En 2016, el 73% de la población española disponía de un teléfono móvil inteligente, un 13% más que hace sólo dos años, según la consultoría de consumo Kantar Worldpanel. Las ventas han disminuido un 2% debido a que la mayoría de los ciudadanos ya tiene uno. Pero también porque muchos consumidores optan por alargar la vida útil de estos dispositivos.

España se ha convertido en uno de los países europeos donde más se reutiliza el smartphone: más de dos millones de unidades al año, según las últimas cifras publicadas por las consultoras Gartner y Deloitte. Ello evita la emisión de 60.000 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera y supone un ahorro de 24 millones de litros de agua cada año, de acuerdo con las estimaciones de la plataforma especializada en tecnología reacondicionada Back Market.

Cada año más de dos millones de teléfonos cambian de propietario en España

Back Market, que nació en Francia en noviembre de 2014, es el primer mercado online dedicado exclusivamente a la compra-venta de productos reacondicionados, artículos que tuvieron pequeños defectos, que se emplearon como reclamo en escaparates o como materiales de empresas de arrendamiento o que se quedaron descatalogados. Se ponen a la venta tras dejarlos como si estuvieran recién salidos de fábrica.

La plataforma empezó su andadura en España en febrero de 2016 y actualmente ofrece casi 6.000 productos (clasificados en smartphones, tabletas, alta tecnología, cocina y hogar), trabaja con 60 fábricas de reparación y reacondicionamiento de aparatos eléctricos y ha vendido más de 10.000 móviles.

“El smartphone se ha convertido en uno de los aparatos electrónicos que más contamina el medio ambiente, por lo que es importante alargar su vida útil antes de cambiarlo por otro nuevo. Es por ello que la reutilización de estos terminales se presenta como una de las alternativas más eficaces para reducir su impacto ambiental negativo”, señala en un comunicado Thibaud de Larauze, director ejecutivo de Back Market.

La cara menos amable de la industria

Con la reutilización se evita la extracción de materias primas para fabricar otros dispositivos y se reduce la generación de residuos. Un teléfono móvil puede contener hasta 40 metales distintos como el cobre, el cobalto, el estaño, el oro y la plata. Concretamente, cada año se emplean a nivel mundial unas 320 toneladas de oro y otras 7.500 de plata en la fabricación de aparatos de alta tecnología, como ordenadores y teléfonos móviles, según datos de las Naciones Unidas. Y se trata de un potencial poco aprovechado, porque la minería urbana, la que explota los minerales procedentes de los residuos, no funciona a pleno rendimiento: solamente se recupera un 15% de este oro a nivel mundial.

Se calcula que en España tan sólo se destinan al reciclaje el 20% de los dispositivos eléctricos y electrónicos vendidos en el mercado. El resto acaban en vertederos como el de Agbogbloshie (Ghana), donde se acumulan cientos de miles de toneladas de ordenadores, televisores, móviles y electrodomésticos de todo tipo procedentes del mundo desarrollado, principalmente de Europa Occidental y Estados Unidos.

La reutilización, el paso previo al reciclaje, es también una pieza clave en la economía circular, una alternativa al modelo de la economía lineal (producir, usar y tirar) en el que los recursos se retroalimentan y regeneran el sistema.

El alternativo Mobile Social Congress arranca mañana en Barcelona

Entidades como la Fundación Marianao, Donalo.org, Reutilitza.cat y la Universidad Politécnica de Cataluña (con el Programa UPC-REUTILITZA) también optan por la reutilización. Todas ellas forman parte del circuito Pangea, que fomenta la cooperación entre entidades para aprovechar aparatos electrónicos de empresas y de la administración pública que se dan de baja cuando se considera que están amortizados y que, a pesar de ser aptos para la reutilización, son desechados.

En el circuito Pangea se garantiza que los dispositivos se pongan en circulación por parte de entidades sin ánimo de lucro y con un precio asequible. Las entidades reutilizadoras contribuyen aportando recursos para mantener el desarrollo tecnológico y la trazabilidad de los dispositivos.

Estos proyectos, y muchos otros, serán presentados mañana por la tarde en la segunda edición del Mobile Social Congress que se celebrará estos dos próximos días en Barcelona como alternativa al gran congreso mundial de la telefonía móvil, el Mobile World Congress, que en la edición de 2016 reunió en la ciudad a más de 100.000 personas de más de 200 países, para presentar la cara menos amable de la industria electrónica. Porque el sector, además del negativo impacto ambiental, también esconde el abuso y la explotación laboral en países en desarrollo.