La cantidad de residuos peligrosos que acumula la Unión Europea sigue aumentando de forma continua desde 2004 y más de la mitad de ellos se elimina sin más, según un informe del Tribunal de Cuentas de la UE que aboga por el reciclaje, la circularidad, la valorización y, "como último recurso" la eliminación.

 

El futuro de los residuos peligrosos

 

El Tribunal ha presentado este lunes un análisis sobre los retos actuales y el futuro de los residuos peligrosos (1), tales como los explosivos, irritantes o tóxicos que pueden dañar la salud humana y el medio ambiente, e insta a tomar medidas para mejorar la clasificación, garantizar la trazabilidad, aumentar el reciclado y frenar el lucrativo negocio de su tráfico ilegal.

La responsable del informe y miembro del Tribunal de Cuentas europeo Eva Lindström, ha urgido a la UE a "hacer frente a este problema" porque la generación de residuos peligrosos, "va en aumento" y ha apuntado que los tratamientos preferibles para su gestión son el reciclado y la valorización energética.

 

La eliminación debe ser el "último recurso

 

Así, Lindström ha destacado que a pesar de que la eliminación debe ser el "último recurso", en la actualidad "más del 50%" de los residuos peligrosos se elimina "sin más". "En este análisis, mostramos que la prevención y el tratamiento de los residuos peligrosos sigue siendo un desafío, pero también presenta oportunidades", ha reflejado.

En ese aspecto, el documento recuerda que la mejor manera de afrontar los residuos peligrosos es, en primer lugar, evitando su generación, un objetivo prioritario para la UE para lo que ha buscado influir en la manera en que los operadores que diseñan y fabrican productos; en responsabilizar a los contaminadores y ofreciendo a los consumidores una mejor información. Pero a pesar de estos esfuerzos, la cantidad generada no deja de crecer.

El análisis pone de manifiesto que, puesto que los residuos peligrosos, deben tratarse en instalaciones de tratamiento especializadas respetando normas y requisitos de seguridad estrictos y esto supone una mayor carga administrativa y costes para los operadores. Por ello, en numerosas ocasiones, los operadores no declaran sus residuos generados como peligrosos y, en su lugar, los vierten o trasladan de forma ilegal a otro lugar.

 

No existe una clasificación homogénea de los residuos

 

A ese respecto, los auditores de la UE insisten en que clasificar y rastrear de forma adecuada los residuos peligrosos puede ayudar a evitar su tratamiento inapropiado y los atajos legales. Sin embargo, no existe una clasificación homogénea de los residuos en los distintos Estados miembro, de modo que aconsejan a la Comisión Europea que intensifique sus esfuerzos para armonizar la legislación aplicable en el conjunto de lo UE en esta materia.

Asimismo, el informe concluye que aunque los residuos peligrosos deberían ser preparados para la reutilización o reciclados, sin embargo, muchos de ellos no son aptos para su reutilización, de modo que su reciclado es "limitado por dificultades técnicas" y por falta de oportunidades comerciales para los productos resultantes de su reciclado.

Por ello, los auditores apuntan que mejorar las tecnologías y la capacidad de reciclado, ofrecería oportunidades como la recuperación de materias primas fundamentales de los aparatos electrónicos y de otros residuos, algo que contribuiría a la autonomía estratégica de la UE.

 

Lucrativo negocio ilegal

 

El trabajo alerta también sobre el tráfico y el vertido ilegal de residuos peligrosos, que "sigue siendo un negocio lucrativo". De hecho, estima que solo su tráfico genera ingresos de entre 1 500 millones y 1.800 millones de euros, y en muchas ocasiones, su detección, investigación o enjuiciamiento son "muy infrecuentes" y, en su caso, las sanciones son "leves".

El Tribunal de Cuentas sugiere utilizar la digitalización para rastrear los residuos peligrosos y luchar contra las declaraciones falsas, así como un mecanismo de sanciones más disuasorio con el fin de limitar las posibilidades de tráfico ilegal y considera que prohibir todos los traslados de residuos destinados a eliminación podría contribuir aún más a reducir su tráfico.

El 75% de los residuos peligrosos que se generan en la UE proceden de la fabricación, sobre todo de la metalurgia, del tratamiento de agua, los residuos, la construcción y la minería. No obstante, también pueden producirse en los hogares, con ciertos medicamentos, pilas usadas, productos de limpieza o aparatos electrónicos.

Desde que se aprobó el Reglamento sobre la taxonomía en 2020, la UE ha dejado de financiar la incineración de residuos peligrosos y su eliminación en vertederos, al considerar que estas actividades son insostenibles.

Referencias