Son demasiadas las mañanas que la ciudad italiana de Turín se despierta cubierta por densas nubes de polución. La tercera urbe más rica de Italia, tras Roma y Milán, es una de las más contaminadas de la Unión Europea, debido principalmente al intenso tráfico rodado que soporta y a la gran concentración de actividades industriales en sus alrededores. Pero, a partir de este verano, los turineses tendrán su particular oasis en el que poder respirar aire limpio sin salir de la ciudad.

En el centro de la capital piamontesa, en el jardín público ‘Dispersi sul fronte Russo’, más conocido como jardín Sanctus (situado en la calle Svizzera esquina con Giacomo Medici) se ha creado una zona libre de contaminación urbana bajo el proyecto Pure Air Zone, promovido por el Torino Living Lab, un espacio de innovación, en el que empresas privadas, la administración pública y los ciudadanos pueden experimentar soluciones tecnológicas en un contexto real, en el barrio del Campidoglio.

El biorreactor AIRcel transforma las partículas nocivas en un elemento inocuo

Para conseguir un área de atmósfera limpia en medio de la ciudad, la empresa U-earth emplea los biorreactores AIRcel, unos aparatos que capturan los agentes contaminantes y los transforman en un elemento inocuo para los seres vivos y el medio ambiente. Se trata de un sistema de purificación del aire que imita en miniatura el proceso natural que realiza el planeta para limpiarse de la contaminación.

Estos dispositivos están alimentados con unos paneles solares de una potencia de 220 watt, microorganismos no patógenos ni transgénicos que se añaden cada 30 días bajo la fórmula patentada U-ox y agua, que se cambia cada cinco o seis días. Con esta combinación, y una correcta temperatura, los microorganismos descomponen los agentes contaminantes mediante un proceso de oxidación, más eficiente que el natural, sin generar subproductos ni residuos.

Los contaminantes son captados, sin limitación de volumen, combinando los procesos científicos de convección ─un sistema de ventilación captura partículas grandes de más de 0,5 micras, lo que representa el 10% de todos los contaminantes─ y fuerza intermolecular, que atrae el 90% restante de sustancias que escapan al primer sistema.

Impulso a las dietas vegetarianas y vegana

Hasta ahora, este tipo de biorreactores se habían instalado en industrias, hospitales y museos, pero no en zonas al aire libre. En los jardines de Turín ya ocupa su lugar el primero de ellos ─el segundo llegará en septiembre─, y el mismo funcionará durante nueve meses. Este purificador de aire profesional consigue crear alrededor suyo como una ‘burbuja de aire limpio’ de 400 metros cuadrados: sin partículas en suspensión, metales pesados, virus, bacterias patógenas ni fibras de amianto, entre otros.

Asimismo, se han instalado aparatos para monitorizar la calidad del aire cada cinco minutos y poder analizar posteriormente los datos durante los meses estivales. La segunda etapa del proyecto se llevará a cabo en septiembre y consistirá en instalar biorreactores en una escuela y un hospital del mismo barrio.

“La contaminación del aire es una de las principales causas de enfermedad y muerte"

Turín ostenta la primera posición en Italia en cuanto a contaminación atmosférica se refiere. Es uno de los principales problemas que la reciente electa alcaldesa, Chiara Appendino, del Movimento 5 Stelle, quiere combatir. Appendino pretende reducir los niveles de polución invirtiendo en la renovación energética de los edificios para que sean más eficientes, en el transporte público y en tecnología de última generación para la recogida, diferenciación y reciclaje de residuos. Asimismo, ha declarado la intención de su gobierno de promocionar la dieta vegetariana y vegana como un instrumento para proteger el medio ambiente, la salud y los animales.

Más del 80% de las personas que viven en zonas urbanas de todo el mundo están expuestas a niveles de contaminación del aire que exceden los límites que la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece como perjudiciales, según su último informe sobre calidad del aire. La polución en las ciudades aumentó un 8% globalmente en cinco años (2008-2013), con datos de 3.000 ciudades en 103 países. La peor parte, como siempre, se la llevan las regiones más pobres.

A medida que disminuye la calidad del aire urbano, el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, una enfermedad cardíaca, cáncer de pulmón o enfermedades respiratorias crónicas y agudas, incluyendo asma, aumenta. “La contaminación del aire es una de las principales causas de enfermedad y muerte. Es una buena noticia que más ciudades estén intensificando la vigilancia del problema, puesto que así tienen un punto de referencia para tomar medidas", explica la doctora Flavia Bustreo, de la OMS. La polución originada por las partículas pequeñas y ultrafinas (PM10 y PM2.5) causa más de tres millones de muertes prematuras cada año en todo el mundo.

En Turín ya empiezan a vislumbrarse las ciudades del futuro, en las que la tecnología nos brindará recursos tan vitales como el aire limpio, un elemento del que dispondríamos de forma ilimitada y sin coste alguno si no fuera por nuestro modelo de vida, el mismo que nos ha traído las nubes negras a la ciudad, y suculentos beneficios económicos a unos pocos.