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La floración de los frutales en el valle del Segre

Con los últimos días de frío invernal, los cientos de miles de melocotoneros y otros frutales que crecen en el valle del bajo Segre, en el sur de Lleida, han estallado en color y han convertido estas tierras en un mar de flores

  • La puesta de sol tiñe el cielo de un color similar al de las flores de los melocotoneros / Foto: Josep Cano
  • La zona del curso bajo del Segre concentra un tercio de la producción española de fruta de hueso / Foto: Josep Cano
  • Dos tractores dirigéndose a sulfatar uno de los campos de frutales / Foto: Josep Cano
  • Parcela replantada junto a otra en plena floración. Los árboles son sustituidos cada 10 o 12 años / Foto: Josep Cano
  • Una trabajadora elimina flores de las ramas para obtener frutos de mayor calidad / Foto: Josep Cano
  • El regadío permitió sembrar de frutales unas tierras tradicionalmente dedicadas al cereal / Foto: Josep Cano
  • El viento azota un campo de frutales a orillas del río Segre en Aitona (Lleida) / Foto: Josep Cano
  • Cada una de las pequeñas flores rosadas, polinizada por el viento o las abejas, da lugar a un fruto / Foto: Josep Cano
  • La belleza de la floración de los frutales atrae cada año a más visitantes a la comarca del Segrià / Foto: Josep Cano