África acapara el protagonismo en la Zona Verde, espacio ferial dedicado a la llamada sociedad civil en la COP22, 22ª sesión de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático que se celebra desde hace una semana y hasta el próximo viernes en Marrakech (Marruecos).

Entre los muchos proyectos que se presentan en el recinto, destaca un sistema que atrapa el agua de la niebla y la humedad ambiental para destinarla al consumo humano de varias poblaciones de la desértica región de Sidi Ifni, en el extremo sur del reino magrebí. Una plataforma formada por grandes redes retiene el líquido que traen los vientos procedentes del mar, explica a EcoAvant.com Salma Edrif, de la asociación Dar Si Hmad, y este método abastece a 500 personas con una media de 30 litros por día. Sistemas similares de atrapanieblas se utilizan en Chile, Australia o las islas Canarias.

Un sistema de redes 'atrapanieblas' abastece de agua a 500 personas en la desértica Sidi Ifni

La promoción de la bicicleta es otro punto destacado en la parte social de la cumbre. La asociación Pikala traslada máquinas en desuso desde los Países Bajos a Marrakech, donde son recuperadas mecánica y artísticamente. Cantal Bakker, directora del proyecto, destaca que se está intentando promover su uso en las estrechas calles de la medina (la ciudad antigua, de origen medieval), donde reinan las motocicletas, que han disparado los niveles de contaminación de la ciudad antigua. Pero no es una tarea fácil: a los marroquíes, revela, no les gustan las bicicletas porque “las asocian con la pobreza”. Por otra parte, el uso de este vehículo como medio de transporte de mercancías es el eje del Internacional Cargo Bike Festival, en el que participan representantes de 25 países y que en 2017 cumplirá su quinta edición en los Países Bajos.

Y en bicicleta han llegado a Marrakech los 40 participantes de una marcha procedente de Valencia. A la iniciativa de la Asociación por el Medio Ambiente y el Cambio Climático (AMA) se han unido voluntarios de diferentes puntos de España y otros lugares de Europa. Elena Krause, representante del grupo, explica a EcoAvant.com que “este trayecto de 1.500 kilómetros nos ha servido para recoger testimonios de agricultores y pescadores sobre los efectos del cambio climático” y reclamar la atención sobre el problema.

Los negocios del rey

Héctor García, otro componente de la AMA, advierte de que, de no adoptarse medidas, los impactos climáticos que hoy sufre Marruecos “se extenderán hasta Madrid”. La lucha contra la sequía, la reconversión de cultivos y el mejor aprovechamiento del suelo son algunos objetivos del proyecto AAA (Adaptación de la Agricultura Africana al Cambio Climático), en el que participan la gran mayoría de los países del continente. La agricultura es la principal fuente de ingresos para el 70% de la población africana, y un 65% de la misma está afectada por el aumento de las temperaturas.

A la entrada de la mezquita Kutubía, el monumento más famoso de Marrakech, un panel luminoso en constante actualización informa de los kilovatios de energía solar fotovoltaica que produce Marruecos y las emisiones de dióxido de carbono que evitan, que se presentan como ejemplo de la cruzada medioambiental emprendida por el país. Las autoridades marroquíes aprovechan la COP22 para exhibir su muestrario de medidas anticalentamiento global, desde el cultivo ecológico de aceite de oliva, dátiles o miel hasta diversas infraestructuras energéticas.

El 7% de la energía verde de Marruecos proviene del Sáhara Occidental ocupado

Igual que lo hace con otros muchos sectores de la economía, el propio rey Mohamed VI controla personalmente como empresario el sector de las energías renovables, según ha desvelado la plataforma Wikileaks. Además, el Observatorio de Recursos Naturales del Sáhara Occidental (WSRW, en sus siglas en inglés), calcula que “aproximadamente el 7% de la energía verde producida por Marruecos se genera en el Sáhara Occidental", un territorio ocupado desde 1975 cuya soberanía no le reconoce la comunidad internacional, por lo que explota sus recursos económicos de forma ilegal. En 2020, esta cifra ascenderá al 26%, estima esta organización.

Según WSRW, la energía eólica, con tecnología suministrada por una multinacional alemana, se destina “en un 95%” a la explotación de un recurso no renovable como es el fosfato, del que el Sáhara Occidental posee uno de los yacimientos más ricos del mundo.

Desde América llegan propuestas integrales como las que propone la Unidad Nacional de Asociaciones de Ingenieros de México, que impulsa 12 proyectos sobre adaptación y mitigación que incluyen desde refugios para resistir catástrofes naturales al uso de atomizadores para el ahorro de agua o estaciones móviles de medición de CO2. Eduardo Sánchez Anaya, presidente de UNAI, proclama ante EcoAvant.com que “el gran problema es la necesidad de reducir la población mundial”. Junto a las ONGS e instituciones, empresas del sector presentan estos días en Marrakech sus innovaciones en coches eléctricos de última generación y aplicaciones para móviles. Desde Austria llega un sistema para recuperar carbón procedente de la basura a través del proyecto Carbotopia.

Sobre las negociaciones de la COP22 planea la actitud del presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, negacionista del cambio climático y defensor de planteamientos que afectarán al futuro del planeta. Mientras, hasta en las calles de la medina se percibe que el aumento de la temperatura está alterando las vidas de sus habitantes. Los vendedores de té, especias y frutos secos muestran sus productos cerca de la puerta Lakssour mientras los comerciantes de artesanía explican a sus compradores, turistas que revolotean entorno a la plaza Yamaa El Fna, que ya no ofrecen bolsas de plástico porque el gobierno las ha prohibido. La medida pretende reducir una de las fuentes de residuos más dañina del planeta, de la cual Marruecos llegó a ser el segundo mayor consumidor mundial después de Estados Unidos.