En un intento de diversificar una economía que dependía excesivamente del turismo, las administraciones de Hawai y Washington, D.C. alentaron a las mayores empresas biotecnológicas del mundo a utilizar el clima favorable y fértil suelo de Kauai, para probar semillas y cultivos modificados genéticamente. Empresas como Syngenta, Pioneer DuPont, BASF y Dow Agrosciences han aplicado desde entonces cientos de toneladas de plaguicidas de Uso Restringido en miles de hectáreas de territorio indígena.