Los pesticidas, la desnaturalización de los paisajes agrarios y el cambio climático están detrás del despoblamiento de los polinizadores, tanto silvestres --abejorros, mariposas-- como las abejas domésticas, lo que obliga a los apicultores a tener un mayor número de colmenas para mantener el mismo volumen de producción, según un experto.

La plataforma on-line Tierras Apícolas tiene el objetivo de conectar apicultores, propietarios de tierras y agricultores para la compraventa o arrendamiento de cultivos y explotaciones apícolas con el fin de impulsar la polinización y mejorar la biodiversidad 

Así lo ha señalado el apicultor y creador de Tierras Apícolas, Santiago Cuerda, quien aboga por fomentar la polinización de cultivos con colmenas y que estima el déficit de este servicio que ofrecen a la naturaleza en un 40 por ciento de las tierras de la UE, pero que, al mismo tiempo, pide "evitar" la apicultura intensiva que puede agudizar el estrés y la falta de alimento en los polinizadores.

Precisamente, Cuerda ha puesto en marcha la plataforma on-line Tierras Apícolas con el objetivo de conectar apicultores, propietarios de tierras y agricultores para la compraventa o arrendamiento de cultivos y explotaciones apícolas con el fin de impulsar la polinización y mejorar la biodiversidad.

 

La mayoría de los apicultores profesionales son trashumantes

 

Según expone, la mayoría de los apicultores profesionales son trashumantes, y mueven sus colmenas en busca de diferentes floraciones. "A veces, no se respetan apenas periodos de descanso invernales", critica Cuerda, que alerta a los apicultores que si tienen a sus colmenas trabajando "mucho" en estas condiciones, las abejas sufren más estrés, por lo que una reina, que puede vivir hasta 5 años, reducirá su esperanza de vida en esas condiciones.

Por otro lado, añade que los viajes de trashumancia con las colmenas cargadas en camiones "también son un factor de estrés", ya que, según Cuerda, algunos apicultores mueven un gran volumen de abejas sin respetar las distancias entre colmenas.

Además, critica que ciertos apicultores no tienen en cuenta la capacidad de alimento del territorio donde traslada a las abejas, lo que puede ocasionar problemas de abastecimiento a otros colmenares cercanos o incluso al resto de polinizadores silvestres.

Igualmente, ha subrayado que "la rentabilidad económica no puede estar por encima de la protección del medio ambiente y el cuidado y bienestar animal". Por ello, para conseguir este balance entre impulsar la polinización sin explotar a las abejas aboga por "buscar un equilibrio entre rentabilidad y conservación y promover buenas prácticas apícolas".

La FAO arroja que más del 75% de los cultivos alimentarios a nivel mundial dependen de la polinización, como el café, la sandía, las patatas o la calabaza entre muchos otros

Por otro lado, datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) arrojan que más del 75% de los cultivos alimentarios a nivel mundial dependen de la polinización, como el café, la sandía, las patatas o la calabaza entre muchos otros.

 

Casi el 35% de los polinizadores está en peligro de extinción

 

Además, la entidad afirma que la población de polinizadores --principalmente abejas y mariposas-- ha disminuido "de manera preocupante", ya que casi el 35% está en peligro de extinción por otras causas más como las prácticas agrícolas intensivas, cambios en el uso de la tierra, especies exóticas invasoras o enfermedades y plagas.

En España, tres cuartas partes de los principales cultivos dependen de la polinización de las abejas

De forma concreta, en España, tres cuartas partes de los principales cultivos dependen de la polinización de las abejas, según el informe de Greenpeace 'Alimentos bajo amenaza' de 2014. Asimismo, Cuerda apunta que otros polinizadores silvestres "también están sufriendo un rápido declive", ya que han desaparecido el 40% de ellos.

La falta de abejas para polinizar cultivos, según Cuerda, "compromete las producciones agrícolas". "Es tan grave la situación que la UE, por ejemplo, ya está legislando hacia la restauración de estos hábitats, y enfocando la Política Agraria Común (PAC), hacia estas tareas de restauración ambiental del medio agrario", ha explicado.

 

Los pesticidas afectan al sistema inmunitario de las abejas

 

De forma más detallada, el cambio climático está provocando la desaparición de estaciones como la primavera al acortarla. Asimismo, los fenómenos meteorológicos extremos son más frecuentes como las sequías o las olas de calor prolongadas. "Todo ello afecta decisivamente a las floraciones que producen el alimento de las abejas, el polen y el néctar", ha señalado Cuerda.

Por otra parte, los pesticidas afectan "de forma directa" al sistema inmunitario de las abejas, por lo que pueden causar desde un empeoramiento de la calidad del esperma de los zánganos, enfermarlas e incluso la muerte.

Ejemplo de ello son los neonicotinoides, hoy prohibidos, pero a los que Cuerda responsabiliza de haber despoblado colmenas porque afectaban al sistema nervioso de las abejas al provocarles desorientación e impedir que encontrasen alimento o el camino a la colmena. No obstante, "es muy complicado estudiar el efecto bioacumulativo de todo este cóctel de agroquímicos y las sinergias entre todos ellos", ha explicado.

Con todo ello, el apicultor insta a un cambio "urgente" en el modelo agrícola para hacer una "mucho más compatible con la conservación del medio", así como renaturalizar los paisajes agrarios para la recuperación de polinizadores y fauna auxiliar que ayude a combatir plagas "de una manera más natural". Todo ello sin recurrir a la apicultura intensiva.