Cada vez más destinos de distintas características y tamaño, desde pequeñas comarcas a países enteros, están participando en proyectos con el objeto de avanzar en la sostenibilidad íntegra de su oferta para los viajeros. Lo hacen buscando un desarrollo económico local, promoviendo la participación de las comunidades anfitrionas, implicando y capacitando a la industria turística autóctona, mejorando la gestión medioambiental de las zonas turísticas, etc…

Muchos de estos destinos están recabando ayuda de distintas plataformas que promueven el turismo sostenible, como el Consejo Global de Turismo Sostenible (GSTC), el Centro internacional para el Turismo Responsable (ICRT Leeds), la Asociación de Turismo de Aventura (ATTA), la Rainforest Alliance e incluso la propia Unión Europea con programas como el EDEN (Destinos de Excelencia Europeos).

Algunos de los destinos que más están avanzando en este terreno son Lanzarote y Vitoria-Gasteiz en España, Noruega y la Toscana a nivel europeo, Costa Rica, México, Chile, Perú, Argentina, Sudáfrica y hasta Kenia, sin olvidar algunas iniciativas en el Sudeste asiático y Australia.

Varios de ellos incluso están apostando por las Certificaciones en Turismo Sostenible y Ecoturismo para avanzar por la senda de la sostenibilidad y que ese proceso les aporte la credibilidad y visibilidad necesaria ante los turistas, como es el caso de Barcelona, Noruega y Costa Rica.

Noruega ha sido elegida varias veces como líder mundial en este ámbito

El país nórdico, además de participar en distintos programas de promoción del turismo sostenible y resultar elegido en varias ocasiones como el destino más sostenible del mundo, ha puesto en marcha este año un estándar propio para acreditar la sostenibilidad a aplicar en todo el territorio nacional, tras haber sido puesto a prueba en cuatro de sus principales destinos turísticos.

En el caso de Costa Rica, el camino seguido es ya largo y muy serio. Tanto es así que cuenta con su propia certificación de turismo sostenible, con la cual se identifican muchísimas empresas turísticas locales, alojamientos, empresas de transporte de viajeros,.. Esta certificación es una muy buena pista para los viajeros concienciados a la hora de elegir guía, alojamiento, restaurante y demás servicios durante su viaje.

Además, Costa Rica es un país muy activo en su relación con organizaciones como la Rainforest Alliance a la hora de promover, sensibilizar y formar a la población y los profesionales en turismo sostenible. Cualquier viajero que encuentre a su paso proyectos, empresas locales o alojamientos que están trabajando de la mano de esta organización no gubernamental de defensa de los bosques tropicales puede estar seguro de que los mismos están implicándose en la tarea de conseguir una Costa Rica más sostenible turísticamente hablando.

Esto mismo sucede en otros países de la región como Guatemala, Nicaragua o Panamá, que en los últimos años están trabajando y avanzando muchísimo tanto a nivel público como privado, y se están convirtiendo en destinos de referencia para ecoturistas y viajeros que buscan un turismo más responsable.

Otro destino implicado es México, en el que cada vez son más numerosos los proyectos locales sostenibles, como la iniciativa Corazón y Vida Maya en el estado de Quintana Roo, e incluso proyectos promovidos y apoyados por los organismos públicos se están viendo muy reforzados por organizaciones turísticas como ATTA (Asociación Internacional de Turismo de Aventura).

Especial mención en el país merece el proyecto ubicado en la Reserva de la Biosfera de la Sierra Gorda, en el Estado de Querétaro, ya muy desarrollado y con infinidad de pequeñas acciones que están beneficiando muchísimo a las comunidades locales y atrayendo a visitantes que buscan actividades de ecoturismo y contacto con los locales.

Costa Rica cuenta con una larga experiencia y tiene su propia certificación específica

México ya se encuentra en proceso de participar en el programa de Destinos Piloto de los Criterios de Turismo Sostenible que el GSTC puso en marcha el pasado año 2012 con destinos como Lanzarote, los Fiordos Noruegos o Botsuana, y en el que este año participarán la Región de los Lagos en Chile, Cuzco y Machu-Picchu en Perú, Kenia, Cerdeña, la Rivera Maya mexicana y quizás la capital vasca, Vitoria-Gasteiz.

Estas iniciativas no sólo se ven promovidas por organizaciones sin ánimo de lucro o profesionales del sector turístico: la propia Unión Europea está animando a los destinos del continente para que se desarrollen de una manera más competitiva y a la vez sostenible. A través de programas como el EDEN, se está asegurando de que destinos, especialmente pequeños, empiecen a enfocar su actividad turística para atraer turistas concienciados y que busquen experiencias culturales auténticas.

La región italiana de Toscana es una de las que está liderando estas iniciativas, contando hasta con su propio Observatorio de Turismo Responsable, lo que la convierte en un destino ideal para los viajeros responsables en Europa.

Todo ello nos muestra que es ya muy generalizada la apuesta por la sostenibilidad turística en todos los continentes, y que incluso destinos muy castigados por modelos insostenibles como el turismo de masas están aprendiendo de los errores cometidos y desean introducir los cambios oportunos para un desarrollo futuro más respetuoso y perdurable no sólo en el ámbito medioambiental sino también en el económico y sociocultural.

Sólo falta el apoyo de los viajeros, que pueden premiar con su visita a estos destinos, iniciativas y pequeñas empresas turísticas locales que están apostando por hacer turismo de otra manera, el turismo responsable y sostenible.