Más de una tercera parte de los niños y niñas tienen obesidad o sobrepeso, en España. La prevención de estos problemas, de gran importancia para la sociedad y la salud individual, tendría que comenzar durante el embarazo o incluso antes. Las embarazadas con obesidad a menudo dan a luz bebés con demasiada grasa y con mayor riesgo de ser obesos durante la infancia y la adolescencia, lo que aumenta asimismo el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, entre otros problemas de salud.

El estudio DALI (Vitamin D and Lifestyle Intervention for Gestational Diabetes Prevention), dirigido localmente por Rosa Corcoy, investigadora del Centro de Investigación Biomédica en Red de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN) y directora de la Unidad de Diabetes del Hospital de Sant Pau en Barcelona, ha abordado en dos ensayos clínicos en 9 países europeos diferentes estrategias de prevención de la diabetes gestacional.

En uno de estos ensayos sobre modificación del estilo de vida, las embarazadas con obesidad participantes se incorporaron a un programa para mejorar la actividad física, la alimentación saludable o una combinación de ambas. Los resultados del grupo se compararon con un grupo control.

Según explica Corcoy, “al medir la grasa subcutánea (pliegue cutáneo) de los y las bebés de las mujeres que participaron en el estudio unas horas después del nacimiento, vimos que las participantes que recibieron asesoramiento tanto en actividad física como en alimentación saludable consiguieron ganar menos peso, aumentar su actividad física, mejorar sus hábitos alimentarios y también reducir el tiempo que pasaban sentadas. Pero lo más importante es que sus bebés tenían menos grasa al nacer que los bebés de las mujeres que no participaron en la intervención sobre el estilo de vida”.

Una vez finalizado el trabajo, se hizo un análisis más detallado de qué aspecto del estilo de vida estaba relacionado con la reducción de la adiposidad de los bebés y no se encontró ninguna relación con el aumento de actividad física o menor aumento de peso, sino con la reducción del tiempo que las madres pasaban sentadas.

“Gracias a este estudio pudimos demostrar que las mujeres obesas pueden reducir la grasa de sus bebés cambiando su estilo de vida durante el embarazo”, concluye la investigadora.

Los expertos apuntan a que las recomendaciones de estilo de vida saludable para gestantes obesas deberían incluir la importancia que tiene reducir el tiempo que pasan sentadas. “Este podría ser un mensaje más sencillo de adoptar que el aumento de la actividad física”, explican.