Estados Unidos ha sido durante décadas el país del mundo que más ha contribuido al cambio climático, y uno de los que más trabas han puesto a cualquier intento de convenio internacional para combatirlo. Su Gobierno se negó a ratificar el Protocolo de Kioto de 1997 y sigue obstaculizando la aprobación de medidas eficaces en todas las cumbres sobre la cuestión.

Hoy se ha visto rebasado como primer contaminador por la emergente economía china, pero sigue firme en el segundo puesto de los mayores responsables de un cambio que puede alterar irremediablemente el mundo que conocemos. Y empieza a pagar un alto precio: ya está sufriendo los efectos del calentamiento global en forma de fenómenos meteorológicos extremos que han causado cientos de muertes y miles de millones en pérdidas materiales, pero ahora, podría incluso empezar a ver anegadas sus costas y desaparecer sus pueblos y ciudades.

Cuando pensamos en los primeros países que la elevación del nivel del mar causada por el deshielo de los polos puede sumergir bajo las aguas, nos vienen a la cabeza los archipiélagos y atolones coralinos del Pacífico y el Índico: Fiji, Maldivas, Salomón, las Marshall, Nauru, Tuvalu, Kiribati... Sin embargo, el pequeño pueblo de Kivalina, en Alaska, podría ser borrado del mapa por el océano antes que todos ellos. En apenas unos 10 años.

El antiguo pueblo ballenero de Kivalina estará totalmente sumergido en 2025

En Kivalina, situado sobre una estrecha lengua de arena a orillas del Mar de Bering, al noroeste del estado de Alaska, viven algo menos de 400 personas (374 según el censo de 2010) de la etnia inuit (en un 96%) en unas decenas de cabañas de madera multicolores.

Con el incremento de las temperaturas medias, el nivel del mar en la zona sube cada vez más y el permafrost (tierra helada durante miles de años) se está derritiendo, lo que empieza a amenazar la supervivencia de numerosos asentamientos costeros. Y la gruesa capa de hielo que protegía el litoral de Kivalina de los embates del mar ya es historia.

Según las previsiones de los expertos, incluyendo un informe militar, el antiguo pueblo ballenero de Kivalina estará totalmente sumergido en 2025, lo que convertirá a sus habitantes en los primeros refugiados climáticos estadounidenses

Entre 2004 y 2005, la diminuta isla, de 3,88 kilómetros cuadrados, ya perdió más de 20 metros de superficie en algunos sectores como consecuencia de los temporales. Los ingenieros militares estadounidenses construyeron en 2008 un muro de roca a lo largo de la playa exterior para protegerla de la erosión, pero la medida se reveló pronto insuficiente. En 2009, el pueblo quedó casi inundado como consecuencia de una fuerte tormenta. Y en 2011 tuvo que ser evacuado a causa de otra tempestad.

Hace seis años, la comunidad demandó a ocho empresas petroleras y otras 15 de energía por ser las responsables de la contaminación que provoca el cambio climático que amenaza el asentamiento. La acción judicial fue desestimada por los tribunales.

Mayor campo petrolífero de EE UU

El estado de Alaska se está calentando dos veces más rápido que la media del resto de los Estados Unidos. Dos informes de la pasada década de las autoridades estadounidenses identificaron hasta 12 comunidades amenazadas por inundación o erosión en Alaska que necesitaban ser relocalizadas. Tres de ellas, Newtok, Shishmaref y Kivalina, ya han iniciado el proceso.

Pero trasladar Kivalina a un nuevo emplazamiento más seguro costaría, según las primeras estimaciones, unos 400 millones de dólares (304 millones de euros) que serán difíciles de conseguir en un país donde numerosas autoridades y dirigentes empresariales siguen negando la existencia del cambio climático.

"El gobierno de Estados Unidos nos ha impuesto este estilo de vida occidental, nos ha transferido sus cargas y ahora espera que recojamos nuestras cosas y nos mudemos", proclama Collen Swan, el jefe del consejo que gobierna la aldea.

En Alaska hay hasta 12 comunidades amenazadas por inundación o erosión 

Un grupo de artistas sociales ha puesto en marcha diversos proyectos para tratar de dar a conocer el problema de la comunidad, generar debate, obtener financiación y ayudar a los habitantes de Kivalina a mejorar sus condiciones de vida y a hacer paulatinamente el forzoso traslado. 

Uno de los proyectos está vinculado con la gestión de los residuos de la comunidad, que hoy deposita cada familia en un vertedero situado junto a la pista de aviación que es la única forma de comunicación del poblado, y que no son objeto de ningún tratamiento ni clasificación. Y otro, con la renovación de sus anticuados y deteriorados sistemas de canalización de agua y de alcantarillado.

Y mientras el Ártico se derrite, las petroleras siguen presionando para continuar sus prospecciones en Alaska, donde la Federación de Gas y Petróleo cree que hay reservas de 50.000 millones de barriles de petróleo aún sin explotar.

Alaska vive del petróleo. Los ingresos de la industria petrolera representan más del 90% del presupuesto del estado. La región de North Slope es el mayor campo petrolífero de Estados Unidos, y la red de oleoductos Trans Alaska resulta vital para la seguridad energética del conjunto del país. Un negocio boyante que puede acabar para siempre con decenas de comunidades del territorio.

A más largo plazo, un estudio de tres expertos estadounidenses —Bob Marshall, Brian Jacobs y Al Shaw— calcula que para el año 2100 Nueva Orleans quedará cubierta completamente por el agua. La interrupción por las presas del flujo de sedimentos del Misisipi y la elevación del mar por el cambio climático están hundiendo lentamente Luisiana en el Golfo de México.