Desde el hacha de sílex a los nanorrobots, el progreso científico y tecnológico de la humanidad ha sido meteórico pero, a la vez que ha solucionado muchos problemas, a menudo ha creado otros nuevos, o ha puesto herramientas muy poderosas en manos de quien no debería...

Es evidente que todo en la vida se puede usar bien o mal. La electricidad permite encender bombillas para iluminarnos o poner en marcha sierras mecánicas para asesinarnos (ríe). Los coches son empleados a diario por millones de personas, y hay muchos accidentes en los que mueren miles de personas. Los aviones a veces se caen. Pero una persona normal de nuestro tiempo vive mucho mejor que un rey del siglo XVIII. Al final, la humanidad siempre acaba encontrando un balance correcto entre lo bueno y lo malo. Tenemos la prueba de ello en la Guerra Fría. Durante 40 años, vivimos con el peligro de que las dos superpotencias apretaran el botón que podría acabar con toda la humanidad. Había miles de cabezas nucleares apuntándonos a todos. Y, al final, el botón no se apretó. La ingeniería genética, la inteligencia artificial, son cosas que asustan a mucha gente porque siempre tenemos miedo a lo nuevo. También se creía que los primeros trenes de vapor alcanzaban velocidades que el cuerpo humano no podría resistir. Pero los avances científicos no traerán ningún cataclismo mundial.

¿Un avance científico sin límites no es peligroso si no va acompañado en paralelo de un progreso moral de la humanidad?

Yo prefiero hablar de ética más que de moral. La ética no debe ser moralista, no debe basarse en creencias. Y siempre ha sido fruto de un consenso. Cosas que antes no se consideraban aceptables ahora nos parecen perfectamente normales. Se afirma que clonar a un ser humano no es ético, pero ¡vete a saber lo que se considerará correcto dentro de 100 años! También se decía que implantar un óvulo recién fecundado era jugar a ser Dios. Ahora en cambio, parece que la barrera es diseñar seres humanos. No hace mucho que aprendimos a leer el genoma humano, y ahora ya lo podemos escribir. Y podemos evitar enfermedades a muchas personas provocadas por un defecto genómico, simplemente desactivando un gen. La ética no debe frenar los nuevos descubrimientos. Además, cuando un país ha prohibido algo, siempre ha aparecido otro que ha tomado la delantera en ese terreno. Yo creo que no hay que poner cortapisas a la investigación, y que la humanidad sabrá controlar lo que se hace con los nuevos descubrimientos.

Pero buena parte de los mayores progresos tecnológicos proceden del campo militar...

Sí, así es. El gobierno de Estados Unidos tiene un organismo, el DARPA (siglas en inglés de Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa) que patrocina ideas muy locas, a ver qué sale de ellas. A este organismo se deben inventos como internet o el GPS, los coches sin conductor o los órganos biónicos. Desgraciadamente, es cierto que los usos militares han hecho avanzar la tecnología. Desde el invento de la honda ha sido así.

La ciencia y la tecnología ¿no están alejando definitivamente al ser humano de la naturaleza de la que proviene? Por ejemplo, ¿cuál debe ser el futuro de la alimentación, la agricultura ecológica o los transgénicos?

Seguramente las dos. La marca agricultura ecológica sólo refleja que un alimento no contiene ninguna de una lista de cosas que la misma tiene prohibidas, pero no dice nada del resto. Ecológico y transgénico son etiquetas que solamente nos cuentan una pequeña parte de la realidad. Por ejemplo, hay productos ecológicos que vienen del otro extremo del planeta, con lo que su impacto ambiental es mucho mayor que el de otros que no lo son: ¡también hay multinacionales de lo ecológico! La cadena estadounidense de comida rápida Chipotle se comprometió a no usar transgénicos y después ha provocado una intoxicación alimentaria por contaminación con la bacteria Escherichia coli. Yo creo más en la verdura fresca que en la ecológica. Se la compro directamente a un agricultor de mi pueblo. En cambio, la carne que consumo sí es ecológica, porque creo que la procesada incorpora demasiadas sustancias químicas y aditivos.

Por otra parte, llevamos 10.000 años practicando la manipulación genética: hace poco vi una imagen de una sandía como tal eran en la Edad Media, y le aseguro que no se parecía en nada a las de ahora. El hombre lleva milenios jugando con los genes de los perros, porque, pese a sus múltiples formas y tamaños actuales, todos pertenecen a la misma especie, que procede del lobo domesticado. Ahora, desde hace 20 años, lo que hacemos es manipulación genética de laboratorio. Y esos productos pasan muchos más filtros que los demás.

¿Cree que el deterioro ambiental del planeta es científica y tecnológicamente reversible?

Sí, sin duda alguna. Las medidas para combatir el cambio climático avanzan muy lentamente, pero estoy seguro de que la humanidad no se quiere suicidar, y de que se acabarán adoptando todas las que sean necesarias, aunque nuestros gobernantes, como suelen hacer, tal vez esperen al último momento. Ellos saben que es posible una movilidad basada en los coches eléctricos alimentados por la energía solar. Y que podríamos implantarla ya, en lugar de esperar 50 años. Pero falta voluntad política y los lobbies de los combustibles fósiles pondrán muchos obstáculos. Pero no dejarán que Nueva York acabe bajo las aguas. No lo permitirán. Es imposible.

¿Qué opina del auge de las pseudociencias? Como persona que trabaja en el mundo de la televisión, ¿qué le parece que tengan en ella más presencia que la ciencia misma?

A veces, viendo algunos programas, se me pone la carne de gallina, y no paro de enviar tuits. Aparecen curanderos y charlatanes de todo tipo recibiendo la misma consideración que si se tratara de representantes de saberes serios. Un día vi a un supuesto biogeólogo que afirmaba ¡poder curar a través del móvil! Esto no puede pasar, especialmente en las televisiones públicas.

También hay cursos de terapias alternativas en las universidades...

Recientemente di mi apoyo a una campaña para que se suprimiera un máster de homeopatía en la Universidad de Barcelona. Este tipo de terapias no son algo inocuo... ¡si un enfermo abandona el tratamiento médico para confiarse a ellas, puede morir! Pero muchas personas desesperadas sienten la necesidad de creer en estas cosas.

¿Son compatibles ciencia y religión?

En todas las creencias hay radicalismos. La ciencia se basa en la evidencia, en que una hipótesis se tiene que demostrar, y la religión se basa en la creencia. Creo que no son incompatibles, y de hecho muchos científicos destacados se declaran creyentes, pero cuando la religión ha tratado de imponer el dogma, el resultado ha sido letal.