Más del 30% de la población mundial no tiene acceso a agua limpia y disponible en sus hogares, lo que equivale a 2.100 millones de personas, y el 60%, 4.500 millones, carece de un sistema de saneamiento adecuado, según un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

El informe Programa de evaluación de agua potable, saneamiento e higiene: actualización 2017 y objetivos de desarrollo sostenible, es el primer estudio de los sistemas de agua potable y saneamiento a nivel global. Naciones Unidas concluye que la cantidad de personas que todavía no tienen acceso a estos derechos es demasiado grande, un problema que además se agudiza en las zonas rurales y afecta sobre todo a la infancia.

"El agua potable, el saneamiento y la higiene en las viviendas no deben ser un privilegio de los que son ricos o viven en centros urbanos", ha declarado el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. Cerca de 263 millones de personas en zonas rurales deben dedicar más de media hora de camino para acceder a una fuente o pozo.

Propagación de enfermedades

Las malas condiciones favorecen la propagación de enfermedades como el cólera, la disentería, la diarrea, la hepatitis A y la fiebre tifoidea. Los más vulnerables son los niños y cerca de 361.000 menores de 5 años mueren cada año por diarrea. Los conflictos armados en muchos de los países estudiados aumentan la dificultad de acceso y mal estado del agua, aumentado hasta en cuatro veces más el riesgo que corren los niños de no poder usar servicios básicos.

"Muchos hogares, centros de salud y escuelas no tienen agua y jabón para lavarse las manos", recoge el estudio. El 85% de la población en los países del África subsahariana carecen de ellos.

Millones de personas más pueden acceder a suministros de agua desde el año 2000, sin embargo, una mejora de las infraestructuras no siempre garantiza un mejor saneamiento. Unos 600 millones de personas deben compartir un inodoro o letrina con otros hogares y 892 millones de personas defecan al aire libre. "Debido al crecimiento demográfico, la defecación abierta está aumentando en el África subsahariana y Oceanía", recoge el informe.