Una Antártida llena de colores y vida, con esponjas en forma de coco, gusanos semejantes al diente de león, algas rosadas incrustantes y estrellas de mar. Son las imágenes grabadas por un robot submarino, en concreto, por una cámara conectada a un vehículo operado remotamente (ROV) desplegado por científicos bajo el hielo marino en O'Brien Bay, cerca de la estación de investigación de Casey en la Antártida Oriental.

El biólogo de la División Antártica Australiana, Glenn Johnstone, ha afirmado que las imágenes fueron capturadas mientras los científicos recuperaban un registrador de datos SeapHox pH, que recoge datos sobre la acidez, el oxígeno, la salinidad y la temperatura del agua de mar en una base horaria desde noviembre del año pasado.

"Cuando se piensa en el medio marino costero antártico, las especies emblemáticas como pingüinos, focas y ballenas suelen ocupar todo el espectáculo", afirma Johnstone. "Este material revela un hábitat productivo, colorido, dinámico y lleno de una amplia variedad de biodiversidad, incluyendo esponjas, arañas marinas, erizos, pepinos de mar y estrellas de mar.

"Estas comunidades viven en agua de -1,5 ° C durante todo el año y están cubiertas de hielo marino de 1,5 metros de espesor durante 10 meses del año", explica. "Ocasionalmente un iceberg puede moverse y borrar una comunidad pero, sobre todo, el hielo marino proporciona protección contra las tormentas, convirtiéndolo en un entorno relativamente estable en el que la biodiversidad puede florecer".

Johnstone afirma que los científicos apenas están comenzando a entender la increíble biodiversidad y complejidad del ecosistema cercano a la costa antártica y las amenazas que enfrenta en el futuro.

Más soluble en agua fría 

El proyecto del Programa Antártico Australiano es el último componente de campo de un experimento diseñado para determinar los impactos de la acidificación de los océanos en las comunidades de los fondos marinos del océano antártico bajo el aumento de las emisiones de dióxido de carbono.

Una cuarta parte del dióxido de carbono emitido en la atmósfera es absorbido por el océano, lo que aumenta su acidez, según sentencia el líder del proyecto, Johnny Stark, de la División Antártica Australiana. "El dióxido de carbono es más soluble en agua fría. Las aguas polares se acidifican al doble de las regiones tropicales o templadas, por lo que esperamos que estos ecosistemas estén entre los primeros impactados por la acidificación de los océanos ", explica Stark en un comunicado.

"Las investigaciones muestran que las algas rosadas incrustantes, conocidas como algas coralinas crustosas, pueden disminuir en extensión en un océano futuro más ácido, ya que incorpora calcio en su estructura, y esto se vuelve más difícil para los organismos a medida que aumenta la acidez del agua de mar. La Antártida puede ser uno de los primeros lugares que vemos efectos perjudiciales de la acidificación del océano en estos organismos.", expone.

Los científicos estudiarán el efecto de la acidificación del océano en estas comunidades en laboratorios en la sede de la División en Tasmania.

"Incluso los pequeños cambios en el momento de la ruptura del hielo marino pueden alterar la composición de las comunidades en estas aguas costeras poco profundas por lo que estamos tratando de entender qué otros impactos puede haber en un océano acidificante", explica James Black, estudiante de la División Antártica Australiana.