Desde hace algo más de un año, Sierra Nevada está más limpia. Hay unos 3.000 kilos de basura menos en sus montañas, las más altas de la península Ibérica. Se debe a la labor entusiasta de un grupo de amigos que cada fin de semana se echan al monte para recoger con sus propias manos los miles de objetos que la incultura y el incivismo de los más de 700.000 visitantes anuales estimados del Parque Nacional y Natural esparcen por las laderas. Se hacen llamar el Batallón Basurista.

La idea de crearlo fue de dos granadinos, Enrique Montero y Juanma Marín, amigos desde hace 30 años y que desde hace 20 comparten su pasión de andar por éste y otros espacios naturales. La gran cantidad de desperdicios que encontraban en sus salidas les sacaba de quicio. Siempre comentaban que era muy triste que nadie hiciera nada. Y un día decidieron hacerlo ellos mismos.

"En junio del año pasado, un día que subimos hasta las proximidades del Observatorio Astronómico, nos animamos a llenar una bolsa del súper con restos de madera, alguna lata y plásticos que encontramos, y nos la llevamos para abajo", explica a EcoAvant.com Enrique Montero, de 45 años, que dirige una empresa de publicidad.

Hay acumulaciones de residuos que llevan más de 50 años sin ser recogidos

Al cabo de unos días volvieron a por más. Satisfechos de haber mejorado el estado ambiental de la zona, de ese foco de suciedad pasaron a otro. Y a otro. Enseguida se dieron cuenta de que con simples bolsas de supermercado no bastaba. "Hay sitios que están realmente asquerosos, aunque muchos se encuentran en hoyas y barrancos, fuera de la vista de la gente que pasa por los lugares más transitados", advierte. Empezaron a presentarse con sacos. Y la tarea los absorbió por completo.

Desde entonces no han dejado de salir todos los fines de semana (mientras el tiempo lo permite: las elevadas cumbres de la sierra andaluza se cubren de nieve en invierno) para limpiar los infinitos vertederos que han ido descubriendo, algunos de ellos de grandes dimensiones: "En las laderas de los mismos picos Veleta o Mulhacén hemos eliminado focos con hasta dos metros de altura de basura acumulada. Y nosotros los limpiamos al centímetro".

"Ya hace bastante tiempo que no disfrutamos de una salida solamente por placer", confiesan. Poco a poco lograron sumar a otros amigos al grupo, pero siguen siendo apenas una decena de personas. "Nos gustaría que se apuntara mucha más gente. ¡Ojalá subieran 1.000 personas con nosotros! Hay muchos que se interesan por el tema. Tenemos doscientos seguidores en Facebook. La mayoría nos manifiestan su apoyo... pero de boquilla... ¡del dicho al hecho hay una gran trecho! Al final, los domingos por la mañana siempre somos los mismos", se lamenta.

Como corresponde a un batallón, el colectivo se ha dotado de unos uniformes, que junto al resto del equipo –guantes, pinzas, cuerdas, sacos, incluso un martillo neumático– han pagado íntegramente de su bolsillo, "a escote". Ningún organismo público los ha ayudado económicamente hasta ahora, aunque el Ayuntamiento de Güéjar Sierra, municipio de alta montaña de unos 3.000 habitantes situado al noroeste de la sierra, les acaba de prometer una aportación de 1.000 euros con cargo al presupuesto del año que viene. Sin duda, el recorte de las ayudas del Gobierno a los pueblos del parque (de 1,8 millones en 2011 a 1,4 en 2012, y cero desde 2013) no juega a favor. Y la búsqueda de pequeños patrocinios está resultando infructuosa

"Se estudiará la posibilidad de apoyar económicamente esta iniciativa", asegura a EcoAvant.com la gerente del Parque Nacional y Natural de Sierra Nevada, María del Mar Lara. Por ahora, admite, la colaboración de los responsables de este área protegida, que depende de la Junta de Andalucía, se ha limitado a "permitirles el acceso a las altas cumbres", restringido a los vehículos, y "proporcionarles unas bolsas" que los integrantes del grupo dicen haber pagado de su bolsillo.

Seis personas para 171.000 hectáreas

El parque nacional, creado en 1999 (desde 1989 ya existía el parque natural), que se extiende por las provincias de Granada y Almería, solamente dispone de dos cuadrillas, de tres personas cada una, encargadas del mantenimiento de "los equipamientos de uso público y las zonas recreativas, como vivacs y refugios", detalla la gerente. Exiguos efectivos para una superficie que, sumando las de ambos espacios protegidos, supera las 171.000 hectáreas repartidas entre 60 municipios, con parajes de realmente difícil acceso. Una plantilla de 70 agentes rurales y celadores tiene encomendada la vigilancia de tan enorme territorio. Es evidente que no dan abasto.

Y menos aún el animoso batallón ciudadano. Está formado por 10 personas, siete hombres y tres mujeres, de entre 18 y 47 años de edad. Hay un publicista, un enfermero, un físico, un funcionario, un par de estudiantes,... todos ellos dispuestos a sacrificar su tiempo libre para que Sierra Nevada vuelva a ser el paraje natural impoluto que nunca debió dejar de ser.

Porque salen todos los fines de semana. Quedan los domingos a las ocho de la mañana, y no regresan hasta bien entrada la tarde. Y no se limitan a recoger papeles: han retirado escombros, maderas, puertas de camiones frigoríficos, numerosos neumáticos, "un montón de trineos", electrodomésticos (a finales de agosto bajaron un par de neveras), urnas funerarias, e incluso un coche, que trocearon y cuyos pedazos se llevaron del barranco atándolos con cuerdas para no dañar la vegetación. "Y hemos localizado al menos dos coches más, un Seat 600 y un 850, que de momento no se pueden sacar", detalla Montero. Una verdadera plaga, denuncian, son "las toallitas húmedas, que están por todas partes y no se biodegradan".

En total, este año han bajado de la montaña 200 sacos de rafia (que les cuestan 20 céntimos por unidad) llenos hasta los topes de residuos, de una media de peso de unos 15 kilos. En total, unos 3.000 kilos de porquería "que ya no volverá a Sierra Nevada", se felicitan. Porque no solamente no hay nadie que la limpie. Los guardas del parque "ni siquiera pueden amonestar a quienes la tiran", revelan. Tras sus denuncias, algunos ayuntamientos han eliminado diversas escombreras que llevaban décadas afeando sus términos. Pero quedan muchas, algunas de ellas a 3.000 metros de altitud.

Lo que más les ha sorprendido es la antigüedad de buena parte de la basura. "Hemos encontrado cosas que llevan allí 50 años o más. Lo vemos por la fecha de caducidad de las latas de conservas, o porque se trata de marcas o productos que no se fabrican desde hace décadas. Algunas no las habíamos vuelto a ver desde nuestra infancia". Un miembro del grupo habla de verdaderos "yacimientos de paleobasura". Y guardan algunos de estos objetos para crear "una especie de museo".

El equipo, que no recibe ninguna ayuda oficial, sale todos los fines de semana

Se acerca el invierno, y subir a limpiar Sierra Nevada volverá a ser imposible durante unos meses. La nieve ya ha empezado a hacer acto de presencia en sus cumbres. Para aprovechar este periodo, los miembros del batallón se plantean trabajar en cordilleras de menor altitud, o incluso trasladar sus operaciones a la costa granadina, donde "también hay mucha porquería que recoger".

Pese a la dureza de la tarea, la falta de apoyos y la incomprensión de buena parte de su entorno, "la moral está cada día más alta", aseguran. Un viaje este año de miembros del grupo a los parques nacionales pirenaicos de Ordesa y Monte Perdido (Huesca) y Aigüestortes i Estany de Sant Maurici (Lleida), que encontraron mucho mejor cuidados, les reafirmó en sus convicciones. Y les proporcionó nuevas ideas. "En Aigüestortes, al bajar de los jeep-taxi que te llevan al parque, te dan un mapa y una bolsa para tus residuos", recuerda Marín. Y ahora han trasladado este modelo a Sierra Nevada.

De nuevo a iniciativa suya, aunque esta vez con la colaboración del Albergue Universitario de Sierra Nevada, que ha corrido con la mitad de los gastos, se han empezado a repartir 10.000 bolsas a los visitantes del parque, un área protegida en la que viven unas 60 especies de plantas endémicas y una nutrida población de cabras salvajes y donde se hallan el pico más alto de la península (Mulhacén, de 3.482 metros) y la estación de esquí más meridional de Europa.

Como forma de financiar sus actividades, el batallón ha encargado unas divertidas camisetas que pueden adquirirse contactando con el grupo que han creado en Facebook bajo el nombre de Sierra Nevada Limpia. Para sentirse menos solos en su lucha, ansían relacionarse con otros grupos similares en el resto del país, con el fin de compartir experiencias y tratar de articular una red nacional de batallones basuristas. Pero de momento no los encuentran. El día en que el batallón se convierta en un verdadero ejército no parece cercano.