Todos hemos tenido la experiencia de salir de una piscina con los ojos irritados por el cloro u otros desinfectantes. Es el precio a pagar por darse un baño en un agua profusamente compartida con gentes de todo tipo sin correr riesgo de infecciones. La única alternativa es bañarse en alguna piscina natural en algún paraje de montaña. Pero los habitantes de Londres disponen de una en pleno centro de una de las mayores capitales del mundo.

El estanque se sitúa en el nuevo parque Lewis Cubitt, uno de los proyectos de una zona en plena reurbanización de 270.000 metros cuadrados al norte del barrio de King's Cross, articulado alrededor de una de las principales estaciones de ferrocarril de la capital británica, la de Sant Pancras. Allí, sobre terrenos ocupados durante 150 años por enormes fábricas hijas de la Revolución industrial, se está construyendo uno de los más modernos barrios londinenses, con 50 nuevos edificios, 2.000 viviendas y una universidad.

El proyecto pretende ser a la vez un laboratorio viviente y una instalación artística

El agua del proyecto Of soil and water: King's Cross Pond Club (De suelo y agua: el club del estanque de King's Cross) está cien por cien libre de productos químicos. Pasa por un circuito cerrado y es depurada de forma biológica por la vegetación acuática que crece en ella antes de regresar a la pileta.

El estanque, que es una instalación artística a la vez que un laboratorio viviente para el estudio de sistemas de depuración natural y sobre la creación de ecosistemas autosuficientes en un entorno urbano, tiene forma oblonga, 40 metros de largo por 10 de ancho (unos 400 metros cuadrados de lámina de agua) y está rodeado por un ajardinamiento tanto duro como blando. En este último crecen plantas acuáticas (cañas, lirios, nenúfares), arbustos y herbáceas con flores silvestres y césped.

En uno de los extremos de la pileta hay una zona vedada al baño y protegida por una valla de madera. Su fondo es de grava y bajo la superficie crecen plantas acuáticas, que son las encargadas de limpiar el agua del conjunto del estanque. Las plantas son ahora pequeñas, pero se espera que crezcan hasta cubrir todo ese sector. El proceso de depuración natural está detalladamente explicado en unos plafones a la entrada del recinto.

Durante dos años

La instalación, el primer estanque de agua dulce apto para el baño de seres humanos del Reino Unido, fue diseñada por el estudio holandés Ooze Architects, integrado por Eva Pfannes y Sylvain Hartenberg, y por la artista eslovena Marjetica Potrč. "El objetivo es la comunicación con los visitantes. El estanque describe el equilibrio del hombre con la naturaleza, y el equilibrio de la vida en una ciudad sostenible", afirma Eva Pfannes. “El acto de la natación es un acto primordial, el cuerpo se vuelve más sensible y consciente de la naturaleza en el agua", añade su socia Sylvain Hartenberg.

El recinto, que se abrió al público el 22 del mes pasado y está previsto de momento por un periodo de dos años (se ubica en un emplazamiento provisional, rodeado de rascacielos y solares en construcción, de grúas y montículos de tierra), está dotado de vestuarios y aseos con duchas para sus usuarios, y en el parque adyacente está autorizada la práctica del picnic, aunque se insta a los visitantes a llevarlo a cabo de forma respetuosa con el entorno. Para ellos se ha instalado un grifo de agua potable.

La afluencia máxima que puede soportar la vegetación es de 40 nadadores a la vez

Asimismo, el estanque, cuyo perímetro está pintado con franjas rojas y blancas para mejorar su seguridad, estará vigilado por un socorrista durante todo su horario de apertura (de seis de la mañana al atardecer entre semana, y sábados y domingos a partir de las ocho), y dispone de un sector menos profundo destinado a los niños. Y se ha construido un mirador que ofrece una inusual vista aérea de la lámina de agua.

Los precios para los usuarios van de las 3,50 (4,79 euros) a las 6,50 libras esterlinas (8,91 euros), con unas tarifas más baratas para los no nadadores. Las entradas y horas de baño deben reservarse al menos con dos semanas de antelación. Se pueden realizar sesiones de entre hora y media y dos horas y media. Y, como es lógico, el agua, hay que tenerlo en cuenta, no está climatizada, y puede resultar más que fresquita durante buena parte de la temporada (los primeros días de apertura llegó a estar a 11 grados).

La gestión del estanque corre a cargo de Fusion Lifestyle, una organización sin ánimo de lucro nacida el año 2000 que trata de promover una vida más activa y sana en comunidades locales, impulsando actividades deportivas y de ocio accesibles a todos los públicos. Actualmente dispone de instalaciones en 85 localidades británicas.

La capacidad máxima del estanque es de 40 nadadores. El límite está fijado por la capacidad depuradora de la vegetación. El visitante debe tener claro que no está acudiendo a una piscina como las demás: “Está usted entrando en un laboratorio viviente, donde las responsabilidades hacia la naturaleza se vuelven importantes”, advierte un cartel a la entrada.