La huelga feminista de este jueves 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, está convocada en 41 países de todo el mundo, pero se han organizado movilizaciones en más de 170. Es un llamamiento a todos los ciudadanos con el que se revindica la igualdad de derechos y oportunidades, así como el cese de todas las formas de violencia machista.

Sumario

 

Ésta última es una pandemia global que se ceba en una gran mayoría de las mujeres: en algún momento de sus vidas, un 70% de ellas sufren alguna forma de agresión simplemente por su género.

El feminismo no se define a sí mismo como una ideología política o una doctrina social, como se empeñan en insistir algunos, sino como un movimiento que trata de oponerse a la violación sistemática de los derechos humanos, dado que reivindica el principio de igualdad entre mujeres y hombres.

Esta definición parece un tanto insuficiente para muchas mujeres que entienden el feminismo como una lucha por la liberación de la mujer del cerco del paradigma patriarcal. Su punto de partida puede parecer una exageración, pero a la luz de los datos estadísticos es difícil sostener una tesis que se ajuste de manera más precisa a la realidad.

La huelga feminista está convocada en 41 países pero se apoyará en más de 170

La víspera del 8M, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó el informe Perspectivas sociales y del empleo en el mundo, en el que se exponen las diferencias existentes en el mercado laboral entre mujeres y hombres por meros motivos de género. El documento denuncia que las medidas adoptadas hasta ahora para reducir las desigualdades salariales “no son suficientes”, por lo que “no se esperan cambios en los próximos años”. En un estudio correspondiente al ejercicio 2016, el organismo internacional también sostenía que, al ritmo al que se actúa, las diferencias en el ámbito salarial no podrían cerrarse por completo en al menos las siete próximas décadas.

A nivel mundial, las mujeres tienen hasta 26,5 veces menos probabilidades que los hombres de acceder al mercado laboral. Desde 1990 hasta 2018 la brecha en los salarios tan solo se ha reducido en dos puntos porcentuales. Tanto en los países desarrollados como en los emergentes o los que siguen en desarrollo, las mujeres ingresan de media hasta un 20% menos que los trabajadores de género masculino.

 

Carga familiar desproporcionada

 

Desde la OIT recuerdan que la lista de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU incluye fomentar el empleo femenino de calidad, la reducción de los estereotipos de género y la discriminación, tanto en la enseñanza como en el lugar de trabajo, y que se reconozca, reduzca y redistribuya la carga desproporcionada de responsabilidades familiares y asistenciales que asumen las mujeres.

A princios de febrero, el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) español adelantaba la segunda edición del su informe Brecha salarial y techo de cristal, en el que se expone que las españolas cobran un 30% menos que los hombres por los mismos trabajos. La brecha empieza a ampliarse significativamente en el tramo de edad que oscila entre los 26 y los 45 años, "coincidiendo con una etapa en la que muchas mujeres tienen todavía que pagar un peaje por la maternidad y el cuidado de los hijos", según alerta Gestha.

La OIT advierte de que al ritmo actual harán falta 70 años para lograr la igualdad

El estudio del sindicato coincide con la OIT en que, al ritmo en que se avanza, serían necesarios casi 70 años para acabar con la brecha salarial de género, y argumenta que la causa de tan profunda grieta retributiva entre unos y otros se debe, fundamentalmente, a que hay más mujeres que hombres con salarios inferiores a los 1.000 euros mensuales.

Por territorios, Asturias es la comunidad más desigual en cuanto a sueldos se refiere, dado que las mujeres cobran un 38% menos que los hombres, es decir, 6.228 euros menos al año. En el lado opuesto está Canarias, el territorio más igualitario, ya que la brecha es allí de un 16%, lo que supone casi la mitad de la media española.

En lo que al llamado techo de cristal se refiere los datos no son menos desalentadores. Si se analiza la composición de la alta dirección de las 35 empresas que componen el indicador bursátil español –Ibex 35– se cae en la cuenta de que 19 de estas grandes compañías no cuentan con la presencia de ninguna mujer, o a lo sumo de una, en sus máximos órganos ejecutivos.

 

Obstáculos académicos

 

Desde el ámbito de la investigación, universitario y docente también se secunda la huelga feminista bajo el lema #LasAcadémicasParamos. Las científicas denuncian que las mujeres investigadoras reciben salarios más bajos y que su carrera académica está "más llena de obstáculos" que la de sus colegas varones. "Los sesgos implícitos de género discriminan a las mujeres en la percepción de méritos en los procesos de evaluación, acreditación, selección y promoción, en la revisión y aceptación de artículos, en la evaluación de proyectos de investigación e incluso en el volumen de citas recibidas" por sus trabajos académicos, señala la convocatoria.

Desde el sector tecnológico, y más concretamente el de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), la patronal AMETIC admite a través del estudio Salarios y política laboral en el hipersector TIC 2017-2018 que presencia de la mujer en el mismo, en todas las áreas y categorías profesionales, apenas ha aumentado en casi dos décadas, pasando del 33% en 1999 al 37,4% en 2017.

19 de las 35 empresas del Ibex carecen de mujeres en sus órganos directivos

El trabajo de AMETIC indica que para superar esta situación "es esencial romper con las barreras culturales sobre el reparto de roles sociales, ya que influyen enormemente en el contexto empresarial, donde apenas se da visibilidad a los modelos femeninos". Asimismo, considera "fundamental crear una política salarial más equilibrada y un sistema de igualdad que fomente una conciliación real de la vida profesional y familiar".

En el ámbito de los medios de comunicación las cifras tampoco son nada halagüeñas. La International Women’s Media Foundation (IWMF), el mayor observatorio de la igualdad de género en los medios informativos a escala mundial, llevó a cabo un estudio en el que se entrevistó a más de 500 ejecutivos de empresas del sector de 59 países y la principal conclusión fue que el 73% de los cargos de máxima responsabilidad empresarial eran ocupados por hombres, así como lo estaban las dos terceras partes de los puestos de toma de decisiones sobre los contenidos.

 

Otras desventajas competitivas

 

Investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Múnich (Alemania) han analizado –en el marco de otro estudio, Worlds of journalism study–, cómo en las empresas de comunicación españolas prevalecen los patrones de desigualdad laboral femenina: infrarrepresentación, barreras en la carrera profesional y salarios inferiores.

“A las mujeres se les exige más. Nuestros datos demuestran que prácticamente todas han cursado los estudios que capacitan para el ejercicio de esta profesión. Además se esfuerzan por alcanzar el mayor grado de formación académica (máster o doctorado)”, apunta el coinvestigador Roberto De Miguel, que subraya: “El hecho de que los hombres no destaquen en el plano académico es un indicio claro de que poseen otro tipo de ventajas competitivas”.

Dentro del segmento de los periodistas con titulación universitaria más cualificados, la precariedad se ceba en las mujeres. Entre los que cobran menos de 1.000 euros netos al mes, el 85% son mujeres.

Cuatro de las cinco ministras trabajarán hoy, incluida la titular de Igualdad

Ante una realidad tan abrumadora, con tan lamentables cifras y datos que demuestran desigualdad y hasta discriminación, resulta difícil mira para otro lado, pero entre las clases dirigentes españolas hay quien ha intentado banalizar o ridiculizar la convocatoria del 8M por medio de declaraciones y afirmaciones que ofenden a muchas de las mujeres que han decidido adherirse la huelga feminista porque encuentran motivos de sobras para ello.

El vicesecretario de Política Social y Sectorial del Partido Popular, Javier Maroto, aseguraba en días previos a la movilización que su partido no apoyaría la protesta del 8 de marzo por estar promovida por Podemos: "No podemos apoyar una manifestación convocada por Pablo Iglesias”, como si desde los movimientos e iniciativas feministas se necesitara la figura de un macho para convocar una protesta internacional en el Día Internacional de la Mujer. A la vista de las reacciones, este portavoz modificó rápidamente su postura pública días después.

 

Huelga a la japonesa

 

Además, desde el PP se mantiene que se trata de una huelga “elitista” porque solo las mujeres con empleo pueden sumarse a la misma, cuando se han planteado diversas vías para adherirse a la protesta, como la huelga de consumo o la de cuidados. La ministra de Medio Ambiente, Isabel Garcia Tejerina, apostaba por una “huelga a la japonesa” y defendía trabajar ese día más de lo habitual, un planteamiento tan desafortunado que fue desautorizado horas después por el mismo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ante el pleno del Congreso de los Diputados, en el que afirmó que “no me reconozco” en su contenido.

No mucho antes, Rajoy había replicado a un periodista que le preguntaba por la brecha salarial: "No nos metamos en eso ahora". El auge de la movilización le ha llevado a moverse a posturas menos impopulares y más oportunistas. 

Aun así, cuatro de las cinco ministras del ejecutivo de Rajoy tienen actos programados o entrevistas para la jornada de hoy. Menos la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, que ha liberado su agenda. Las titulares de Defensa, María Dolores de Cospedal; de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez; de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina; y de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Dolors Montserrat, cuyo departamento es el responsable formal de promover políticas que acerquen en derechos a hombres y mujeres, tendrán presencia y actividad pública durante la jornada del 8 de marzo.

Por parte de Ciudadanos, la otra formación política que rechaza la movilización feminista de hoy, Albert Rivera ha afirmado este lunes: “No apoyamos la huelga general anticapitalista que han convocado porque no somos anticapitalistas". La realidad es que en parte alguna del Manifiesto del 8M aparece la palabra anticapitalista. El partidismo lleva a algunos a alejarse de luchas en las que la unidad debería prevalecer sin excusas.