Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de las actividades humanas deben acercarse a cero dentro de varias décadas para evitar el riesgo de daños graves por los efectos del cambio climático. Esto requerirá creatividad e innovación, porque algunos tipos de fuentes industriales de carbono atmosférico carecen de sustitutos libres de emisiones asequibles, según un nuevo documento publicado en Science de un equipo de expertos dirigido por Steven Davis, de la Universidad de California Irvine, y Ken Caldeira del Instituto Carnegie, en Estados Unidos.

Además de calentar, enfriar, encender y alimentar vehículos individuales, temas que a menudo son el centro de atención de la discusión sobre emisiones, hay otros contribuyentes importantes al carbono atmosférico que son mucho más difíciles de abordar. Estas tuercas difíciles de romper incluyen el transporte aéreo; el transporte de larga distancia en camión, tren o barco; y la fabricación de acero y cemento. "Queríamos analizar de cerca las barreras y oportunidades relacionadas con los servicios más difíciles de descarbonizar", explica Davis, autor principal.

Las barreras que analizaron fueron el esperado aumento en la demanda de transporte aéreo y envío de carga, sectores que ya contribuyen con alrededor del 6% de las emisiones globales. También se estudió la fabricación de cemento y acero, que libera 1.300 y 1.700 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera anualmente y se espera que crezca a medida que crece la demanda de infraestructura, particularmente en el mundo en desarrollo.

También se tuvo en cuenta la necesidad de generar y transmitir electricidad con una fiabilidad cercana al 100%, a pesar de la variabilidad en las fuentes de energía renovables como la eólica y la solar. "Tomadas en conjunto, estas fuentes duras representan una fracción sustancial de las emisiones globales –señala Caldeira–. Para abordar esta cuestión de manera efectiva, necesitaremos desarrollar nuevos procesos y sistemas. Esto requerirá tanto el desarrollo de nuevas tecnologías como la coordinación e integración entre industrias".

Síntesis de hidrógeno de alta densidad energética

Las posibilidades que el equipo analizó incluyen, entre otras, la síntesis de hidrógeno de alta densidad energética o combustibles a base de amoníaco para la aviación y el transporte marítimo, nuevas tecnologías de hornos en la fabricación de hormigón y acero y herramientas para capturar y almacenar de forma segura las emisiones de hidrocarburos.

Pero los costos de implementar y ampliar estas tecnologías para revisar las industrias de transporte, construcción y almacenamiento de energía presentarán obstáculos, advierten estos científicos. Además, será necesario superar la inercia de los sistemas y las políticas existentes para crear algo nuevo y mejor.

"No tenemos una bola de cristal para prever qué tecnologías existirán dentro de un siglo –continúa Caldeira–. Pero sabemos que la gente querrá edificios, transporte y otros servicios energéticos, y podemos intentar diseñar nuestro sistema de energía para que pueda aprovechar los nuevos inventos a medida que surjan".