Juan Antonio roza los 80 años. Lee a duras penas y no sabe escribir. Hasta hace un año confiaba en su amigo el del banco. “Me han llamado de Catalunya Caixa para que vaya a renovar el plazo fijo”. Incauto, firmaba donde le decían. Y un día los depósitos a plazo fijo dejaron de serlo: se convirtieron en depósitos estructurados, en los que el dinero queda bloqueado durante un período de tiempo y sólo se puede retirar antes del vencimiento final si se cumplen en fechas determinadas los requisitos de la cotización del grupo de acciones contratadas. Uno de los productos que la banca colocó a este pequeño ahorrador fue el Depósito 100% Natural, cuya rentabilidad está condicionada por la cotización del café, el maíz y el azúcar.

Sin saberlo, y mucho menos entenderlo, Juan Antonio está contribuyendo con una parte de sus ahorros de toda la vida a la especulación alimentaria, que incrementa la volatilidad de los precios de las materias primas agrícolas y hunde cada vez más a la población mundial más desfavorecida. Éste es sólo un ejemplo de cómo ha trabajado en los últimos años, con total impunidad, la banca tradicional en España, una de las protagonistas de la actual crisis económica.

A pesar de ello, todavía hay muchas personas que siguen depositando su dinero en los grandes bancos. “La sociedad todavía es muy conservadora, por lo tanto, incluso con esta crisis, buena parte de la gente continúa teniendo sus pequeños o grandes ahorros en la banca tradicional, que continúa enriqueciéndose cuantiosamente a través de grandes operaciones financieras a nivel internacional o simplemente teniendo el crédito del grifo totalmente cerrado”, afirma la responsable a nivel estatal del área socio-cultural del proyecto de banca ética cooperativa Fiare, Clara Soler.

"Es preciso que la gente sepa que con sus mil euros influye en el sistema financiero"

“Es muy necesario que la gente realmente entienda que con sus 1.000, 3.000 o 6.000 euros influye en el comportamiento del sistema financiero internacional y es importante que sepa que si pone sus pequeños ahorros en una organización que le garantiza, evidentemente, la seguridad económica de sus ahorros y que estarán invertidos socialmente, puede hacer una gran contribución para el conjunto de la sociedad”, argumenta.

La banca ética aspira a conseguir simultáneamente dos objetivos complementarios: financiar actividades económicas que tengan un impacto social positivo y obtener beneficios, si bien respetando unos determinados criterios –por ejemplo, descartan los negocios especulativos e invertir en la industria armamentística– mediante los que se financian, tal y como recoge Oriol Alsina en el libro La banca ètica. Molt més que diners (La banca ética. Mucho más que dinero).

Para encontrar el origen de la banca ética hay que poner el foco en el mundo anglosajón y remontarse a la Guerra de Vietnam. Fue entonces cuando los pacifistas se dieron cuenta de que los bancos en los que depositaban su dinero financiaban y sacaban rédito de las injusticias contra las que ellos se manifestaban.

Un socio, un voto

En 2003, organizaciones de la sociedad civil creaban en Bilbao la Fundación Inversión y Ahorro Responsable (FIARE), un proyecto sin ánimo de lucro que pretende canalizar el ahorro de personas y organizaciones y ponerlo al servicio de iniciativas que transformen la sociedad. “En los últimos veinte o treinta años, la banca tradicional se ha ido alejando de la economía real –la de las personas, la del día a día–, y el objetivo de Fiare es apoyar a los proyectos que aportan algún valor añadido a la sociedad”, sentencia Soler.

La banca está orientada al Tercer Sector, es decir, a proyectos de economía social y solidaria. En concreto, financia cuatro grandes ámbitos (de momento, sólo presta dinero a organizaciones): inserción social y laboral de personas con algún tipo de dificultad; comercio justo y cooperación al desarrollo; cultura y educación; y agroecología. Muestra de la transparencia de la entidad es que la lista de proyectos financiados puede consultarse en su web.

Para obtener el crédito, la iniciativa tiene que superar un análisis técnico que evalúa si la propuesta es sostenible económicamente y obtener el visto bueno de una comisión de valoración ético-social que examina si el proyecto se aviene con los principios de Fiare.

El modelo nació en el mundo anglosajón a raíz de la guerra de Vietnam

Hoy, Fiare cuenta con unos 36 millones de euros en depósitos de ahorro y, a finales de 2012, con 31,2 millones de euros en créditos. Según datos del 30 de junio, tiene 4.300 socios, con 4,3 millones de euros de capital social. El modelo cooperativo de la banca da mucho valor al trabajo en red y a la participación de las personas, por lo que cada socio tiene un voto independientemente del capital invertido. Para poder formar parte hay que abonar 300 euros por persona física y 600 por persona jurídica, ambos fondos recuperables. También se puede abrir un depósito de ahorro sin ser socio.

Fiare trabaja desde 2006 como agente –una figura legal regulada por el Banco de España– de Banca Popolare Etica, una cooperativa de crédito italiana nacida en la ciudad de Padua en la década de los noventa. Actualmente se está llevando a cabo el proceso de integración entre Fiare y Banca Popolare Etica tras el cual la organización española pasará a trabajar como entidad establecida y podrá ampliar el abanico de servicios bancarios que ofrece con, por ejemplo, cuentas corrientes y tarjetas bancarias.

“Estamos trabajando para superar los obstáculos legales y construir la integración. El resultado final del proceso, que esperamos que se produzca a inicios de 2014, será una cooperativa de crédito a nivel europeo, pero instalada sobre todo en Italia y España”, explica Soler.

Organización en red

Uno de los socios impulsores de Fiare, representado en su órgano de gobierno, es la cooperativa de servicios financieros COOP 57, que inició su andadura en 1996 en Cataluña a partir de la lucha sindical de los trabajadores de la Editorial Bruguera. Tiene una organización en red, por lo que cada territorio se autogestiona y financia, en pequeñas cantidades, a cooperativas y asociaciones del Tercer Sector asociadas, y apuesta por el compromiso y la intercooperación social.

Triodos Bank, creado en 1980, también se aleja de la banca tradicional, si bien no responde a un modelo cooperativo como el de Fiare. Se trata de un banco blindado donde la participación de los clientes, aunque importante –pueden adquirir títulos que dan permiso a votar– está más limitada.

“Triodos Bank es un banco que propone una renovación del sistema financiero a través de su propio modelo de banca con valores. Una entidad que, desde el propio sistema financiero, hace las cosas de forma diferente, usando el dinero de ahorradores e inversores que han confiado en nosotros para dar préstamos a empresas y proyectos sociales, culturales y medioambientales con máxima transparencia en el uso que hacemos del dinero de nuestros clientes, y un sistema de gestión empresarial responsable”, explican desde el departamento de comunicación de la entidad.

Se financian proyectos de comercio justo, energías renovables o agroecología

Por tanto, el banco financia sectores sostenibles como el de las energías renovables, la agricultura ecológica, el comercio justo, el turismo sostenible, etc. También en su caso, todas las inversiones pueden consultarse en la web

Para aprobar la financiación de una iniciativa, estudian el alcance social, medioambiental o cultural del proyecto en cuestión y cómo contribuye a mejorar la sociedad y el entorno, las personas que lideran el proyecto, su compromiso, motivación y experiencia y también se realiza un análisis técnico bancario vinculado a la viabilidad económica del propio proyecto, afirman desde la entidad.

El germen de Triodos Bank hay que buscarlo en 1968, “cuando surgió la idea de crear una fundación que utilizara el dinero de forma responsable para construir un futuro mejor”, remarcan desde la empresa. “Si bien es cierto que los fundadores originales del banco, procedentes de distintos ámbitos profesionales, se inspiraron en la antroposofia, el pensamiento económico de Rudolf Steiner, muy extendido en los Países Bajos y centro de Europa, Triodos Bank es un banco independiente, no afiliado a ningún movimiento cultural, religioso ni político concreto y que promueve unos valores universales”, aclaran.

Triodos es cofundador de la Alianza Global para una Banca con Valores, una red formada por 25 bancos referentes en sostenibilidad en todo el mundo, y cuenta con sucursales en los Países Bajos, Reino Unido, Bélgica y Alemania, además de una agencia en Francia. En España, donde abrió sus puertas en septiembre de 2004, ha conseguido hacerse un hueco importante en el mercado. En los seis primeros meses del año ha crecido el 21% –en 2012, creció un 27%–. Y ha obtenido un beneficio neto de 13,4 millones de euros, un 35% más que en el mismo periodo de 2012. Hoy en día, tiene 130.000 clientes en España (un 23% de incremento en lo que llevamos de año).

Un éxito que tiene su origen en el desencanto de la población con la banca tradicional como consecuencia de la crisis económica que, al mismo tiempo, ha puesto de relieve el trabajo de la banca ética. Cada vez hay más personas conscientes de la importancia que tienen sus ahorros para cambiar la sociedad y el sistema financiero internacional. Ya no basta con preocuparse por el tipo de interés: gran parte de los ciudadanos quiere saber a costa de qué un banco ofrece una mayor rentabilidad que otro, para así poder decidir de forma libre y responsable si quiere que su dinero se invierta de acuerdo con sus valores o no.