Los singulares arrecifes de esponjas de cristal (o vítreas) están un poquito más lejos de la extinción. Porque el Gobierno de Canadá ha anunciado la designación de una nueva área marina protegida para preservarlos. Estas únicas estructuras subacuáticas se encuentran frente a la costa norte de la Columbia Británica, en una zona conocida como Mar de Cristal (Sea of Glass, en inglés). Son los últimos vestigios de una especie europea ancestral que asentó los cimientos del paisaje europeo contemporáneo.

Mientras los dinosaurios vagaban por la tierra, enormes arrecifes de esponjas vítreas prosperaban en los mares prehistóricos. "Hace 200 millones de años, gigantescos arrecifes de esponja de cristal se extendían por todo el prehistórico Mar de Tetis, que cubrió gran parte de lo que ahora es Europa Central", expone el paleontólogo y experto en esponjas vítreas de la Universidad de Stuttgart, Manfred Krautter.

Los restos fosilizados de estos arrecifes forman acantilados que se extienden por las montañas del Cáucaso en Rusia, Polonia, la Jura de Franconia y de Suabia en Alemania, el norte de Suiza, el este de Francia y de España hasta llegar al Algarve, en el sur de Portugal. Los arrecifes desaparecieron hace unos 40 millones de años y por ello, los científicos los habían dado por extintos, tal y como afirma Krautter.

Sin embargo, en 1987, un equipo de científicos que estudiaban el lecho marino frente a la costa norte de la Columbia Británica (Canadá), descubrieron la existencia de estos ecosistemas únicos. Desde aquel descubrimiento se ha detectado un puñado de arrecifes de menor tamaño en otros lugares de la Columbia Británica y Alaska.

En 1987 los científicos descubrieron la existencia de estos ecosistemas únicos

“Encontrar arrecifes de esponjas de cristal vivo fue como encontrar una manada de dinosaurios en la isla de Vancouver, fue una gran sorpresa", agrega el paleontólogo, que colaboró con los científicos canadienses en la realización de la primera inspección completa del arrecife hace casi dos décadas gracias al apoyo de la Fundación Alemana de Investigación (Deutsche Forschungsgemeinschaft).

Hoy, los arrecifes canadienses de Hecate Strait y Queen Charlotte Sound son los únicos grandes arrecifes vivos de esponjas vítreas del planeta: tienen más de 9.000 años de edad, están a unos 200 metros de profundidad, cubren 1.000 kilómetros cuadrados de lecho oceánico y en algunos tramos llegan a alcanzar una altura equivalente a la de un edificio de ocho plantas. Están formados por tres especies: Heterochone calyx, Aphrocallistes vastus y Farrea occa.

Como los arrecifes de coral, los de esponjas vítreas desempeñan una función ecológica importante como hábitat, zonas de cría y viveros para invertebrados y peces, entre los que figuran el camarón manchado y varias especies de peces de roca y tiburones. El esqueleto mineral de las esponjas vítreas o hexactinélidos está formado por espículas silíceas de seis radios que se cruzan en ángulo recto, conocidas como hexactinas, lo que da nombre al grupo. Consta la existencia de unas 500 especies distribuidas por los océanos de todo el mundo de forma individual.

Aunque parezcan plantas, son animales, uno de los grupos más antiguos de la tierra: aparecieron por primera vez hace más de 570 millones de años, mucho antes de que lo hicieran los primeros peces y los primeros dinosaurios. Los primeros arrecifes de este tipo se formaron hace unos 220 millones de años. Sin bocas ni pulmones, bombean agua a través de sus cuerpos para respirar, alimentarse y eliminar desechos.

La consistencia del merengue

La Sociedad Canadiense de parques naturales y flora y fauna salvajes (CPAWS, por sus siglas en inglés), quien lleva años trabajando para proteger a los arrecifes de esponjas de cristal, ha celebrado las medidas anunciadas por el Gobierno. Según la organización, estos arrecifes, que son “un tesoro internacional”, contarán a partir de ahora con una protección integral "gracias a los incansables esfuerzos" realizados durante los últimos 16 años.

"Nos sentimos exultantes al saber que estos arrecifes se convertirán en la siguiente área marina protegida de Canadá y recibirán finalmente la protección que tanto necesitan", declara la directora nacional del Programa para los Océanos de CPAWS, Sabine Jessen, quien califica de "tesoro nacional" estos arrecifes, que son únicos en el mundo e "increíblemente importantes" por lo que merecen una "protección sólida" para poder seguir siendo "una fuente de asombro y admiración para las generaciones venideras".

"Creemos firmemente que ofrecer una protección fuerte a los arrecifes proporcionará beneficios significativos a largo plazo", declara Jessen, ya que estos arrecifes tienen la función de vivero para un gran número de especies de valor comercial y la sostenibilidad de muchas pesquerías dependen de ellos.

Cerca del 50% de los arrecifes han sido destruidos por artes
de pesca agresivas

Pero no hay que olvidar que las esponjas de cristal, como se puede deducir de su nombre, son muy sensibles a las perturbaciones y muy frágiles, ya que tienen la “consistencia del merengue o el pan de gamba por lo que son dañadas con suma facilidad”, añade Jessen. Por ello, las artes de pesca agresivas, como el arrastre o las trampas para camarones pueden aplastarlos, mientras que las nubes de sedimento levantadas al arrastrar el equipo por el lecho marino pueden sofocar y asfixiar las esponjas. "Lamentablemente, pensamos que alrededor del 50% de los arrecifes de esponja de cristal ya ha sido destruido por los arrastreros de fondo y otros artes de pesca pesados", denuncia Jessen. Además de por la pesca, también están amenazados por las industrias de petróleo y gas en alta mar.

El área marina protegida prohibirá realizar toda actividad de pesca de contacto con el lecho marino en un perímetro de 200 metros alrededor de los arrecifes hasta que pueda demostrarse que dichas actividades no son dañinas y también aplicará "medidas más severas" a las pesquerías de arrastre pelágico, que no entran en contacto con el lecho marino.

Por otro lado, un consorcio de investigadores de la Unión Europea, Canadá y Estados Unidos ha recibido 10 millones de euros de financiación del programa de I+D de la Unión Europea Horizonte 2020 para realizar un proyecto subvencionado de cinco años para estudiar la biología, la ecología, la genética, la fisiología y la bioactividad de las esponjas. Todo para que no vuelvan a darse por extintas.