Los pescados son alimentos de una gran relevancia nutricional. Su aporte de proteínas, vitamina D, yodo, selenio, vitamina B12 y ácidos grasos omega 3 los convierten en un pilar básico de la alimentación saludable.

Sin embargo, desde hace tiempo preocupa a los expertos el hecho de que algunos pescados contengan metales pesados. Estos metales se han acumulado en las últimas décadas en cantidades excesivas en el medio marino, debido fundamentalmente a la contaminación producida por la actividad humana.

En los pescados que llegan a nuestros puertos aparecen metales pesados como plomo, mercurio, cadmio o estaño… Uno de los que más inquietud está generando es el mercurio en su forma metilada (metil-mercurio) por ser altamente tóxico para el organismo, ya que puede producir efectos graves en algunos órganos y sistemas.

El sistema nervioso, los riñones, el hígado y los órganos reproductivos pueden verse especialmente dañados por la presencia de metales pesados en el organismo. Sin embargo, su impacto neurotóxico es probablemente el más peligroso.

Si bien el problema de la toxicidad de los metales pesados es importante en todas las etapas de la vida, las mujeres embarazadas y niños pequeños son la población más sensible a sus efectos y son quienes deben tener mayor cuidado de no ingerirlos.

Distintos estudios e investigaciones (como la realizada por científicos de la Universidad de Granada) indican que, debido al carácter acumulativo de la contaminación por metales pesados, los pescados y mariscos que presentan mayor concentración son los de talla más grande, los situados en la parte alta de la cadena trófica, como:

  • Atún
  • Pez espada
  • Tiburón
  • Pintarroja
  • Panga

Dentro del grupo de los mariscos, preocupan especialmente los mejillones y los berberechos, que filtran el agua contaminada para alimentarse.

En la población adulta, en general no suele ser necesaria la eliminación completa de la dieta de estos pescados. Pero sí se aconseja reducir su consumo, alternándolos con otros tipos de pescado más seguros en este sentido. Algunos de los pescados con menor riesgo de contaminación son aquellos de menor tamaño, o de agua dulce:

  • Lubina
  • Dorada
  • Sardinas
  • Lenguado
  • Trucha
  • Salmón

En el caso de mujeres embarazadas o en período de lactancia y niños se recomienda evitar en todo momento consumir los peces o mariscos con mayor riesgo de contaminación.