaciones, detener la escalada militar y conseguir un alto el fuego inmediato. Urge trabajar por una solución política del conflicto y, mientras, asegurar la acogida y la ayuda humanitaria a las personas refugiadas.

Se deben poner todos los recursos y medios de la diplomacia para primar el respeto
al derecho internacional y reunir a los representantes de todos los gobiernos implicados para que sea posible encontrar una paz justa. Es necesario retornar al modelo de seguridad compartida y comprometer a todos los estados a eliminar las armas nucleares, reducir el gasto militar a favor de inversiones para luchar contra la pobreza, para financiar la transición ecológica y el trabajo digno.

Pedimos que nuestras instituciones asuman esta agenda de paz y trabajen entodos los foros europeos e internacionales por su desempeño.