La producción de alimentos contribuye de manera importante al cambio climático, ya que representa alrededor de un cuarto de las emisiones de carbono en todo el mundo.

Un nuevo estudio que examinó las dietas del mundo real de miles de personas en Estados Unidos revela que podríamos reducir considerablemente la huella de carbono de lo que comemos al cambiar solo un alimento cada día.

"Encontramos que sustituir la carne de res por carne de ave provoca una reducción promedio de los gases de efecto invernadero de la dieta a prácticamente la mitad", explica el autor principal del estudio, Diego Rose, profesor y director de nutrición de la Universidad de Tulane, que se ha presentado en Nutrition 2019, la reunión anual de la American Society for Nutrition.

"Por lo que sabemos, este es el único estudio representativo a nivel nacional de la huella de carbono de las dietas elegidas individualmente en Estados Unidos. Esperamos que esta investigación aumente la conciencia sobre el papel del sector alimentario en el cambio climático y el impacto considerable de un simple cambio en la dieta", explica el investigador.

El nuevo estudio se basa en información sobre la dieta de más de 16.000 participantes en la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición 2005-2010.

Una parte de esta encuesta les pidió a los participantes que recordaran todos los alimentos que consumieron en las últimas 24 horas.

Los investigadores utilizaron esta información para determinar qué alimentos provocaban las mayores emisiones de gases de efecto invernadero y para calcular una huella de carbono para cada dieta individual.

Descubrieron que los diez alimentos con mayor impacto en el medio ambiente eran todos cortes de carne de res y que alrededor del 20 por ciento de los participantes reportaron haber consumido uno de estos alimentos con alto contenido de carbono.

Usando la simulación, los investigadores calcularon una nueva huella de carbono para cada dieta al reemplazar la carne de res con el producto avícola relacionado más cercano.

Por ejemplo, un filete de ternera a la parrilla se reemplazó con pollo asado y carne picada con pavo. Cada sustitución se realizó solo una vez por cada persona que consumió uno de los alimentos con alto contenido de carbono.

Se sabe que los alimentos de origen animal contribuyen más a las emisiones de gases de efecto invernadero que los alimentos de origen vegetal.

Los alimentos de animales rumiantes, como la carne de res y el cordero, tienen una huella de carbono particularmente alta porque las vacas y las ovejas también liberan gas metano.

"Nuestra simulación demostró que no tienes que renunciar a los productos animales para mejorar tu huella de carbono. Una sola sustitución de alimentos produjo cerca de una reducción del 50 por ciento de media en la huella de carbono de una persona", destaca Rose.

Los investigadores planean ampliar esta investigación, que se centró en las emisiones de gases de efecto invernadero en la dieta, para incluir otros impactos ambientales como el uso del agua.

Aunque no es el tema de este estudio, señalan que el desperdicio de alimentos y la sobrealimentación también aumentan la huella de carbono de nuestra dieta.

Por lo tanto, además de comer alimentos bajos en carbono, una mejor planificación de las comidas y el consumo de sobras también pueden ayudar a reducir la huella de carbono.