Hasta el momento, la exploración espacial no ha conseguido encontrar vida en otros planetas. Ahora, por primera vez, se plantea llevarla desde la Tierra. La Agencia Nacional del Espacio norteamericana (NASA, en sus siglas en inglés) planea cultivar en la Luna diversas especies vegetales: nabos, albahaca y una especie considerada por los agricultores y jardineros como una mala hierba, en el que será el primer experimento biológico realizado por la ciencia fuera de nuestro mundo.

El experimento está previsto para finales de 2015 y viajará en una pequeña nave privada no tripulada, la que resulte ganadora del premio Lunar X convocado por Google, con un premio de 40 millones de dólares (29 millones de euros) para quien consiga hacer aterrizar en esa fecha un módulo en el satélite, y en el que participa un equipo español

Los brotes afrontarán la radiación ultravioleta y una gravedad seis veces menor

El módulo transportará un pequeño vivero sellado en el que viajarán semillas de los citados cultivos, así como un pequeño depósito de agua y un papel de filtro cargado de nutrientes para alimentar a las plantas cuando germinen. Tras el alunizaje, el depósito empezará a rociar líquido sobre las semillas y su abono. La NASA tiene previsto distribuir viveros de este tipo en centros educativos como actividad didáctica. 

Según el Centro Ames de Investigación de la NASA, la cámara sellada, un habitáculo de aproximadamente un kilo de peso, transportará “un centenar de semillas de arabidopsis, 10 de nabos y 10 de albahaca”, y todas ellas deberían poder germinar en un periodo de entre “cinco y 10 días”, que es el tiempo estimado que les podría durar el aire contenido en el habitáculo y el plazo durante el que se las someterá a seguimiento y serán fotografiadas regularmente. La arabidopsis thaliana, de pequeñas flores blancas, fue la primera planta cuyo genoma fue secuenciado.

El objetivo es comprobar si estos vegetales pueden prosperar en las difíciles condiciones lunares (sin atmósfera que los proteja de las radiaciones solares, con una menor gravedad, con tremendos cambios de temperatura, con un ciclo día/noche mucho más largo) para empezar a sondear la posibilidad de que seres humanos puedan asentarse durante largos periodos en el satélite de la Tierra para vivir y trabajar en ella, incluso “por décadas”. Según los responsables del proyecto, las plantas podrían ejercer en este terreno la misma utilidad que para los mineros tenía “llevar un canario a una mina de carbón”.

Alteraciones genéticas

“Las plantas pueden resultar tan sensibles a las condiciones ambientales como los humanos. A veces, incluso más. Y su material genético puede verse igualmente dañado por la radiación”, lo que contribuirá a dilucidar si los astronautas podrían verse afectados por las mismas.

La temperatura en la superficie de la Luna, por su parte, puede llegar a oscilar en el mismo día entre los 100 grados centígrados sobre cero y los 173 bajo cero. Y el día lunar, con cuya alternancia de sol y sombra deberían las plantas intentar llevar a cabo la fotosíntesis, dura exactamente lo mismo que un mes terrestre, debido a que la Luna emplea el mismo tiempo en completar sus movimientos de rotación y traslación (razón por la cual siempre muestra la misma cara a la Tierra).

Se trata de un primer estudio sobre la viabilidad de la vida humana en aquel astro

Por ahora, incluso con una cobertura protectora (el satélite carece de oxígeno) resultaría imposible plantar las semillas directamente sobre el suelo lunar, que carece de una capa fértil debido a la inexistencia de materia orgánica que pueda generarlo. Pero las plantas astronautas utilizarán únicamente la luz ambiental que recibe el planeta, sin ninguna aportación de iluminación artificial, habitual en los viveros, que pueda propiciar su crecimiento.

Por lo que respecta a la microgravedad, algunos experimentos realizados en la Estación Espacial Internacional han permitido comprobar que algunas plantas pueden adaptarse a ella. La NASA ha logrado cultivar (y cosechar) una especie de lechuga, guisantes y rábanos. El proyecto Un invernadero en el espacio, desarrollado por el área de Vuelos Tripulados de la Agencia Espacial Europea (ESA), logró hacer germinar semillas de arabidopsis thaliana, pero las plantas fueron atacadas por hongos y se suspendió el experimento para no poner en peligro la salud de los astronautas.

Sin embargo, la Luna será otra cosa. Para empezar, deberán soportar la intensa radiación solar ultravioleta sin ningún filtro atmosférico. Y la gravedad allí es seis veces menor que en la Tierra. Una supervivencia de 14 días demostraría que las plantas son capaces de brotar en el ambiente de radiación y gravedad de la Luna. Si aguantaran 60 días, harían viable la reproducción sexual (meiosis) en un ambiente lunar. Una duración de 180 días permitiría a los investigadores verificar los efectos de la radiación sobre los rasgos genéticos dominantes y recesivos de estos organismos. Y una posible reproducción y nacimiento de nuevas generaciones aportaría una información mucho más valiosa para la ciencia.