La Universidad de Barcelona (UB) ha eliminado de su oferta educativa un máster sobre homeopatía después de que desde su Facultad de Medicina se expresaran en un informe sus objeciones en relación con un curso dedicado a impartir los supuestos conocimientos de lo que en el mundo científico se considera una pseudociencia y que carece de verificaciones empíricas que aportar en favor de sus postulados y tratamientos.

"Es una decisión sobre la que estábamos meditando desde hacía meses, al haberse avivado la controversia que el tema generaba", señaló un portavoz de la institución académica respecto a la medida adoptada debido a la "falta de base científica" de las enseñanzas que se impartían. El curso, que duraba dos años, tenía matriculados en la actualidad a una veintena de alumnos, que habían pagado por la matrícula 6.940 euros. En el máster 2012-14 tuvo 27 asistentes, y en el 2010-12 hubo 32 inscritos.

Sanidad considera que la terapia no ha demostrado jamás ninguna eficacia 

La medida adoptada por la UB se suma así a la decisión de su homóloga de Córdoba de suprimir sus cursos de homeopatía en 2013, siendo el último un Curso Intensivo de Homeopatía Veterinaria. Una campaña de recogida de firmas en la plataforma Change.org contribuyó a decidir al rectorado. Tras varios años de colaboración, la Universidad de Zaragoza se desmarcó de la Cátedra Boiron de Homeopatía en 2014 (patrocinada por el principal grupo productor de estos medicamentos a nivel internacional). También la Universidad de Valencia, tras las críticas de diversos miembros de la comunidad académica, canceló recientemente un Máster en Terapias Complementarias aplicadas a la Salud y al Equilibrio Personal.

A finales del año pasado, un estudiante de la UB, Adrián Gómez, había iniciado una campaña de recogida de firmas a través de la plataforma Change.org en la que pedía a la universidad barcelonesa que dejara de impartirse el máster, y que obtuvo más de 1.300 apoyos. El manifiesto que presentaba, dirigido al rectorado, señalaba que "la homeopatía ha sido y es considerada una pseudociencia por unanimidad de la comunidad científica". "Dicha doctrina intenta sanar enfermedades basándose en una serie de principios que no son científicos, sino pseudocientíficos, a partir de unos gránulos de azúcar con una supuesta sustancia que realmente no existe".

"En nuestros días, la homeopatía es un grave problema para nuestra sociedad: muchísimas personas la consumen aún sin saber que no es más que azúcar y dejan de lado el tratamiento convencional, convencidas por las palabras que el boticario hiló con tal de vender, o simplemente por su misma ignorancia", advertía el autor del manifiesto, quien citaba el ejemplo de Steve Jobs, el multimillonario fundador de Apple, quien falleció en 2011 a causa de un cáncer tras haber abandonado el tratamiento médico que seguía para ponerse en manos de tratamientos pseudocientíficos.

Tratamiento inútil y caro

El caso del joven Mario Rodríguez, fallecido de leucemia en julio de 2014 en Valencia a la edad de 21 años tras abandonar los cuidados de la medicina convencional para pasar a ser atendido por un curandero que afirmaba poder curar su cáncer sólo con vitaminas, un tratamiento inútil que le costó unos 4.000 euros, ha llevado a su desconsolado padre a fundar una Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas. La justicia le ha dado además la razón en su demanda contra el sanador, José Ramón Llorente, presidente de la Asociación Española de Nutrición Ortomolecular y que se presentaba como doctor pese a carecer de titulación médica, para el que la Audiencia pide el procesamiento después de que un juez desestimara la denuncia.

El Ministerio de Sanidad presentó en 2011 un primer Documento de análisis de situación de las terapias naturales con el que intentó empezar a arrojar luz sobre el magmático e inquietante universo de las pseudociencias. En el mismo se señalaba que "las revisiones realizadas concluyen que la homeopatía no ha probado definitivamente su eficacia en ninguna indicación o situación clínica concreta, los resultados de los ensayos clínicos disponibles son muy contradictorios y resulta difícil interpretar que los resultados favorables encontrados en algunos ensayos sean diferenciables del efecto placebo".

Un grupo de médicos e investigadores impulsó en 2013 el manifiesto No sin evidencia en el que reclamaban a las autoridades sanitarias "que no se apruebe ningún tratamiento que no haya demostrado, mediante ensayos clínicos reproducibles, unas condiciones de eficacia y seguridad al menos superiores a placebo. La regulación de unos supuestos medicamentos homeopáticos sin indicación terapéutica es una grave contradicción en sí misma y debe ser rechazada". 

Sus defensores creen que una dosis mínima de una sustancia cura el mal que causa

Pese a la más que dudosa eficacia y rigor de muchas de estas terapias, un estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas concluía que cerca del 13% de los españoles las prefería a la medicina científica. Así, no resulta extraño que la homeopatía facture en nuestro país decenas de millones de euros, 60 millones en 2011 según datos del mismo sector, que lidera la multinacional francesa Boiron. A nivel internacional, algunas estimaciones elevan la cifra hasta los 1.000 millones de euros al año.

"Instruir a una persona en el pensamiento crítico requiere mucha energía y tiempo, mucha más de lo que necesita para caer en la tentación de la medicina alternativa. La sociedad española corre un grave peligro por la falta de formación en el campo del escepticismo científico y son carne de cañón para charlatanes que intentan vender azúcar a precio de oro", opina el estudiante Adrián Gómez.

La homeopatía es una terapia alternativa inventada en 1796 por el alemán Samuel Hahnemann. Según sus postulados, si se quiere curar una intoxicación, se debe diluir el mismo veneno que la causado hasta cantidades irrisorias. "La ley de similitud o ley de los semejantes dice que una sustancia capaz de producir una serie de síntomas en una persona sana es también capaz de curar síntomas semejantes en una persona enferma, administrando esa sustancia en dosis mínimas", defiende la Sociedad Española de Medicina Homeopática.

Así, los remedios homeopáticos se preparan diluyendo progresivamente una sustancia y agitando repetidas veces la disolución. Tras las sucesivas diluciones solo quedan presentes cantidades extremadamente bajas del principio activo, o incluso, según el número de veces que se haya repetido el proceso, puede que no quede ni una molécula de la sustancia original. Ante estas objeciones, "los homeópatas modernos han recurrido a la supuesta premisa de la memoria del agua, es decir, que las moléculas de la misma conservan en su memoria la capacidad curativa de las sustancias diluidas", se señala desde el web dedicado a las pseudociencias por el Grupo de Investigación en Comunicación Científica de la universidad Pompeu Fabra de Barcelona. En este portal se identifican una treintena de estas supuestas terapias, algunas de ellas delirantes y otras ciertamente peligrosas para quienes opten por encomendarles su salud.