Los enfrentamientos entre el Ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), un grupo paramilitar, han tenido consecuencias devastadoras desde su inicio el pasado 15 de abril. Según la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA), se estima que ya han perdido la vida al menos 676 personas, mientras que más de 5.576 resultaron heridas. Además, casi un millón de personas han sido desplazadas internamente o se han convertido en refugiados en otros países.

Estas cifras se suman a otros episodios de violencia intercomunitaria en Kordofán Occidental, que dejaron 25 muertos y 90 heridos, así como a los incidentes en Nilo Blanco, donde hubo 29 muertos y 40 heridos. Desde el 15 de abril, más de 936.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares debido al conflicto. Esto incluye a aproximadamente 736.200 desplazados internamente y a unas 200.000 personas que han cruzado las fronteras hacia países vecinos, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR.

 

450.000 niñas y niños

 

 

Entre los afectados, se encuentran alrededor de 450.000 niñas y niños, quienes han sido forzados a abandonar sus hogares. Esto incluye a unos 368.000 desplazados internos y a 82.000 que han buscado refugio en países vecinos, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

La OCHA destaca que las mujeres y los niños representan más del 75% de los refugiados y desplazados secundarios. Antes del conflicto, Sudán ya contaba con 3,7 millones de desplazados internos y 1,1 millones de refugiados y solicitantes de asilo.

Aunque se está trabajando en la resolución del conflicto, advierte la ONU, la persistencia de la tensión y los combates esporádicos amenazan la temporada de siembra, que está programada para comenzar a finales de mayo. La pérdida de esta temporada agrícola resultará en un drástico aumento de la población que sufre de hambre, algo preocupante ya que antes del estallido del conflicto, aproximadamente una tercera parte de la población sudanesa necesitaba asistencia alimentaria.