Las emisiones de gases de efecto invernadero de la Unión Europea se han reducido un 23% entre 1990 y 2016, mientras que la economía comunitaria se expandió un 53% en el mismo periodo, según el último informe sobre sobre los progresos en materia de acción climática elaborado por la Comisión Europea.

El estudio Dos años después de París. Progresos hacia el cumplimiento de los objetivos climáticos de la UE muestra además que las emisiones contaminantes del bloque comunitario cayeron un 0,7% sólo en 2016, un año en el que el PIB europeo creció un 1,9%.

"Dos años después de la adopción del Acuerdo de París, la UE sigue plenamente comprometida con reducir sus emisiones domésticas en al menos un 40% entre 1990 y 2030. Estamos en la senda de cumplir nuestro objetivo de 2020 y cerca de finalizar nuestra legislación climática para la próxima década", ha expresado el comisario de Energía y Acción Climática, Miguel Arias Cañete.

A juicio del comisario español, los datos del informe "muestran claramente que la UE sigue desvinculando con éxito su crecimiento económico y sus emisiones". "Nuestras emisiones se reducen mientras nuestra economía crece, principalmente gracias a las tecnologías innovadoras", ha destacado.

Arias Cañete ha hecho estas declaraciones en su intervención en el Parlamento Europeo durante la Conferencia de Alto Nivel sobre financiación de energía limpia, donde también ha recordado que este miércoles presentará una propuesta para fijar objetivos de reducción de emisiones de CO2 para coches y furgonetas.

La implementación del Acuerdo de París

El comisario de Energía y Acción Climática ha afirmado además que la UE trabajará durante la COP23 de Bonn (Alemania) "para asegurar que se consiguen progresos sólidos en la implementación del Acuerdo de París" y ha defendido que "es momento de traducir la ambición en acciones concretas".
Así, ha subrayado que el sistema energético de la UE está inmerso en un "proceso de transformación profunda y rápida" para "hacer frente a los retos de descarbonización, decentralización y digitalización".

En todo caso, ha advertido de que el Acuerdo de París demostró que esta transición hacia un sistema energético sostenible "no es sólo una ambición de la UE" sino "un objetivo de la comunidad global". "La tecnología de energía limpia es una cuestión de competencia global y la UE debe asegurarse de que está a la vanguardia", ha apuntado.

En este sentido, la Comisión Europea ha enfatizado que la UE debe aprobar en 2018 tres propuestas legislativas que ayudarán a que el bloque cumpla su objetivo de reducción de emisiones de 2030, que son la reforma del sistema de comercio de emisiones (ETS, por sus siglas en inglés).

Bruselas también espera que a lo largo del próximo año las instituciones con poderes legislativos (el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE, que representa a los países) adopten sus propuestas para reformar la directiva de energías renovables, de eficiencia energética y de gobernanza energética.