A finales de julio, el director de cine J.J. Abrams y su equipo de rodaje aterrizaron en la remota y deshabitada isla de Skellig Michael, al suroeste de Irlanda. Su objetivo: rodar durante tres días algunas escenas de la séptima entrega de la saga de La Guerra de las Galaxias. Su llegada, sin embargo, no ha sentado nada bien a los ecologistas de BirdWatch Irlanda

El islote, que emerge del océano Atlántico como una pirámide rocosa y termina en impresionantes acantilados, es el hogar de varias especies de aves marinas como el alcatraz atlántico, el frailecillo, el paíño europeo, la gaviota tridáctila, el fulmar, el cormorán, el arao negro o la pardela cenicienta.

La mayoría de ellas se encuentran en plena temporada de cría y los conservacionistas temen que el ruido y las molestias que pueda generar la grabación de la película, en un espacio donde reina la tranquilidad más absoluta, les causen estrés y las ahuyente, poniendo en riesgo a la próxima generación.

El lugar es importante para seis especies, entre ellas el paíño europeo

"Hubiera sido preferible que la filmación se llevara a cabo fuera de la temporada de cría, en septiembre, cuando creo que estaba programado originalmente", aseguró a Radio Kerry Steve Newton, de BirdWatch Irlanda.

"Pero es muy complicado”, admitió. “Skellig Michael sólo está abierta al público realmente entre mayo y septiembre. El problema es que en julio aún tenemos una gran cantidad de aves locales en fase de reproducción”, señala.

La isla, según el portavoz de esta organización conservacionista, es de importancia internacional para seis especies de aves marinas, entre ellas el paíño europeo. Casi 10.000 parejas residen en este pedazo de tierra diminuto, lo que la convierte en una de las mayores colonias del mundo.

Tanto el paíño como el frailecillo y la pardela cenicienta construyen sus nidos bajo tierra, allí donde no pueden ser vistos. Las pardelas, además, son animales nocturnos, lo que complica aún más su observación y seguimiento.

"Hacen sus nidos en madrigueras, cuevas y grietas, y sólo los visitan en las horas de oscuridad para alimentar a sus crías", afirmó Newton. “Eso hace muy difícil proteger los nidos, porque incluso localizarlos es un reto. ¿Cómo pueden las autoridades salvaguardar a estas especies cuando ni siquiera saben dónde están?”, criticó el naturalista.

Skellig Michael, conocida también como Great Skellig, es la mayor de dos islas ubicadas frente a la apenas poblada costa del condado de Kerry. Aunque en la actualidad está totalmente deshabitada, en ella se fundó un monasterio cristiano en algún momento entre los siglos VI y VIII, que sería abandonado a finales del XII. Los restos del cenobio y la mayor parte del territorio, de escasas dimensiones, fueron designados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1996

La última morada de Luke Skywalker

La organización cultural de Naciones Unidas también se ha interesado por el posible impacto que el rodaje puede provocar en la isla y ha solicitado información sobre cómo y por qué se ha concedido el permiso para filmar en ella.

El Irish Film Board, organismo que aprobó la filmación, asegura que “el programa fue diseñado para evitar la perturbación de la fauna local” y que el momento elegido fue también autorizado por el Servicio Nacional de Parques y Naturaleza.

También la productora de la película insiste en que el bienestar de los animales se ha tenido muy en cuenta a la hora de elegir los escenarios, y que se consultó a expertos medioambientales, que incluso forman parte del equipo de producción.

“Ninguna de las seis especies que anidan en la isla está en peligro, pero todas se enfrentan a la disminución de sus poblaciones, y en ese sentido Skellig Michael es fundamental para su futuro”, recalcó el portavoz de BirdWatch Irland.

Según el diario Irish Independent, aunque el rodaje sólo se hizo público días antes de su inicio, las negociaciones para llevarlo a cabo comenzaron hace más de medio año y se mantuvieron en secreto, precisamente, por miedo a la previsible oposición de los grupos conservacionistas.

Las negociaciones fueron secretas por la previsible oposición de los ecologistas

Durante los tres días que duró la grabación, la isla se cerró a turistas y visitantes. La armada irlandesa se esmeró en proteger el set de filmación de las miradas indiscretas y se creó una zona de exclusión de unos tres kilómetros alrededor del islote, lo que privó a curiosos y aficionados de captar algún posible adelanto de la película.

Incluso los barqueros que fueron contratados para transportar al equipo de filmación fueron sometidos a controles de seguridad especiales, según el diario Irish Examiner. Cada uno de ellos recibió 1.000 euros al día, en compensación por la pérdida de ingresos ocasionada. En 2013, la isla recibió la visita de 13.221 personas.

Según algunos bloggers y seguidores de la legendaria saga iniciada por George Lucas, Skellig Michael podría ser el escondite perfecto para el retiro de un anciano Luke Skywalker.

“Quizás nos estamos extralimitando, pero sospechamos que la isla es el lugar donde Luke fundará la nueva academia Jedi. Después de todo, ¿qué mejor lugar para filmar el futuro de la Orden Jedi que un monasterio?”, sugirió en su blog Blastr.

Apenas unos días antes de que comenzara la grabación en Skellig Island, al actor Mark Hamill, histórico intérprete del héroe galáctico, pudo vérsele luciendo una prominente barba —digna del mismísimo Obi-Wan Kenobi— en el estreno en Londres de la película Guardianes de la Galaxia.

Junto a la isla irlandesa, los estudios londinenses de Pinewood, los desiertos de Abu Dhabi e Islandia son las únicas localizaciones confirmadas de la esperada nueva entrega de Star Wars, la primera producida por Disney, que llegará a los cines en diciembre de 2015.