Las manzanas, las fresas y las uvas son las tres frutas o verduras donde se suelen encontrar mayores residuos de pesticidas. Y los aguacates -la fruta más limpia-, el maíz dulce y las piñas, en este orden, las tres que menos. Esta es la principal conclusión del último análisis al que el Environmental Working Group (EWG, Grupo de Trabajo Ambiental) somete cada año a muestras de los productos vegetales frescos más consumidos en Estados Unidos (aunque algunos de sus resultados se pueden extrapolar al resto de países desarrollados, dado que muchos de los productos analizados son exportados o importados).

Cada año, esta organización estadounidense dedicada al estudio del impacto sobre la salud y el medio ambiente de las actividades humanas, elabora una clasificación con las Doce sucias y las Doce limpias. En esta ocasión, cada lista se ha extendido a 15 y, sobre una muestra de 51 productos, las manzanas (que contenían en un 99% de los casos por lo menos el resto de un pesticida) se llevaron la palma, aunque todas las piezas de nectarinas analizadas también dieron este resultado. Y las patatas mostraron el mayor contenido de tóxicos por unidad de peso de todos los productos revisados.

En el 65% de miles de muestras de productos se detectaron residuos de productos tóxicos

Una sola muestra de uva contenía hasta 15 pesticidas distintos, y otras de apio, tomates cherry, fresas y guisantes (éstos, de importación), hasta 13 clases de tóxicos. Por el contrario, los aguacates se revelaron la fruta menos contaminada. Apenas un 1% de las muestras analizadas presentaban restos de pesticidas o agrotóxicos. También el 89% de las piñas, el 82% de los kiwis, el 80% de las papayas, el 88% de los mangos y el 61% de los melones estaban libres de residuos.

Así, la lista de las frutas y verduras limpias del EWG para 2014 la conforman, en orden de más a menos libres de contaminación: los aguacates, el maíz dulce, la piña, la col, los guisantes dulces congelados, las cebollas, los espárragos, los mangos, las papayas, los kiwis, la berenjena, el pomelo, el melón, la coliflor y las patatas dulces.

Por el contrario, y de mayor contenido en pesticidas a menor, la lista de las frutas y verduras sucias quedó integrada por: manzanas, fresas, uvas, apio, melocotones, espinacas, pimientos dulces, nectarinas importadas, pepinos, tomates cherry, guisantes importados, patatas, pimientos picantes, arándanos y lechugas.

El EWG denuncia que las autoridades federales, la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA, en sus siglas en inglés) no cumple con el mandato del Congreso expresado por la Ley de Protección de la Calidad de los Alimentos de 1996, que incluye un Derecho del consumidor a saber y que obliga a la EPA a advertir a la ciudadanía de los riesgos asociados a la ingesta de los restos de pesticidas.

Según el EWG, el 65% de miles de muestras de productos analizados por el Departamento de Agricultura estadounidense dieron positivo en las pruebas de detección de residuos de productos tóxicos, y recuerda que la Academia de Pediatras del país publicó en 2012 un informe en el que establecía que los niños tienen una “sensibilidad única a la potencial toxicidad” de los restos de pesticidas.

Regulación europea

El EWG considera que los reguladores europeos van “algunos pasos por delante” de sus equivalentes norteamericanos. Así, destaca, se han planteado la toxicidad de los neonicotinoides, pesticidas que pueden afectar al desarrollo del cerebro humano y matan a las abejas y otros insectos beneficiosos, y han adoptado medidas para evitar su presencia en los mercados.

La Unión Europea (UE) ha prohibido (desde junio de 2012) el uso de la difenilamina (conocida por las siglas DPA) en los 28 estados miembros y ha impuesto restricciones a la importación de productos que la contengan. Este compuesto, un regulador del crecimiento y antioxidante, es habitualmente utilizado en Estados Unidos para tratar las manzanas y las peras tras la cosecha con el fin de evitar que se decoloren durante los meses que pasarán en las cámaras frigoríficas. Y Estados Unidos, remarca el EWG, no ha seguido los pasos de Europa en lo que respecta ni a los nicotinoides ni a la difenilamina.

En EE UU se emplea la difenilamina, cuyo uso ha sido prohibido en la Unión Europea

Respecto a los cultivos transgénicos, el trabajo del EWG ha concluido que, aunque la mayor parte de la comida envasada contiene ingredientes procedentes de la agricultura genéticamente modificada, no suelen encontrarse productos transgénicos en la sección de alimentos frescos de los comercios estadounidenses. Sólo un “pequeño porcentaje” de los calabacines, calabazas y maíz dulce lo son. La mayoría de las papayas procedentes de Hawai, por el contrario, sí son organismos genéticamente modificados.

Por otra parte, mientras la UE ha establecido (2006) un límite de 0,01 partes por millón de pesticidas en la comida infantil. En Estados Unidos no existe una regulación similar, y muestras analizadas de melocotón y judías verdes en alimentos infantiles superaban este límite. El Departamento de Agricultura detectó 10 pesticidas en al menos el 5% de 777 muestras de melocotón en 2014. Un tercio de ellas superaban el límite fijado en Europa.

Las manzanas se confirman como una fruta fuertemente contaminada: otro estudio del gobierno encontró acetamiprid, un neonicotinoide, en el 18% de las muestras analizadas de puré de manzana para niños, y un 17% contenían un fungicida. También se han encontrado, en un estudio del Departamento de Agricultura publicado este año, seis pesticidas distintos en los zumos de manzana, muy populares entre los niños estadounidenses. Un 14% de ellos contenía la DPA prohibida en Europa.