Latas vacías de conservas o pintura, trozos de cañerías, chapas oxidadas, fragmentos de cubiertos, pedazos de hojalata o bandejas de horno abolladas. Cuesta creer que estos materiales puedan tener una segunda vida útil, y todavía más que alguien pueda transformarlos en guitarras, violines, saxofones o violonchelos y arrancar de ellos las más bellas notas.

Pero ésta es precisamente la historia de la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura, el inmenso vertedero de la capital de Paraguay, Asunción, donde desde el año 2006 la basura se convierte en música. Públicos de más de 30 ciudades de todo el mundo han escuchado ya a los niños y jóvenes de esta singular formación que los últimos días del 2014 y los primeros de 2015 ofreció conciertos en Barcelona, Bilbao, Valencia y Madrid.

El proyecto nació para dar un futuro a los niños del mayor vertedero de Asunción

Esta última ciudad será, además, la primera del mundo en imitar el proyecto y contar con su propia orquesta de instrumentos reciclados. Gracias a una iniciativa de Ecoembes, la organización que gestiona la recuperación y el reciclaje de envases en España, y Favio Chávez, el padre de la Orquesta de Cateura, dos centros educativos de la capital española han comenzado ya a crear sus grupos que crean instrumentos musicales empleando objetos desechados.

Se trata de la escuela de primaria Manuel Núñez de Arenas, del barrio capitalino de Vallecas y el centro de acogida infantil Villa Paz, de la localidad de Pozuelo de Alarcón. Bajo la batuta de Víctor Gil, el director de Jóvenes Orquestas de la Comunidad de Madrid, unos 80 niños se reúnen ya dos veces por semana para fabricar sus propios instrumentos y ensayar, y una vez al mes se juntan ambos grupos en Vallecas.

“Son muy similares a los que yo conocí cuando empecé con esto en Asunción. Inquietos, traviesos... Y muy ilusionados por tener algo que aprender”, señala Favio Chávez. A través del aprendizaje musical se filtrarán en sus mentes valores, conocimientos, destrezas y habilidades que, para el director de la Orquesta de Cateura, “tienen la posibilidad de cambiar sus vidas: disciplina, respeto, compromiso, responsabilidad, creatividad…”.

Pero volvamos a Asunción y al comienzo de esta inspiradora historia. Fue en 2006 cuando Favio Chávez empezó a trabajar como gestor medioambiental en un programa de reciclaje en el mayor vertedero de Paraguay. Allí, en la barriada pobre de Cateura, donde viven más de 25.000 personas, conoció a niños y niñas que pasaban sus días revolviendo los escombros en busca de algo que cambiar por una moneda.

Distinto timbre, parecida resonancia

“Cuando llegué al vertedero, ya dirigía un grupo musical”, cuenta Chávez. “Y en Cateura veía a los niños que traían las viandas a sus padres, que trabajaban en un lugar tan inhóspito como el basurero. Los pequeños jugaban entre las montañas de desperdicios, sin disponer de oportunidades sociales y económicas. Fue entonces cuando se me ocurrió el proyecto de enseñarles música. Una especie de tabla de salvación para alejar a esos jóvenes de allí y que se pudieran abrir un futuro”, rememora.

Con la ayuda de un lutier artesano, de los padres de los niños y con mucha imaginación, lograron crear un saxofón con una vieja tubería y un puñado de chapas de refrescos; una guitarra con latas de conserva, y un violín en el que un tenedor sujetaba las cuerdas.

Intentaban que aquellas piezas recuperadas se asemejaran tanto como fuera posible a los instrumentos de una orquesta. “El timbre es diferente, pero hemos logrado probar la sonoridad de los materiales y adecuarlos a cada instrumento para que la resonancia se aproxime al máximo a la de los convencionales”, señala el impulsor de la iniciativa.

Hoy, la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura dispone de un taller para construir los instrumentos. “Formamos a personas de la comunidad para que elaboren los de cuerda y percusión, y los de viento los fabrica un lutier que colabora con nosotros”, explica Chávez. “Además, tenemos versiones muy simples de cada instrumento que pueden crear con sus propias manos los propios niños de la orquesta. De hecho, cada joven es responsable de un instrumento y de su puesta a punto”, puntualiza.

Unos 80 jóvenes de la Comunidad de Madrid se benefician ya de la iniciativa solidaria

Gracias al proyecto de Chávez, muchos niños y jóvenes tienen un futuro a su alcance lejos del basurero, y se ha puesto en marcha una escuela de música para que los chicos con un nivel más avanzado puedan seguir formándose y hacer de la música su profesión. Su manera de interpretarla y la lección que transmite la hazaña de recuperar los desechos y sus vidas les han llevado a recorrer más de 30 países, desde Estados Unidos a Japón y ahora España, cosechando numerosos premios y reconocimientos.

“Esta orquesta es un ejemplo de cómo el reciclaje puede contribuir al cuidado del medio ambiente, pero también a cambiar vidas y ofrecer segundas oportunidades a quienes más las necesitan”, señala Nieves Rey, responsable de Comunicación Corporativa de Ecoembes, organización que les ha dado a conocer en nuestro país.

El Palau de la Música Catalana de Barcelona acogió el pasado 28 de diciembre el concierto que abrió su gira española. Con un repertorio que reúne piezas de música clásica y folclórica paraguaya con versiones de los Beatles, John Lennon o Frank Sinatra, la Orquesta de Cateura llenó y emocionó también a su paso por Bilbao, Valencia y Madrid.

La recaudación de sus actuaciones se destina a Land Philarmonic, la fundación de la orquesta, cuyo principal objetivo es que cada vez más niños de Cateura participen del milagro de esta iniciativa y puedan seguir llevando su música y mensaje medioambiental por todo el mundo.