El Gobierno de Rusia ha confirmado que ya ha recibido la notificación formal de Estados Unidos para iniciar el proceso de retirada del Tratado de Cielos Abiertos, del que ambos países son firmantes, tal como había avanzado la semana pasada el presidente norteamericano, Donald Trump. La embajada estadounidense en Moscú ha sido la encargada de trasladar esta decisión, según ha explicado el viceministro de Exteriores, Sergei Riabkov, durante una charla telemática.

En el documento, ha explicado, la Administración de Trump notica que "ha tomado la decisión de iniciar el procedimiento de retirada del Tratado de Cielos Abiertos", según la agencia rusa de noticias TASS. La retirada, que será efectiva en seis meses, llega después de que Washington haya acusado a Moscú de incumplir sus obligaciones al no autorizar la vigilancia de sus actividades e instalaciones militares.

El acuerdo, negociado hace tres décadas, nació precisamente para fomentar una confianza mutua que ahora parece rota. Permitía un programa de vuelos de reconocimiento aéreo, sin armamento, sobre el territorio de todos los países firmantes para mejorar la confianza de todos miembros del tratado al comprobar que no realizaban acciones militares no declaradas. Riabkov ha defendido la voluntad del Gobierno ruso para seguir dialogando con el estadounidense, aunque al mismo tiempo ha admitido "no esperar mucho" a corto plazo, entre otras razones por la inminencia de las elecciones que tendrán lugar en noviembre en EE UU y en las que Trump optará a la reelección.

"Seguiremos actuando de forma pragmática y respondiendo a los movimientos agresivos si es necesario", proclamó en su discurso, centrado precisamente en las relaciones entre Rusia y Estados Unidos. Con la salida del Tratado de Cielos Abiertos, ya serán tres los acuerdos militares rotos por Trump desde su llegada a la Casa Blanca, después de sacar a Estados Unidos del pacto nuclear con Irán y del Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio suscrito con Rusia.

En el aire queda también la prórroga del Nuevo START que contiene una hipotética carrera armamentística entre los dos antiguos enemigos de la Guerra Fría, limitando a 1.550 los misiles nucleares que puede tener cada potencia. La vigencia de este texto expira en 2021.