La NASA recuerda a sus caídos cada 28 de enero, aniversario de la tragedia del transbordador Challenger, que explotó hace ahora 39 años tras despegar, matando a sus siete tripulantes.

El 28 de enero de 1986 seis astronautas de la NASA, y Christa McAuliffe --primera maestra en viajar al espacio-- murieron en el desastre del Challenger, cuando el transbordador explotó 73 segundos después del despegue. La causa fue un fallo en uno de los motores de impulso, concluyó el informe de la NASA.

 

El Challenger explotó a los 73 segundos del despegue

 

El desastre del Challenger fue causado por una combinación de error humano, falla técnica y malas condiciones climáticas. El componente clave en la tragedia fueron las juntas tóricas (O-Ring) del cohete impulsor derecho, esenciales para la seguridad de la nave.

En la tragedia del Challenger murieron los siete tripulantes. La noche antes del lanzamiento, ingenieros de Morton Thiokol advirtieron que las bajas temperaturas podían afectar las juntas tóricas del cohete, cruciales para evitar fugas de hidrógeno. A pesar de las advertencias de Allan McDonald y Roger Boisjol, la NASA decidió seguir adelante con el lanzamiento para no retrasar el calendario. Esa mañana, las temperaturas fueron inusualmente bajas, y las juntas fallaron, causando una fuga de combustible que provocó la tragedia. Durante los primeros segundos del despegue, el cohete impulsor derecho emitió humo negro, señal del fallo.

A los 58 segundos del vuelo, el Challenger atravesó una corriente de viento que empeoró la fisura en la junta. Esto permitió que una columna de fuego escapara del cohete, quemando el tanque de combustible externo. El hidrógeno en llamas cortó las abrazaderas que mantenían el impulsor unido a la nave, lo que provocó que el cohete golpeara el ala derecha del transbordador, perdiendo el control y quedando a merced de fuerzas aerodinámicas incontrolables.

 

Los tripulantes no murieron en el acto, la cabina permaneció intacta

 

A los 73 segundos del despegue, el Challenger se desintegró en el aire. Sin embargo, los astronautas no murieron en ese momento, ya que la cabina permaneció intacta. Esta cayó al Atlántico desde 20 km de altura, en un dramático descenso de tres minutos a unos 300 km por hora.

Durante la caída libre, al menos cuatro astronautas activaron sistemas de oxígeno de emergencia e intentaron sobrevivir, pero el impacto contra el océano fue letal. La "Comisión Presidencial sobre el Accidente del Transbordador Espacial Challenger", concluyó que la NASA cometió graves errores en su toma de decisiones al ignorar las advertencias de los ingenieros.

 

En 2003 el transbordador Columbia se rompió en pedazos

 

La tragedia marcó un antes y un después en la NASA, que implementó reformas en seguridad para evitar fallas similares. Sin embargo, en 2003, se repitieron errores humanos y técnicos con el desastre del Columbia.

El otro accidente importante del shuttle fue el 1 de febrero de 2003. Siete personas murieron a bordo del transbordador Columbia cuando se rompió en pedazos, volvía a entrar en la atmósfera terrestre, la nave no resistió el calor de la fricción con la atmósfera.

Sentenciado desde este accidente, el programa del transbordador espacial terminó formalmente en 2011, después de tres décadas llevando astronautas hacia y desde la órbita terrestre baja.

Su retirada dejó a Estados Unidos sin vehículo para los viajes espaciales tripulados, labor que se concentró en la nave rusa Soyuz hasta la llegada de las Crew Dragon fabricadas por Space X como taxi espacial para los astronautas de la NASA.